Enonismo

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Excitación sexual que el hombre consigue al vestirse de mujer. 


[Este capítulo es la continuación de  Call Me Daddy, que pueden encontrar en esta sección de OS]. 



— ¿Qué es esto? —preguntó observando atento el libro que no combinaba en lo absoluto con todo el pequeño departamento de MinHo.

En ese departamento que no había casi nada, cabía mencionar. La cama de dos plazas era lo que al parecer más espacio ocupaba y él creía que no existía nada más que fuera relevante. Una pequeña mesa de noche y un cajón donde estaba la ropa de MinHo, suponía... Y una silla, además del baño que estaba junto al ropero. Eso era todo.

No había ni cocina, ni lavadora, ni vajillas, ni nada. El pequeño departamento de MinHo o mejor dicho, habitación, no parecía tener lo necesario para que alguien pudiera vivir pero el motociclista no lo necesitaba.

El mismo MinHo le había contado que no pasaba demasiado tiempo en ese lugar al que solo llegaba algunas noches a dormir. Estaba consciente de que Choi no era una persona común y corriente.

Dios, ni siquiera sabía por qué seguía metido en esa relación que no tenía pies ni cabeza y que no tenía ningún futuro... pero estaba tan enganchado a Choi MinHo que seguía metiéndose a su cama cada vez que podía.

Parecía ya no importarle que el motociclista hubiese arruinando su relación y matrimonio por completo... ¡Una maldita relación que había tenido con el hermano gemelo, por Dios!

Y no era todo porque obviamente sus padres estaban furiosos con la cancelación de ese matrimonio y su reciente relación con vago motociclista sin futuro alguno, como ellos lo habían llamado. Su familia le había dado la espalda y a él parecía importarle más la polla de MinHo al parecer.

Estaba seguro de que era un maldito capricho pero ya habían pasado dos meses desde que Choi MinHo y él habían empezado esa "relación" que consistía básicamente en follar tanto como podían... No estaba cansando y eso le preocupaba demasiado.

Parecía jamás cansarse de MinHo y esa forma tan bestia que tenía para cogérselo... Le encantaba; estaba fascinado, tenía que reconocerlo. No importaba lo irónico y odioso que fuera el más alto; ningún defecto suyo podía superar el gusto que le había cogido a la polla del motociclista.

— Ni puta idea. Una mujer me lo tiró en la cabeza antes de largarse de aquí, furiosa. Ni siquiera he abierto esa cosa.

Era obvio que no podía ser de MinHo cuando el hombre difícilmente cogía un libro para leerlo... pero a él le encantaba demasiado leer y ese libro era hermoso.

De tapa gruesa y marrón; desgastado por la antigüedad pero más hermoso por esa misma razón. Parecía desprender tanta sabiduría y un olor tan único que fue imposible no sonreír.

— Es hermoso —comentó sintiéndose extrañamente atraído al libro.

— Ah, supongo —contestó MinHo, viéndolo extraño.

— ¿Me lo regalas?

— Es tuyo —El alto se encogió de hombros, desinteresado por el libro por completo.

Pero él estaba tan feliz que se olvidó del libro por un momento y se lanzó al cuerpo desnudo de MinHo, echándolo en la cama y posicionándose encima del más alto, abrazándolo.

— Gracias —Sonrió encima de la boca del hombre antes de terminar con esa pequeña distancia molestosa.

Sus bocas se unieron en un beso diferente a cualquier que se hubiesen dado hasta ese instante. Más dulce y lento, sus labios se movieron sin prisa alguna y sus lenguas se lo tomaron con calma, encontrándose sin desesperación.

Sex Art [2Min]Where stories live. Discover now