Navidad // Epílogo

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–Uffff.–Bufé frotando mis manos para ganar calor. Me estaba congelando a pesar de estar a escasos centímetros de la estufa a fuego vivo.

–¿De verdad tienes frío, Lis?–Preguntó Jennie, mientras se sentaba a mi lado y cubría mi espalda con una manta.

–De verdad...–Murmuré dejándome caer en su hombro. Ella me abrazó por los hombros y estuvimos unos segundos así, hasta que su perro llegó a saltar encima de nosotras. Sí, a pesar de ser una bolita chiquita es completamente insoportable.

–¡Kuma!–Jennie exclamó cuando se le subió encima y comenzó a dar lamidas y a ladrar. Yo comencé a reír a carcajadas viendo su reacción, mientras ella también reía por las cosquillas pero me pedía que se lo sacara de encima.

–¡Lisa!–Gritó e inmediatamente saqué a Kuma y lo dejé a un lado. Hay que obedecer a la reina.

–Oye es tu perro ¿Por qué yo debo quitarte de encima a tu propio animal?

Ella rodó los ojos y volvió a acomodarse mejor a mi lado.

–Ya te he dicho que es tuyo también.–Me tomó de los hombros y sacudió todo mi cuerpo.

–Nunca acepté ser madre a los veintidós años Jennie Kim.–Ella se mordió el labio probablemente evitando una sonrisa y me abrazó enredado sus brazos detrás de mi cuello.

Ahora si pudimos mantener un abrazo sin que Kuma nos interrumpiera.

Abrazarla así, con el ruido de las brasas quemando en la estufa, las luces del árbol de navidad alumbrando junto al fuego, canciones al azar sonando de fondo... Todo esto dejaba un ambiente cálido y pacifico en toda la casa que me encantaba, era definitivamente de las sensaciones más lindas. 

–Jen...–Murmuré separándome de a poco, provocando un contacto visual que me hizo sonreír por tener el placer de admirar de tan cerca sus hermosos ojos.

–¿Hmh?

–T-Tus padres ¿Los veras hoy?–Pregunté con miedo a la respuesta.

Desde que volvió a Seúl y comenzó a volver a hablarse conmigo, el contacto con su padre y con la empresa ha sido muy leve. Ganó monedas trabajando con Chaeyoung en la cafetería, donde se terminaron haciendo muy buenas amigas. Por lo tanto, hemos hablado muy poco sobre el tema, y a veces me da un poco de... No sé si miedo. Pero simplemente no quiero hacerle recordar un pasado que le hizo mal.

–¿Por qué lo haría?–Inhalé luego de su contraataque. Sabía que reaccionaría así.

Tomé su rostro entre mis manos y acaricié su mejilla con mi pulgar suavemente.

–Escucha, Jennie. Sé que tus padres ahora mismo son solo polvo para ti. Para mí también de hecho. Pero...

–¿Pero qué, Lisa?–Rápidamente pidió que terminara la oración. Pero no era algo tan fácil.

Tragué saliva y rompí el contacto visual.

–Escucha, Jennie. Tu padre me mandó un mensaje hace unos días diciéndome que estaba arrepentido de lo que había hecho y deseaba verte unos minutos aunque sea para disculparse y pensaba qu—

–No, no. Definitivamente no.

–Pero Jennie—

–Lisa ¿No recuerdas todo lo que me hizo vivir? Disculpa. Todo lo que nos hizo vivir. Él nos separó por más de un año, Lisa no pudiste ver mi cara luego de la operación. Su chantajeo... Todo lo que hizo. No puedo.

–Jennie, por favor escúchame y deja de interrumpirme.–La sujeté de los hombros y observé cómo sus ojos estaban casi rotos. Sabía que era un tema muy sensible pero no podemos evitarlo toda la vida.

as she sees | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora