Ir a la oficina de la Hokage no resultaba agradable para el equipo de fugitivos. Ciertamente todos eran ninjas renegados que escaparon de sus aldeas para unirse al criminal Orochimaru. El ambiente en la habitación era tenso, más para Sasuke que era el centro de observación de Tsunade Senju.
—Entonces, Uchiha Sasuke, ¿qué es lo que pretendes al estar aquí?
Sasuke la miró apoyarse en el escritorio y entrelazar sus manos. Los ojos color miel fijado en los suyo, analizadores... como si estuvieran calculando las posibilidades de que el equipo Hebi atacara la aldea en ese preciso momento.
Suspiró y miró a su hija, esa pequeña pelinegra que jugaba con el cerdito mascota de la rubia Hokage.
—No tengo un plan que atente contra tu aldea, en realidad lo único que me mantiene aquí es ella –señaló a la niña–. Desconocía su existencia y, ahora que lo sé, lo que quiero es protegerla. Nada más. Incluso si estás en contra, no voy a alejarme de Naruto ni mucho menos de mi hija.
Tsunade lo miró por otro par de minutos, luego se enderezó en su silla, cerró los ojos y cruzó sus brazos.
—Me parece justo, Uchiha –habló, después de lo que pareció una eternidad para el equipo hebi–. No tienes mi aprecio, pero comprendo que Isuke sea lo más importante en tu vida ahora.
—¿Entonces, qué harás con nosotros? –se atrevió a preguntar Suigetsu–.
—Ustedes son ninjas peligrosos que no pueden andar sueltos haciendo desastres –habló sería–. Puede que hagan algo estúpido y se vuelvan criminales mundiales.
—Gracias por la fe –masculló Karin–.
—Por eso, yo les puedo ofrecer una alternativa que nos beneficie a todos –continuó la Hokage–. No les pido que se queden, pero trabajen con nosotros. Si necesito sus habilidades para una misión, la harán. Pero, si nos traicionan, no dudaré en matarlos.
La mirada y el tono de la hokage no daba señales de que realmente pudieran elegir. Si se negaban, serían encarcelados al momento, y obviamente no querían eso. Sasuke se mantenía al margen, puesto que no le importaba la decisión de sus actuales compañeros, él ya había tomado la suya.
—¡Bien! –exclamó Suigetsu después de pensar su decisión– Voy a trabajar para ustedes, pero voy a ir y venir de la aldea cuando yo quiera. Después de todo aún tengo que recuperar las espadas de la niebla.
La hokage asintió, Karin veía a Suigetsu sin creerselo. Ella moría por gritarle a él, incluso a Sasuke, aquella situación estaba sucediendo tan rápido que hasta sentía ganas de vomitar. Sin embargo, la calidez que emitía los distintos chakras de la aldea le hacían replantearse su decisión.
—Yo... yo... creo que seré de mayor utilidad en ninjutsu o misiones de rastreo. Pe-pe-pero –tartamudeó a la vez que señalaba a la rubia–, que conste que hago esto porque quiero aprender todo sobre su ninjutsu.
Karin, como siempre, hablaba exaltada y atropellando sus palabras. Para encubrir el hecho de que quería permanecer junto a Sasuke.
—Yo me quedaré junto a Sasuke –terminó de decir Juugo–.
La hokage asintió, conforme con la conclusión de la reunión.
—Perfecto... A pesar de que tengo una misión en mente para ustedes, les daré unos días para que se instalen. Esten atentos para cuando los llame.
—Isuke, nos vamos –habló Sasuke–.
La niña dejó de jugar con el cerdito y corrió junto a Tsunade para dejarle un beso en la mejilla.
—¡Adiós, abuela Tsunade! –gritó la niña, despidiéndose con una gran sonrisa y agitando su mano– ¡Adiós, tía Sakura y tía Shizune! ¡Chao chao, Tonton!
Isuke corrió junto a Sasuke para sostener su mano mientras salían, siendo despedida por las tres mujeres que se quedaban en la oficina.
—Sasuke se ve decidido a proteger a Isuke –habló Shizune al quedarse las tres solas–.
—Por supuesto que sí –afirmó Sakura, sonriendo con melancolía–, es su amada hija.
Por su lado, Naruto había sido visitado por Shikamaru, quien le dio una lección de vida. Dándole ánimos después de haber perdido a su mentor. Le sorprendió mucho que Kurenai estuviera esperando un bebé de Asuma, también que su amigo haya asumido la responsabilidad de ser su mentor, tal como el padre del niño lo había hecho con él.
Naruto decidió entonces que la voluntad del fuego solo se había multiplicado dentro de sí, él protegería las generaciones venideras, tal como su maestro le encargó. Haría que Pain y todo Akatsuki pagaran el daño causado a tantas personas.
Al volver a casa, Isuke lo recibió con un abrazo y preguntas de "¿dónde estabas, papi?" Y muchos "te extrañé." Eran pasado el medio día y la casa tenía el aroma característico de comida recién hecha.
Camino hasta la cocina, aún con Isuke en brazos, y se encontró con Sasuke sirviendo el arroz. Inmediatamente la sensación de calidez se expandió por su pecho y las ganas de llorar nuevamente se acumuló en su garganta.
—Llegas a tiempo, idiota –le dijo apenas terminó de servir los tres platos con arroz–.
Naruto tragó con dificultad el nudo en su garganta y colocó a Isuke en su silla alta. Luego se giró y caminó hasta Sasuke que estaba de espaldas sirviendo el guiso y lo abrazó. Simplemente pasó sus brazos por la cintura del Uchiha y reposó su frente en la ancha espalda.
—Lo siento, solo... necesito un momento'ttebayo.
Sasuke no dijo nada y terminó de servir, atrás podía escuchar a Isuke contarle su día a Naruto y el rubio le respondía con interés. El pelinegro se giró y lo tomó por el mentón para darle un beso corto.
—Ahora ve a sentarte, vamos a comer.
Con una sonrisa en su rostro, Naruto le hizo caso. Por primera vez en la vida sentía la calidez de ser recibido en casa por las dos personas que más amaba.
...
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All the love xx
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Vínculo || SASUNARU ||
ФанфикUzumaki Naruto era un hombre, uno idiota y en todo su esplendor, ¡pero un hombre! Y en clases claramente enseñan que un varón no puede quedar embarazado, ¡los bebes solo podían concebirlos mujeres! Por supuesto, ellos no contaban con que cierto inqu...