mi vida solía ser gris.
entraste y el rosa empezó a cubrir las flores, los paisajes, mi atención.
cuando te acercas, el azul predomina en el cielo; el mar lo iguala y todo se vuelve majestuoso.
me cantas y millones de mariposas púrpuras abundan en mi mente, todo sale de su lugar.
siento tus labios, el rojo toma su lugar en tu vestido, en las rosas y en la pasión que siento al tacto.
a la mitad de nuestros abrazos, el gris cambia lentamente a naranja. si alguna vez vuelvo a ver naranja, recordaré tu calor.
al oír tu voz, el amarillo se manifiesta a través de mis pupilas, todo se vuelve de un color vivo, alegre y mi ánimo cambia y se asemeja a él.
cuando bailas, el verde acompaña tus pasos; las hojas caen y cosas tan simples como el césped adquieren cierta magia.
y tu sonrisa... tu sonrisa es la mayor obra maestra que he admirado. todo se torna vivo, maravilloso, inefable.
pero cuando te fuiste, el gris volvió a su lugar,
los paisajes se tornaron insípidos,
el cielo se puso su traje de luto,
las mariposas murieron,
ya no siento ninguna pasión,
tu calor se ha marchado,
la felicidad se ha desvanecido,
los árboles ya no tienen hojas...
y todo lo asombroso que he visto se ha marchado contigo.
así me cambiaste el mundo.
