Las nauseas ya no eran tan frecuentes como antes. Ambos habían hablado y tomado la decisión -según ellos- más prudente.
No continuarían con el embarazo.
No podían hacer eso. Ambos tenían una carrera que se había disparado de golpe convirtiéndolos en cuarto y quinto héroe en el ranking. Tenían a penas 21 años cada uno, ellos también eran unos bebés y no podían cuidar uno.
Habían consultado a la doctora que de manera triste contestó todas sus preguntas, trató de persuadirlos pero ya habían tomado su decisión.
La cita había llegado. Era la novena semana y el momento de que ya su preocupación se fuera. Antes debían hacer otro procedimiento.
— Escuchen atentamente. — pidió la doctora con una sonrisa.
El gel frío se fue extendiendo por todo el vientre de Fumiko, vieron la pantalla y el punto que habían visto la última vez ahora estaba notablemente más grande. Aunque solo era un punto, no era nada más.
Recovery Girl llego a ver a los antiguos alumnos de U.A. no estaba permitido irrumpir de esa forma durante una consulta pero a esa mujer nadie le diría que no. Los saludó a ambos y también felicito para luego hacerse cargo de todo.
— Ustedes protegen la vida de personas que no conocen y ahora planean acabar con la vida de su hijo. — Los Shinso se miraron en silencio para luego ver a aquella que los curó durante la escuela. — Pero entiendo, muchos héroes deciden no tener hijos porque es peligroso, otros con dolor de su alma mejor los dan en adopción... Y están los que como Endeavor tienen cuatro sin problema y que se cuidan bastante bien solos.
No entendían la razón por la que la dulce Chiyo estaba ahí, pero Fumiko estaba totalmente aterrada con la presencia de la anciana. Miraba atenta sus movimientos por si le lanzaba un golpe como solía hacerlo luego de curarla por ser cabeza dura.
— Ya tomaron su decisión y nada de lo que yo pueda decir va a cambiar eso.
— Gracias por no interferir, Chiyo-San — habló Fumiko.
— Pero, por favor escuchen lo que dice su pequeño.
Subió el volumen de algo y Fumiko sonrió ante la idea de el pequeño hablando. Era tonto y gracioso. Solo se escuchaba un sonido como si estaban bajo el agua, se miraron extrañados hasta que entonces se escuchó un latido. Segundos después otro y así, de forma irregular se oyeron varios latidos más.
Fumiko mordió su labio inferior. ¿Un latido? Ese latido no era de ella porque su corazón estaba acelerado. Lo que estaba dentro de ella tenía un corazón y estaba latiendo, no podía apagar ese latido, ¡no! Al contrario, protegería ese latido. Miro al de hebras violeta que solo atinó a abrazarla y ya no se contuvo más, lloraron de la emoción.
Ahí cayó toda la emoción que no tuvieron ocho semanas atrás, iban a ser padres y eso era algo hermoso, serían padres y darían su mejor esfuerzo con eso.
— ¿seremos buenos padres? — cuestionó la rubia mientras se peinaba.
— Seremos buenos padres, tenemos que serlo — contestó el hombre de la casa mientras acariciaba uno de Los Gatos. Se quedó mirándolo y cuestionando como algo tan adorable podía ser tan peligroso para una mujer embarazada.
Fumiko se acercó a Hitoshi y lo abrazó por la espalda, besando su nuca.
— ¿Como le diremos a todos?
— Podemos invitar a los chicos a una cena. — sugirió el de hebras violetas mientras se giraba a corresponder el abrazo.
— Aizawa-sensei y tus padres deben venir también.
— Mamá va a volverse loca. — ambos sonrieron.
— Espero de alegria.
Hitoshi besó a su esposa. — Se emocionará más que nosotros.
Entre besos hablaron sobre cómo sería la cena, tratarían de hacer que todos sus amigos tuviesen ese día libre, hablaron de cómo los invitarían y de cómo darían la noticia.
Un par de veces la chica tuvo que correr al baño pues sus nauseas seguían presente y ella sinceramente se estaba hartando de eso. Cuando regresó a la habitación se encontró a Hitoshi con la Ecografía en sus manos, se sentó a su lado a ver aquella fotografía.
— Veo esto y no siento nada. Ni siquiera entiendo lo que debo ver.
— ¡Gracias al cielo! Ya me estaba sintiendo un mal padre por no sentir nada viendo esto.
Hitoshi la abrazo mientras Ella reía. Empezó a besar sus labios y su esposa correspondía. Caricias y pequeños jadeos inundaron el ambiente.
— ¡espera! Ponte un condón — pidió la rubia.
— ¿Podrías quedar embarazada? — se burló Hitoshi, Fumiko rió ante su despiste y luego movió su mano para sentir como era llenada.
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Paternidad - Hitoshi Shinsou
FanfictionA veces la vida es difícil y eso que debería hacerte "especial" te vuelve temido, te retiene en lugar de impulsarte. Pero eso nunca detuvo a Shinsou Hitoshi y supera todo el rechazo, miedo y adversidad que llegó junto a su particularidad, cumple su...