Hail to the King

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Virgilio, el Rey de los Caballeros, antiguo Rey de la Bretaña de tiempos pasados, se encontraba en el campo de batalla.

Gilgamesh, Rey de los Héroes, Rey del antiguo imperio de Uruk, le sostenía la mirada al hombre que había reconocido como su rival.

Ambos Reyes exhibían sus auras libremente, chocando la una contra la otra como si de un diluvio se tratase.

Zouken veía todo esto desde un costado, costándole el respirar debido a la presión que ambos Servants emitían.

-Ya veo- musitó Gilgamesh luego de haber estudiado los nuevos ropajes de su rival.- Con que el poder de ese Perro Rabioso te permitió apropiarte de la historia de mi amada Saber. Todo gracias al haberte apropiado de aquello que inició su leyenda.

-Ese hecho debió de crear un fenómeno en el mismísimo Trono de los Héroes- comentó un incrédulo Zouken, antes de ver a Virgilio consternado.- ¡¡Creó a un Falso Espíritu Heroico al reescribir su consciencia sobre la leyenda de una figura tan importante como lo fue el Rey Arturo!!

-Y así, un nuevo Rey de los Caballeros nació- comentó de manera relajada Virgilio.

Vergil expulsaba un aura fría y relajada la mayor parte del tiempo, algo que aún estaba presente en Virgilio, pero con cierto carisma que lo respaldaba.

-Entonces es bueno tener nuestro propio Rey de los Caballeros como respaldo- comentó un ahora tranquilo Zouken.

Usando a [Caliburn] desde la parte plana, Virgilio fue capaz de bloquear un ataque por la espalda.

-Veo que tus tetras no han cambiado para nada...- comentó tranquilo Virgilio, sintiendo como su atacante retrocedía- ...Caballero de la Revolución.

Saltando en el aire para posicionarse en frente de Virgilio, el nuevo retador le dio la cara.

Justo como Virgilio, esta nueva figura portaba la armadura de un caballero, pero hasta ahí es donde la comparación terminaba.

A diferencia de Virgilio que portaba una armadura brillante, el enemigo en frente de él portaba una armadura tan negra como el carbón, con una líneas rojas recorriendo la superficie de esta misma. Su armadura se extendía un poco a su cara, lo suficiente como para cubrir sus mejillas.

-Ha pasado mucho tiempo, Arturia-

Puede que sus ojos ahora sean dorados, y su cabello y tono de piel sean más pálidos, pero Virgilio reconocería esa cara donde sea.

-Zouken- gruñó Gilgamesh sin la necesidad de voltear a ver a su "aliado".- ¿Que clase de ridiculez es esta?

El anciano no se inmutó ante el tono que utilizó Gilgamesh- No tenemos tiempo que perder con el, ambos debemos de hacer nuestra parte para que el Grial se complete- expuso tranquilamente el "hombre".- Luego de que terminemos con los preparativos, por mi pueden matarse entre ambos, a fin de cuentas necesitamos el alma de Berserker.

»Además- se apresuró a agregar Zouken al ver la expresión de Gilgamesh.- ¿No lo haría más digno ante ti si logra vencer a sus adversarios?

-Tsk- Gilgamesh chasqueo la lengua, más no dijo nada y se empezó a retirar hacia la cueva.- No se te ocurra perder, mi Rival.

Con esas últimas palabras del Héroe más Antiguo, más siluetas empezaron a rodear a Virgilio.

A su costado izquierdo se encontraba un hombre de traje negro ceñido al cuerpo de ojos rojos salvajes. En su mano tenia sujeta una lanza carmesí con varios pinchos a lo largo del mango.

-Lancer, es bueno conocerte finalmente- comentó Virgilio hacia el individuo.

A su derecha, una despampanante mujer de cabellera púrpura sostenía una cadena. Su ropa era escasa y tenía un antifaz ocultando su vista, pero con enorme ojo en el centro que parecía tener vida propia.

Devil's FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora