2

448 65 11
                                        

Jongdae estaba feliz, había invitado a Xiumin hyung a tomar helado y este había aceptado.

Ahora el chico de sonrisa gatuna caminaba hacia la heladería que había cerca del parque. Para esta ocasión el pequeño se había vestido muy elegante. Se puso sus zapatos nuevos, y uno de los trajes que utilizaba cuando iba a las reuniones de su mamá. Peinó su cabello y se vació la botella de perfume encima.

Al entrar pudo ver a su hyung ya sentado en una mesa. Se veía tan hermoso con el cabello alborotado y la camisa roja con rayas negras.

Jongdae caminó hacia él, le entregó el ramo de rosas que le había dado la abuela y besó su mejilla. Minseok se sonrojó al instante.

— Buenos días Xiumin hyung.

— B-Buenos días Chen.

Jongdae se sentó y el camarero vino a pedir su orden. Luego de hacer el pedido el menor continuó mirando a su hyung embelesado con su belleza.

— J-Jongdae d-deja de mirarme.

— ¿Por qué?

— Me da vergüenza.

— Oh, Xiumin hyung se sonrojó. Me gustan tus mejillas hyung, quiero besarlas siempre.

— A mí t-también m-me gustan tus mejillas Chen.

— ¿Estás bien Xiumin?

— S-Sí.

— No lo creo, estás tartamudeando.

— Es p-por que m-me pones nervioso.

— ¿Y eso es bueno?

— No l-lo sé.- dijo el mayor mientras jugaba con sus dedos.

— Xiuminnie hyung, te quiero mucho. Me dejarías cortejarte.

— Y-Yo...

— Por favor, di que sí.

— S-Sí.

— Gracias por aceptarme hyung, ahora nadie nos separará. Celebremos la boda mañana.

— ¿B-Boda?

— Sí hyung, dijiste que sí por lo que nos casaremos.

Minseok estaba sorprendido, Jongdae no conocía el significado de cortejo y creía que le había propuesto matrimonio.

— Jongdae yo...

No pudo terminar de hablar ya que el camarero les había traido los helados.

— Mmm, que rico —dijo Chen mientras probaba el helado de chocolate.

— En serio te gusta el chocolate, ¿cierto?

— Sí, es el mejor sabor de todos. ¿Quieres probar?

— No...

Pero Jongdae ya llevaba su cuchara llena de helado a sus labios.

— Dí "ah".

— Ah...

Chen introdujo la cucharra en la boca del menor y luego la sacó vacía.

— ¿Y bien? ¿Te gusta?

— Sí, está delicioso.

Jongdae volvió a llevar su cuchara a la boca del menor, pero este se negó a tomarla.

— Dijiste que te gustaba.

— Pero es tu helado y yo tengo el mío.

— No importa, puedo pedir otro.

— No quiero que gastes más dinero.

— Entonces dame del tuyo.

Minseok tomó un poco de su helado y lo llevó a la boca del menor.

— La fresa no está nada mal —dijo Jongdae.

— Ahora te toca a ti.

Estuvieron dándose de comer hasta que se acabó el helado. Jongdae pagó al camarero y salieron del lugar.

El menor tomó la mano de su hyung y la enlazó con la suya. Caminaron por el parque hasta llegar al gran árbol de cerezo. Se sentaron bajo este para hablar.

— Estoy seguro de que te verás hermoso con un vestido blanco.

— No soy una chica Jongdae.

— Ya no tartamudeas.

— Claro que no, antes lo hacía porque todas las personas que había en la heladería nos estaban mirando.

— ¿Lo hacían? No me di cuenta pues tenía a alguien que robaba toda mi atención.

— Lo estás haciendo de nuevo.

— ¿Qué es lo que hago hyung?

— Coquetear conmigo, deja de hacerlo.

— Eso es imposible hyung, aceptaste ser mi esposo por lo que a partir de hoy voy a besar tus mejillas, abrazarte fuerte, invitarte a citas y coquetear contigo.

— No me pediste matrimonio Chen, solo me preguntaste si podías enamorarme y yo dije que sí.

— Lo siento mucho hyung, mi falta de información ha herido tus sentimientos. Te pediré matrimonio ahora mismo, aunque no sé como hacerlo.

— Para ello necesitas un anillo, te arrodillas ante mí y me preguntas si quiero casarme contigo.

— Es muy fácil, solo tengo que comprar un anillo. Espérame aquí hyung, iré a buscar uno. —dijo Jongdae mientras se levantaba y comenzaba a caminar.

— Espera —Minseok le detuvo —No puedes pedirme matrimonio aún.

— ¿Por qué? No te quieres casar conmigo, ¿cierto? —dijo Jongdae mientras comenzaba a sollozar —Te quiero mucho hyung, nadie te haría más feliz que yo.

— Yo también te quiero Jongdae pero no podemos casarnos aún, para ello debemos ser mayores.

— Entonces prometo que cuando crezca compraré un hermoso anillo y te pediré matrimonio.

— Y yo prometo aceptar casarme contigo.

Jongdae besó la mejilla de su hyung y este lo abrazó. Pasaron el resto del día bajo la sombra del árbol hablando sobre ellos mismo, conociéndose más.



Capítulo editado.

Flor de cerezo (Chenmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora