Capitulo 5 "La segunda fase"

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Momentos después de que dejó a Erza en el consejo estudiantil, salió de ahí con la excusa de que había olvidado algo.

Recorrió los pasillos minuciosamente. Pasando la mirada por cientos de rostros que recorrían el pasillo, hasta que dio con el que buscaba. 

–¿Podemos hablar un momento?– le dijo sacando a su cómplice de su reducido círculo de amigas llevándola a un lugar un poco mas privado, lo cual no sería muy difícil ya que la mayoría ya salia de su ultima clase. 

Durante el pequeño trayecto, internamente, celebraba el hecho de que lo planeado le hubiese salido a la perfección. ¡Más de lo que hubiese imaginado! Ahora Erza no queria ni escuchar de Jellal. Pero ¿Porqué él no se daba cuenta? Ya ni siquiera parecía la Erza que luchaba por conseguir lo que queria, que regañaba o llamaba la atención a quien lo merecía. No. Ella parecía volver a ser aquella niña temerosa de si mima y del mundo que la rodea, tan insegura. ¿Cómo podía hacer que ella sufriera tal pesadilla, si según él la amaba? ¿No podía ver que no solo la alejaba de Jellal si no que también aquella horrible broma le hizo mucho daño?

–¿Qué pasa ahora Simón? 

–Voy a seguir con mi plan y, como te has de imaginar, aún necesito tu ayuda 

Simón se encargo de contarle solo lo que tenía que hacer ella, no queria darle muchas pistas de lo que él aria después, sobre todo, si todo iba bien 

–Entiendo– suspiró– Pero ¿Por qué tengo que ser yo la que haga todo el trabajo sucio?

–Porque me lo debes. 


Jellal estaba sentado bajo uno de los arboles de la entrada, sumido en sus pensamientos, ¿Por qué alguien ayudaría a simón a hacerle tal cosa a Erza? y ¿Quien era esa persona? Por su culpa ella lo odiaba ¿Ahora como podría hacerle para que Erza tan siquiera le volviera a dirigir la palabra y poderle explicar todo? Él no había hecho nada, pero por alguna razón, sentía la necesidad de sentirse perdonado por ella.

–Hola Jellal– Una linda y algo conocida voz lo sacó de sus pensamientos

–Ultear ¿Se te ofrecía algo?

–¿Estás bien?– se sentó a su lado–Te vez desanimado ¿ocurrió algo?

–Sí– contestó muy a su pesar–Esta todo bien

–Pues tu expresión me dice otra cosa... ¡Ya sé! ¿Que te parece si salimos esta tarde? Ya sabes, para despejarte un poco 

–Sí. Supongo que podría distraerme un rato

–Bueno nos vemos en la tarde

Y sin más se fue. Jellal decidió que perdía tiempo, necesitaba respuestas y aclarar dudas, y el quedarse ahí sentado, haciéndose esas preguntas a él mismo no lo ayudaría a hacerlo. Así que se levantó y fue de una vez por todas a su casa. Esa había sido una larga mañana y ya había sido hora de que acabara.


Entró a su habitación y se dio un gran baño, esperando que el agua se llevara todas sus dudas, aunque sea por un momento. 

Miró el reloj de su celular, solo faltaban unos minutos para ir a encontrarse con Ultear. Se puso una camisa negra al igual que el primer pantalón decente que halló -no es que tuviese muchas ganas de salir- agarro su chaqueta y antes de salir por la puerta dijo:

–¡Millianna! ¡Regreso más tarde? 

–¡Espera!– gritó mientras bajaba las escaleras apresuradamente –¿A dónde vas?– estaba algo sorprendida, su hermano no solía salir, y menos así de arreglado. A pesar de no haber hecho esfuerzo en hacerlo no iba con una imagen descuidada. –Espera... ¿Tienes una cita?– fue más una afirmación  –¡¿Saldrás con Er-chan?! Al fin hermano, no sabes cuánto espere para este día– estaba saltando de la emoción por la noticia o más bien por la falsa conclusión a la que había llegado –¿La llevaras a una cena romántica? ¿Por fin te le declararas?

Encontrando un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora