Eran largas las noches,
desvelado con el café de tus ojos.
Luces fugaces en la azotea,
ideas intrépidas entre sollozos.
Las estrellas adornando tus cabellos
combinadas con las luces de la ciudad,
silencios que mataban,
tus palabras rompiendo toda iniquidad.
Las noches se alargaban a tu lado,
y ahora que no estás...
Me costó reconocer que
junto a ti se han marchado.
Insomnio, ojeras y café.
Tu ausencia se manifestaba a media noche.
Perdí toda esperanza,
se marchó toda la fé.
Junto a ti se fueron,
mis largas noches en Chile.
Condenadas a un par de tragos,
buscando algo que a mi corazón tranquile.
