Habían pasado dos meses luego del acontecimiento del aislamiento.
Era jueves, los días los favoritos de los pacientes, podían salir y estar en las áreas verdes del recinto, tomar aire fresco y alejarse del recuerdo constante de "estar locos" que se desvanecía en el aire fresco del jardín.Sentían que vivían en un mundo donde navidad era cada semana. El canto de los pájaros, las plantas y el gran árbol de cerezo frente a la reja que los separaba de un bosque que les era recordado cada vez por los enfermeros como "la propiedad privada del Doctor Caputo".
Cada vez que lo nombraban Eric se ponía tenso, esforzaba una sonrisa y se iba a su habitación. Connor nunca se arriesgaba en preguntar.
Luego de las primeras semanas, supo el nombre de la chica del maquillaje raro, se llamaba Michelle, y siempre que podía le daba una mirada severa y se limitaba a decir: "No quieres preguntar, no es necesario que lo hagas tampoco". A pesar de ser cercana a Evan, no tenían mucha afinidad.
Le daba escalofríos, pero Evan le decía que a pesar de su torpeza para expresarse, era una persona de lo mas agradable una vez que hablabas con ella. Le recordaba sus viejos tiempos en la secundaria, cuando era mal visto por todas las personas a su al rededor, de todas ellas nadie nunca se le acerco ni un poco para intentar conocerlo en absoluto.
Su mirada se estancó por un segundo en la ventana con cortinas blancas al lado derecho de las puertas, donde veía aquel par de ojos claros y cansados que no perdían de foco a Evan. Connor se preguntaba por qué los padres se esforzaban tanto en no demostrar el amor que tienen por sus hijos.
En su juventud también era un gran problema en ese entonces, a veces por eso se le era difícil diferenciar entre un verdadero amor de padre con una simple cercanía, no era el mejor ejemplo pero con los meses, incluso los años y con la "relación estable" que recibía todo el apoyo de la familia, desvendaba los ojos ciegos de aquel que en un comienzo dudaba de llamar padre, ahora lo hacía todos los días. Ya había sido tiempo faltando a las clases de la universidad, Connor se preguntaba si acaso su familia había sido notificada de su desaparición, se sentía culpable, era lo más posible.
Evan tomó su mano y le sonrió en señal de apoyo pero su postura claramente señalaba que su intención al hablar del tema era que llamara a sus padres o a su hermana, o alguien
"de seguro estarán preocupados por ti, no lo dudes ni un instante".
Ahora hablaba más y se sentaban juntos en la cafetería sin un silencio incómodo, incluso los jueves se fugaban por unos ratos al bosque, las terapias mejoran aún más aunque el psicólogo decía qué sería un retroceso ser completamente dependiente de Evan para ser feliz, y él mismo lo sabía pero nadie podía culparlo en ese entonces de qué relativamente el fuera casi el único motivo de su felicidad, sonaba egoísta decirlo pero ¿Quién no podía ser feliz entre sus brazos, entre sus dulces palabras y esos ojos? Dios...esos ojos, eran realmente el cielo que se sentaría a mirar todo el día.
Aún así todos los días él se esforzaba en mejorar, ser alguien que mereciera a Evan, ser alguien que mereciera ser feliz y vivir sabiendo que estaba bien ser él mismo. Las noches empezaban a ser difíciles y la dosis iba en aumento, no lo comprendía pero lo aceptaba de todas formas hasta que sintió que le pasaba la cuenta.
Sus músculos se sentían cansados, no tenía fuerza para moverse y ni siquiera podía levantarse sin marearse.
"No sé qué mierda está pasando" admitió completamente derrotado ante la situación "¿Qué demonios está mal conmigo?"
Evan se levantó furiosamente, sus ojos azules y opacados ahora brillaban más que otros días, sus puños se estrellaban sobre sus propios muslos.
"Están manipulando tu medicación para que sigas en tratamiento..." respondió entre dientes "sólo espera, detendré esto aunque tenga que estar en aislamiento por toda la temporada"
Connor quería decirle que no interfiera, que no se preocupara por él, que no valía la pena...no podía siquiera soltar un par de palabras, era un inútil, estaba dependiendo de Evan generándole molestias, por su culpa iba a ir a aislamiento, por su culpa él no iba a mejorar, por su culpa...
"Todo esto es tu culpa".
Sintió las lágrimas resbalar por sus mejillas completamente rojas por el enojo y la impotencia que se acumulaba al no poder moverse ni hacer nada por el mismo, agotado decidió cerrar sus ojos y dejar que el calor se lo llevará.
Evan al regresar con los médicos y verlo en esas condiciones no sabía sí conmoverse ante la vista o huir por aquel doloroso revoloteo dentro de su estómago ¿O era sentir su corazón siendo apretado entre dos bloques de cemento una y otra vez? No lo sabía, no sabía qué hacer por él y eso solo lo hacía sentir enormemente frustrado como nunca antes.
Tal vez eso era lo "malo" de estar enamorado de Connor, todo sobre él lo afectaba directamente, incluso lo que no le importará, era como ser parte de su propio cuerpo y alma, a pesar de ello, seguía ahí y era algo que hacía permanecer el sentimiento más fuerte de lo que nunca estuvo hasta que terminaron.
No debía pensar en ello, eso no importaba, así que sólo dejó a su compañero de habitaciones en manos de profesionales y decidió salir de aquel lugar, evitando imaginar que tal vez nunca había dejado de amarlo a pesar de que se había decidido odiarlo en un comienzo, no podía y tal vez nunca pudo.
Tenerlo en sus pensamientos era tener una sobredosis alta de Connor, quién sin permiso alguno se había transformado en su droga, y él se había transformado en un adicto de aquel chico alto y de una pequeña heterocromía que siempre lo volvió loco. Ahora sabía que si estaba allí principalmente tal vez ni siquiera se debía tratar de su intento de suicidio, o la depresión o la presión social, tal vez esta vez solamente estaba loco por él, loco por Connor.
En su sano juicio ¿Quién no se volvería loco por él?
"¿Señora Murphy? Es Evan" dijo con el corazón en la garganta y el teléfono entre sus manos.
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Finally, Found.
FanfictionEvan Hansen y Connor Murphy comparten habitación en un centro psiquiatrico. Connor trata de tomar con tranquilidad el hecho de que duerme en el mismo metro cuadrado que su ex novio luego de que ambos hayan intentado suicidarse. Evan decide que no ti...