| propuesta quince |

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Jimin relamió sus labios con nervios, mirando un punto fijo en el escritorio de mármol que los separaba a ambos del padre de YoonGi.

Donghae escrutaba a ambos con la mirada, en silencio, como si esperaba que ellos comenzaran con su "explicación" a ese tal papelito que yacía arrugado sobre el escritorio.

Y YoonGi, pues, él estaba con la mandíbula tan apretada como para marcar ligeramente la vena de su cuello y la arruga de su entrecejo dejaba más que claro que estaba molesto. Cuando Jimin le miró por el rabillo del ojo, pensó que tal vez YoonGi se veía un poco bien enfadado...¿Qué? ¿Es que acaso no puede pensar eso? ¡Un poco de distracción en medio del huracán tampoco es tan malo!

¿Y? Sigo esperando La voz gruesa que repentinamente habló de Donghae hizo que Jimin diera un pequeño respingo y se aferrara sin querer a la manga de la chaqueta de YoonGi, y la dejó ahí finalmente como un soporte para no irse corriendo de allí despavorido. , a no ser que estén esperando que llame a NaRa, tal vez quiera saber de esto también...

Yah YoonGi chasqueó su lengua, callándole de esa manera con molestia. Deja este drama de televisión, no sé qué demonios quieres que te digamos Casi escupió aquello venenosamente. Jimin se mantuvo en silencio, esta vez mirando hacia el suelo más cohibido que antes. No recordaba haber vivido algo así en algún momento de su vida, y, joder, ¡que incómodo y horrible se estaba sintiendo todo!

Jimin, él realmente estaba desistiendo de la idea del matrimonio, tal vez... No era tan malo volver a Australia después de todo, ¿no? Él sólo podría...

Tal vez sería bueno comenzar por el principio, ¿no creen? Como por ejemplo, la casualidad de que Park Jimin será deportado a Australia dentro de unos dos días y que ustedes repentinamente vayan a casarse, algo... Extraño, ¿ah? Que ahora te me las des del otro bando, sabiendo lo machito que eres, hijo... Jimin sintió sus orejas arder con vergüenza y tal vez terror también, afianzando sus dedos en el cuero de la chaqueta ajena mientras que YoonGi tragó duro la saliva que se había acumulado en su garganta, tragando también las ganas que tenía de dar un par de puñetazos. Mira, YoonGi, no diré esto dos veces, sabes que odio repetir las cosas YoonGi mordió con fuerza el interior de su mejilla, probablemente provocándose un corte en ella. Poco importaba ahora si la molestia en su interior crecía mientras más veía a su padre mover la boca sólo para tirar aquel veneno que no había dejado de soltar desde que decidió irse de Daegu. O terminan con esta jodida farsa de pareja feliz a punto de contraer matrimonio de la manera fácil, o llamaré a la policía para denunciar esto y que tú te vuelvas a Australia cuanto antes, lejos de mi familia A lo último se dirigió a Jimin y este alzó su mirada ya vidriosa, asustadiza y a punto de echarse a llorar, porque se sentía pésimo, de la mierda, y necesitaba irse de allí.

No te atreverías a armar un escándalo Intervino YoonGi, inclinándose apenas hacia adelante, como si estuviese conteniéndose de echarse sobre su padre. ; sabes bien que tu falsa reputación está de punta en blanco ahora YoonGi apretó sus puños, sus nudillos tornándose blanquecinos. , y tampoco te hagas el macho alfa, intentando "proteger a tu familia". A ti jamás te interesó la mierda que pasara conmigo, jamás estabas en casa, ¿qué mierda vienes a decir ahora metiéndote en mis cosas? Jimin apartó su mirada de la frívola mirada del pelinegro frente a él, dándose vuelta hacia YoonGi, como intentando que este le mirara a él y se tranquilizara de alguna manera, pero YoonGi se mantuvo firme, casi rechinando sus dientes al hablar. Amo a Jimin, y él me ama a mí, nos casaremos porque nos amamos, no hay más jodida vuelta que eso. Y esa mierda de la visa de él es sólo un ligero problema que vino de improviso a mitad de camino, pero no significa nada YoonGi apartó la mirada de su padre, quien se mantenía quieto, paciente, pero chispeando de rabia en sus ojos, para mirar a Jimin, quien no había dejado de mirarlo. Sus miradas se encontraron y Jimin sintió su corazón acelerarse como nunca, su respiración se entrecortó y su cuerpo enteró se sintió petrificar. No necesito tu aprobación, ni tu bendición, ni ninguna puta mierda YoonGi volvió a hablar, pero manteniendo su mirada fija en la de Jimin. Nos casaremos esta noche, ya lo teníamos arreglado de antes con mamá y el abuelo Jimin abrió más sus ojos, apretando con más fuerza la chaqueta entre sus dedos. YoonGi asomó una suave sonrisa y Jimin se sintió sonrojar sin explicación y molestia. Si te las quieres seguir dando de padre ejemplar, estás invitado, y si no, pues, haya tú Y finalmente le miró para decir aquello último, finalizando con la conversación y tomando la mano de Jimin con ligera fuerza.

LA PROPUESTA © yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora