Capítulo 4.

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Era el día más ajetreado que habían tenido los alumnos de la clase 1.A de la prestigiosa Academia de Héroes U.A, porque hoy era combate cuerpo a cuerpo con alumnos de su clase vecina en el gimnacio Gamma del cuál, Cementoss había preparado para parecer una ciudad destruida y dar cierto nivel de dificultad.

-¡¿Qué creen que están haciendo?, Es entrenamiento de combate, no lecciones de baile!-Comentaba algo indignado el encargado de la clase 1.B, Vlad King, mientras observaba a sus estudiantes enfrentarse a sus oponentes.

-Recuerda Tokoyami, debes dejar de confiarle a Dark Shadow tus puntos ciegos y reforzarlos tú.-Aizawa-sensei prestaba mayor atención a los alumnos que no podían estar sin usar su quirk, activando el suyo para hacerlos entrar en razón.

Mientras tanto, los demás sentían el agotamiento casi hasta el desmayo, ya que sus golpes no debían llegar a su oponente por lo que para la mayoría era difícil dar un golpe sin tener que dar el golpe, además de tener que modular la fuerza de cada movimiento.

-¡¿Cuanto falta para que acabe la clase?!-Gritaba sin pudor Mineta mientras escapaba de su contrincante. Lo cual mantenía de buen humor a ambas clases que solo lo veían escapar y gimotear.

-¡Deja de llorar y da la cara cobarde!-Reclamaba la pareja de combate de Mineta que por los pelos casi lo atrapaba, pero la diferencia de tamaño era tan significativa que lo perdía de vista gracias a las columnas de roca que se alzaban en todo el lugar.

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-¡Deja de esquivar y comienza a golpear, maldita mierda!-Por otro lado, en el extremo opuesto del gimnacio se podían escuchar los reclamos de un chico explosivo que se sentía indignado al ver que la chica con una cabellera repleta de espinas solo escapaba de sus golpes, que, a pesar de contenerse no dejaba de retroceder.

-Lo siento Bakugou-kun, pero no voy a atacarte a menos que sea necesario.-

-¡Es necesario para que no te asesine, maldita estúpida!-Él chico explosivo odiaba tener que pelear con alguien que no tenía el mínimo interés de demostrar su fuerza y lo reflejaba en cada movimiento.

No sabía porque, pero se sentía más temperamental que en otras ocasiones. Antes gritaba por decepción o por puro fastidió, pero por alguna razón que él no comprendía, cada vez que Bakugou miraba los ojos calmados de Shiozaki, recordaba el momento en que ella y Kirishima habían entrado a la sala de cine juntos, y eso hacía de cierta forma que su pecho ardiera de dentro hacia afuera y odiaba sentirse así y más por no saber la razón de tal estúpido recuerdo.

"Bakugou...lamento amarte tanto."

De pronto, aquellas palabras volvieron a resonar en su mente, e inconscientemente buscó al dueño de esas palabras, encontrando lo a unos metros desde donde estaba él, parecía muy relajado y parecía divertirse con ese extraño sujeto de quirk similar y sin darse cuenta, dio unos pasos en su dirección.

Cuando de pronto sintió un agarré en su brazo izquierdo y de ver a Kirishima paso a ver el techo del gimnasio con un dolor que se extendió por toda su espalda.

De reojo pudo observar como Shiozaki lo miraba desde arriba  en posición de pelea, desorientado, buscó con la mirada a los profesores, pero ambos se encontraban de espaldas a ellos por lo que su sorpresa fue mínima, pero una ira incontrolable comenzó a formarse muy dentro de él al ver que la mirada de la chica había cambiado a una más sería y significativa.

"¿Celos?"

"¿Amenaza?"

No importaba, ya que Bakugou sólo se levantó y con una mirada oscura y fría corrió hacía la chica desatando su enojo contra ella.

Susurros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora