—Al, ya te dije que no — dije ya irritada, aquellos ojos miel sacaban a diario lo mejor de mí, pero cuando ella quería, podían sacar lo peor, y eso no le agradaba a nadie, ni a ella, quien era la que me aguantaba. — No vamos a hacerle más bromas a Lucas. ¡El pobre ya ha tenido suficiente!
— ¿Por qué eres tan compasiva? ¿Porque te preocupas tanto por los demás? — dijo Alex también molesta. Suspiré. Odiaba pelear con ella, pero por lo general lo hacíamos por cosas como esta, ella decía que en ocasiones debía de poner más atención a mis sentimientos que a los de los demás, pero esa era mi naturaleza, y no la podía cambiar tan fácil, me gustaba ayudar a los demás, sin importar que eso implicase perjudicarme. — Se sobrepasó contigo cuando eran novios, e incluso después de que terminaran, así que, un poco de venganza no le hará daño. — adquirió un tono maldadoso. Ella por su parte odiaba a todo el mundo, solía decir que todos eran unos hipócritas, que nadie se preocupaba verdaderamente por ella, ni siquiera sus padres, decía que en la única en la que confiaba era en mí, me alegraba que así fuera.
—Si no fuese tan compasiva y preocupada por los demás no seríamos amigas, ¿recuerdas? — ella gruñó, odiaba cuando yo tenía la razón. Alex y yo nos conocemos desde primer grado, unos niños la estaban molestando solo porque su lonchera y su maleta eran de Superman, aún en primer grado era una estupidez, así que los detuve y la defendí. Desde ese día somos amigas. — Está bien Taylor, deja esa mala cara y vamos a comprar un Yogen Fruz.
—Tú sabes cómo manipularme cariño.
Ese día Alex logro convencerme de que fuéramos al centro comercial. No era que lo aborreciera, pero, prefería que estuviéramos en su casa o en algún lugar tranquilo, odiaba los ruidos, y las personas que me empujan entre la multitud.
Después de comprar nuestros helados de Yogurt de uva, caminamos por ahí hablando de cosas sin sentido. Pasando por enfrente de una tienda que parecía no tener el espacio suficiente para albergar a todas las personas que estaban allí por sus descuentos, tome a Alex de gancho para evitar que se alejara de mí. En ese instante, tres chicos de la escuela se acercaban a nosotras. Me sentí un poco frustrada, puesto que ya no estábamos solas, además no los conocía muy bien, y eso me causaba ansiedad.
— ¡Hey Alex! — dijo Max, un chico rubio y de ojos azules, bastante atractivo. Mi amiga lo saludo con un beso en la mejilla. — Pero que fiesta tan loca la del viernes, ¿no?
—Sí, la verdad es que fue bastante intensa—Alex me tomó del brazo e hizo que me acercara más a él—Ella es mi mejor amiga, Sarah.
—Es un placer conocerte—dijo él y me abrazo y beso mi mejilla, sus otros dos amigos, hicieron lo mismo—Oye, ¿Por qué no la llevas a una de nuestras fiestas?
—No es su ambiente—dijo Alex.
—Pero podría ir si me invitaran—dije, Alex me miro extrañada puesto que ella me conocía como la palma de su mano.
— ¡Genial! Lo tendré en cuenta—dijo Max. — Ahora, ¿Qué hacen por aca dos mujeres tan hermosas y sin compañía? — dijo y Alex lo fulminó con la mirada, ella abrió la boca para decir algo.
—Nada extraño solo andar y hablar. — corté rápidamente lo que iba a decir Alex, si, no me agradaba Max, pero Alex no tenía razón para tratarlo así.
—Estoy seguro de que ansían compañía. — preguntó otro de ellos, Stuart, él, era el más pequeño de todos, moreno, con una enorme sonrisa.
—No, estamos bien así, gracias. — dijo Alex e hizo una sonrisa falsa.
—Oye tu amiga es un poco aguafiestas. — dijo el último, Jamie, él era el más alto, con cabello mono, raíces cafés y ojos chocolate. — Mejor voy a preguntarte a ti, ¿quieren un poco de compañía?
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A&S
Novela JuvenilAlex y Sarah han sido amigas desde hace 10 años, su relación es bastante peculiar, pero el ser tan dinámica permite que nunca se aburran de ella. Ambas se adoran, y su amistad, a pesar de ser un poco complicada, es bastante benéfica para ambas chica...