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Capítulo Dos
Quiero saber de ti

Ella sin entender mucho las órdenes de su Alteza Real el Príncipe  Harry solo se dispuso a subir al auto en completo silencio, Kate maravillada con su nueva adquisición estaba más que feliz, pero nadie podría contra la intriga del Príncipe Pelirrojo.

—Es extraño que la Reina haya permitido a una joven con el nombre de su ex nuera entre los suyos—

—Pienso lo mismo señor.... Sigo sin entender como una plebeya pudo conseguir un trabajo junto a la realeza—

—Solo tenga cuidado con los paparazzis y todo estará bien, puede contar conmigo señorita Diana—

—¿Porque pretende ayudarme? —

—Se mejor que nadie lo que significa trabajar para la familia real, soy Gustav. A su servicio—

El resto del camino se mantuvieron en completo silencio, bajó del coche para luego despedirse del conductor. Entró a su pequeño apartamento dejando su bolso sobre el sofá, revisó las nuevas notificaciones de su móvil. Debía preparar los vestidos que le enseñaría a la Reina.

—Muy bien Diana, concéntrate. Debes preparar algo excepcional para la Reina Isabel. Con lo que soñaste toda tu vida... ¡A diseñar!—

Junto a una taza de café camino hasta su pequeño estudio en la tercera habitación de su apartamento, se sentó frente a su escritorio tomando papel y lápiz comenzando a diseñar un vestido único e incomparable para la Reina. Tras duras horas de trabajo cosiendo un hermoso vestido color cielo y confeccionando un elegante sombrero con mariposas blancas que poseían pequeños pero finos cristales Swarovski en sus alas. La incesante lluvia provocaba que su cuerpo se relajara, era una de sus estaciones favoritas del año, al terminar de confeccionarlo planchó este cuidadosamente con vapor hasta que quedara completamente perfecto.

—Terminé~ Tan solo espero que sea del gusto de ella— Contempló con una sonrisa de oreja a oreja su hermosa creación, aunque tenía que preparar muchas más prendas que exhibir en la casa real.

Abrió sus ojos a las seis de la mañana, su perro Atlas dormía a su lado, se levantó suavemente para no despertarlo, algo extrañada sentía un coche resonar a las afueras de su hogar, decidió verificar de que se trataba por la ventana encontrándose con Gustav.

—¿Que hace el aquí?— Dijo extrañada.

No tardo en darse una ducha rápida y vestirse de manera sutil. Un vestido blanco simple, tomó su tableta y le sirvió la comida correspondiente. El pequeño cachorro Atlas aún dormía plácidamente por lo que no se daría cuenta. Salió rápidamente saludando al conductor, supuso que algo había sucedido cuando notó su tono de voz serio. Ella entró al coche notando la presencia del mismísimo Príncipe Harry.

—Su Alteza Real, permíteme darle los buenos días— Dijo ella un tanto nerviosa.

—Tenía razón... Tú voz es idéntica a la de mi madre... Dime más de ti.— Espetó emocionado mientras se acercaba a ella.

—L-Lo siento su alteza yo no debo hablar con usted al menos que se trate de trabajo. Así que por favor Gustav. Déjame en la parada más cercana.—

—Gustav no, llevamos al palacio—

Ella no pudo negarse a las órdenes del Príncipe, con la cabeza baja se dispuso a mantener un silencio incómodo, él analizaba cada centímetro de su bello rostro, aquellas bellas gemas que portaba por ojos, esos labios únicos que solo podía reconocer en su madre, aquella ternura y bondad desbordando por cara poro de su frágil cuerpo, como el de una muñeca de porcelana.

—Su Alteza Real, Señorita Diana. Ya llegamos, por la tarde la escoltaré hasta su hogar nuevamente—

—Gracias Gus, nos vemos— Ella bajó a toda velocidad del auto dirigiéndose a la residencia de la Reina, llevaba el lujoso traje confeccionado por sus propias manos cubierto por un revestimiento impermeable negro.

—¡Alto ahí! Déjame hablar contigo ¿Porque me evitas?— Gritó Harry desde el coche mientras seguía a la joven de tan solo veintiún años. —Solo quiero saber más de ti—

—No es necesario su Alteza, solo soy una simple diseñadora y asesora de modas— Ella comenzó a correr hasta las puertas del Palacio donde yacía la Reina, a los guardias de Palacio les enseñó su credencial por lo que no tuvo problema alguno para entrar.

—Por fin... Ya me lo saqué de encima...— Dijo ella aliviada soltando un suspiro y con un paso rápido llegó hasta el estudio de la Reina, más que nerviosa tocó la puerta. Al ser abierta por un guardaespaldas ella hizo una reverencia ante la mujer.

—Kate dijo que eras una joven talentosa ¿Que tienes para mi?— Espetó completamente directa dispuesta a ver que ofrecería la chica.

—Confeccioné un vestido perfecto para usted, es un bello color cielo con un sombrero del mismo color pero con bellas mariposas Swarovski— Algo nerviosa sacó el vestido enseñando su majestuosidad y belleza.

—Me encanta, lo quiero. —

—Es completamente suyo, fue un diseño pensando solo para usted y nadie más— Espetó aliviada, su trabajo con la familia real seguía, Kate le esperaba en Kensington donde debió viajar junto a Gustav.

—¿Algo nuevo para mi?— Kate algo confundida observó la tableta notando el bello diseño.

—¿Algo nuevo para mi?— Kate algo confundida observó la tableta notando el bello diseño

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Diana » Príncipe HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora