Capítulo 6

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— Hola Sarah — dijo esa voz detrás de mí que tanto había esperado oír. Me gire en su dirección tan rápido, que creo que estuve a punto de romper mi cuello. Allí estaba Alex, su rostro estaba iluminado, y su cara tenía un buen color. Asumí que como de costumbre, la cena con su madre había ido de maravilla. Yo no me podía sentir más aliviada de que ella estuviese allí, así que me lancé sobre ella y la abracé. Puse mis piernas alrededor de su cintura, dándole un abrazo de koala, ella empezó a reír, y sin dudarlo lo correspondió. En ese momento, empecé a llorar, en ese preciso instante, la necesitaba más que nunca, y había llegado a mí.

— Gracias. — dije simplemente. Nos separamos de aquel abrazo y ella me miró. Podía ver la preocupación en sus ojos, y supuse que era por el hecho de que estaba llorando.

— No llores bebé, aquí estoy. — dijo tomando mi mano entre las suyas. — Te extrañe Zar. — ella levantó su mano hacia mi mejilla para limpiar una lágrima allí. Cuando toco mi cara, me alejé y en seguida me tape el cachete. Ese era el lugar donde mi padre me había golpeado, y me dolía demasiado aún. Había sido bastante difícil cubrirlo por la mañana, pues la zona, había tomado un color morado, y como mi piel era bastante sensible, se veía bastante oscuro, use kilos de maquillaje para que se viera "natural", y ahora después de mi llanto, estaba segura de que 60 de los 100 kilos que usé habían caído.

Miré a Alex, quien me miro con curiosidad, tome su mano y la llevé al baño. Al llegar allí, saque mi cosmetiquera de la maleta y me dedique a buscar los polvos y el rubor para retocar mi herida. Cuando por fin encontré lo que necesitaba, Alex tomó mi muñeca, y con su otra mano, levanto mi barbilla, y me dio un beso en mi mejilla lastimada. Después me soltó, y rasgo un pequeño pedazo, de la parte inferior de su ya rasgada camiseta de The 1975, lo mojo con agua y lo pasó por mi mejilla, dejando al descubierto la enorme y morada marca.

— ¡Mierda! — dijo exaltada, yo puse una mano en su boca, mire hacia lo cubículos de los baños, asegurándome de que ninguno estuviese ocupado. Quite mi mano de su boca y mire al suelo. — ¿Qué demonios ha sucedido?

— Mi padre... — dije simplemente sin poder continuar. Dolía recordarlo, tenía un nudo en la garganta que no me dejaba pasar fácilmente. Me mantuve viendo a mis zapatos, pues me sentía avergonzada frente a Alex. Ella suspiró.

— Dime que tu padre te defendió del imbécil que te hizo esto. — dijo mi mejor amiga rápidamente. Yo negué. Alex tomo mi barbilla para que la mirase, después, pasó una mano por su cabello y suspiró de nuevo. — Entonces el accidentalmente te hizo daño. — negué de nuevo. Ella se giró hacia el tocador poniendo sus manos en el lavamanos, me miro a través del espejo, para después dar un fuerte puño en la superficie de cerámica. Tomé sus manos para evitar que ella se siguiese haciendo daño, en seguida me abrazó y enterró su rostro en mi cuello, en ese instante, el timbre que indicaba la entrada a clases sonó— Lo siento Zar. — dicho esto, mi amiga salió corriendo hacia su primera clase, no entendía muy bien porque lo decía, antes debería ser yo quien le pidiese disculpas. Yo me quedé allí, volviendo a intentar ocultar mi marca, no quería que nadie se preocupara. Fue un poco difícil no llorar de nuevo, pero lo había logrado. No fui consciente del tiempo que estuve allí maquillando mi mejilla, pero cuando salí del baño, ya faltaban 5 minutos para que empezara la segunda hora de clase, así que decidí ir hacia allí. Con suerte, no habrían notado mi ausencia y el profesor Stevens no me habría anotado una falla en matemáticas.

¿Cómo era posible que Alex haya llegado justo en ese instante en donde estaba más débil que nunca? Supongo que esa es una de esas preguntas que, simplemente no tienen respuesta, y tienes que conformarte con eso, porque no hay manera de encontrar una solución. Me alegraba inmensamente el hecho de haber estado con ella compartiendo mi dolor, supongo que, cuando en serio tienes una conexión con alguien, nunca se pierde, y eso me pasaba con Alex, por más de que nos alejáramos y discutiéramos, siempre, cuando todo el conflicto acababa, podíamos retomar nuestra relación desde donde la habíamos dejado. Alex es una de esas personas que no quiero que nunca salgan de mi vida, porque en serio la necesito más que a nadie en el mundo, ella puede ser orgullosa, pero una vez se le ha pasado la rabia, es una persona increíblemente amable, (o bueno, por lo menos conmigo).

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2019 ⏰

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