Capítulo 5: Arthur Weasley

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Rowenna bajó del avión muy entusiasmada, y luego de buscar sus maletas se dirigió hacia uno de los lugares que más quiso conocer en su vida:

¡El Callejón Diagon!

Según le habían contado, era un lugar lleno de tiendas en donde se podía comprar todo lo que necesitabas para poder viajar a Hogwarts.

¡Eso era genial! Ya que en Noruega no habían de esos lugares y tenías que obtener tus elementos de magia a partir de familiares u amigos.

Suerte para Rowenna ser amiga del hijo de uno de los magos más ricos en la nación o ya estaría frita.

Vio demasiadas tiendas pero decidió entrar a "Madame Mulkins", donde, según las instrucciones de su abuelo, encontraría su uniforme.

- Oh, buenos días querida.- Dijo una alegre voz, a lo que Rowenna se dio la vuelta.

Pudo ver a una señora de unos 50 años, con un gran sombrero en su cabeza, acercándose a ella mientras sonreía.

- Buenos días... ¿Señora Mulkins?- Preguntó.

- Así es.- Sonrió.- Mmm... no recuerdo haberte visto antes y tampoco creo que seas de por aquí ¿Verdad?- Preguntó al escuchar el particular acento de la joven.

Ella asintió.

- Soy de Noruega a decir verdad. Mi nombre es Rowenna.- Aclaró.

- Oh, ¡Qué interesante!- Dijo felizmente, a lo que la muchacha rió.- Veo que necesitas una túnica así que... Déjame medirte linda; puedes ponerte aquí.

Señaló un pequeño escalón.

- Oh, claro.- La chica obedeció.

Madame Mulkins cogió una tijeras y un centímetro, con el cual comenzó a medirla.

- Muy bien... eso es todo.- Dijo luego de unos minutos.- En un instante te traigo tu túnica lista querida.

Ella asintió y la mujer se retiró por unos segundos, para luego volver con una túnica reluciente.

- Wow, que rápido.- Emma rió.

- Ventajas de la magia ¿No lo crees?- Ambas rieron y Rowenna tomó su nuevo uniforme.

- Muchas gracias Madame Mulkins.- Agradeció y la mujer sonrió.

- A sido un placer conocerte linda, y cuando necesites algo para coser no dudes en acudir a mí.- Ambas sonrieron.

- Así será. ¡Hasta luego!- Se despidió y salió de la tienda.

Ahora sólo le quedaba buscar sus libros y una nueva pluma, ya que la última fue rota accidentalmente por John.

La castaña negó con la cabeza mientras reía de tan solo recordar ese momento.

(...)

Pasaron unas horas y Rowie ya había conseguido todo lo que necesitaba para el comienzo de clases.

Pero al ver que se había demorado menos de lo provisto, decidió encaminarse hacia algún lugar en el que pudiera beber o comer algo.

Su abuelo le había hablado de aquel sitio, pero no recordaba su nombre.

Era... ¿Hofdeys? ¡No! Hog... Hogs... ¡Hogsmeade!

Por fin lo recordaba.

- Disculpe...- Preguntó a un señor que aparentaba unos 40 años de edad.- ¿Usted podría decirme como llegar a Hogsmeade?

(...)

Luego de las largas explicaciones por parte del amable hombre, pudo llegar a Hogsmeade con una gran sonrisa en su rostro.

Se detuvo a tomar algo en aquel lugar llamado "Las 3 Escobas" y siguió explorando del lugar.

Pero como la gran distraída que era, no se dio cuenta por donde iba y chocó contra algo, o más bien alguien, provocando que sus libros calleran al suelo.

- Lo lamento mucho. No te vi.- Se disculpó una voz masculina.

- Descuida; fue mi culpa. Soy algo distraída a veces.- Rowenna sonrió y el muchacho le ayudó a levantar sus libros.

Era un muchacho alto, con ojos marrones, una linda sonrisa y una cabellera pelirroja como una zanahoria.

- Soy Arthur Weasley.- Extendió su mano con una sonrisa simpática.

- Soy Rowenna Dumbledore.- Ambos estrecharon sus manos.

- Lindo apellido, es igual a...- Arthur se quedó callado y luego abrió los ojos sorprendido.- ¡Eres la nieta de...- Emma le tapó la boca y negó rápidamente con la cabeza.

- No grites por favor. Si saben quien soy empezarán a hacer preguntas; y no es muy conveniente, créeme.- Dijo y quitó su mano de la boca de Arthur.

- No puedo creer que los rumores eran ciertos.- Dijo felizmente.

- ¿Rumores?- Preguntó confundida.

- Si, ya sabes. Decían que una nueva estudiante llegaría a Hogwarts este año y que además sería pariente de un profesor del castillo. O más bien del director.- Explicó.

-Veo que las noticias corren rápido en este lugar.- Suspiró.- Y... ¿Estudias en Hogwarts?- Preguntó.

- Así es. Este es mi quinto año.

- ¿En serio? Te ves más joven a decir verdad.- Dijo divertida, a lo que él se sonrojó.

- Gracias, creo. ¿Y tú qué año cursarás?

- Este es mi tercer año.- Sujetó con más fuerza sus libros.

- ¡Eso es fantástico!- Ambos sonrieron.- Por cierto... ¿Vienes de otro país o algo así? Quiero decir, por tu acento.- Aclaró y ella rió.

- Sí. Soy de Noruega; vengo de la escuela Durmstrag. Tal vez hayas escuchado hablar de ella.

- He oído algunas cosas. ¿Es cierto que hace mucho frío allí?- Preguntó con curiosidad.

- Demasiado.- Rió.- A veces las casas no se logran ver al estar cubiertas por toda la nieve que hay a su alrededor.

- Interesante. Oye, ¿Te gustaría que te enseñe el lugar? De esa manera nos conoceremos mejor. Si quieres, por supuesto.- Dijo tímidamente y ella sonrió.

- Me encantaría, Arthur. Vamos.

Y así Rowenna se pasó todo el día, junto a un nuevo amigo.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2018 ⏰

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