Capitulo 10 "¿Y Erza?"

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Todos sin excepción fueron a buscarla alrededor de la playa. ¡Erza¡ ¡Erza! ¡¿Dónde estás Erza?! se escuchaba por todos lados. Algunos fueron a preguntar a las cabañas cercanas si la habían visto, pero todas las respuestas eran las mismas "-Lo sentimos pero no la hemos visto". Lucy estaba muy preocupada, al igual que los demás pero en especial ella, ya que eso no era parte de su plan, pero de alguna forma se sentía algo culpable y mal por ello.


La buscaron por horas. Algunos ya estaban cansados y hambrientos, no habían descansado ni un solo segundo desde que Erza desapareció de la nada. A duras penas decidieron que era hora de tomar aunque sea un pequeño descanso. Excepto Jellal. Quería seguir buscándola, así tuviese que hacerlo durante todo un día sin descansar, comer o dormir lo haría. Sabía de antemano que Erza era capaz de cuidarse sola ¡Era la gran titania! Pero a pesar de ello, Jellal no queria dejarla sola. No de nuevo.

Todos se fueron a la cabaña mientras él intentaba adivinar a donde había podido ir Erza.

-Oye Jellal ven

La habló Laxus una vez de que todos ya estaban en la cabaña, había querido asegurare de que nadie los escuchara o los viera.

-No pienso descansar hasta encontrar a Erza

-Hombre no es eso

-¿Entonces que?

-Solo ven quieres

Jellal lo siguió. Caminaron durante un buen rato por la orilla de la playa, alejándose cada vez más de todos.

-Mira eso -le dijo Laxus cuando llegaron cerca de una montaña rocosa, un par de huellas apenas visibles desaparecían en esa dirección -Creo que podrían ser de Erza. Las encontré hace un momento, le he dicho a nadie que las encontré.

-Gracias amigo

Un buen apretón de manos y Jellal salio hacia donde las huellas lo llevaban. Poco le importo que tanto le calasen las piedras en sus descansos pies. Mientras más se acercaba más la sentía. Algo captó su atención, una silueta hecha ovillo de cabellera escarlata, sin duda eran de ella. Sus ojos se posaban en el horizonte, aun brillaban algunas lagrimas que caían a lo largo de su mejilla.

Tomo aire y se acercó a ella poco a poco, no quería llegar a molestarla. Él se sentía muy culpable por haber sido la causa de esas lagrimas. Porque sin duda lo era.

-Vete de aquí -dijo ella hundiendo su cabeza entre sus rodillas -Quiero estar sola.

Él se dio vuelta para macharse. Apenas dio unos cuantos pasos cuando las palabras de Melody se apoderaron de su cabeza, la iba a perder si no hacia algo. No podía dejar aquel malentendido así. Tomo el valor suficiente y se puso frente a ella.

-Erza, tenemos que hablar.

No hubo contestación. Por un momento solo podían escuchar el sonido de las olas chocar con la costa.

-Erza, por favor escúchame.

-Te dije que quería estar sola.

-Por favor Erza-de nuevo no hubo contestación -por lo menos dime ¿Por qué te fuiste así? Nos preocupaste mucho a todos.

Aunque sabía la respuesta quería asegurarse de no estar equivocado, de que realmente había sido Erza quien estaba en la puerta esa mañana.

-Lo siento. Regresa con los demás y diles que estoy bien, yo volveré en un rato más.

-No. Hasta que me digas que es lo que tienes -Erza no contestó, Jellal comenzaba a impacientarse -¿Lo escuchaste no es así?-su silencio lo atormentaba -¡Dímelo Erza! ¿¡Me escuchaste hablando con Melody!? Y... escuchaste algo de lo que dije...

Ella por primera vez en todo ese rato lo miro. Se levantó, limpió las pocas lagrimas que aun se asomaban y lo miro enojada

-Sí, los escuché

-Dime que es lo que escuchaste.

-Erza y yo nunca estaremos juntos -dijo sin titubar-solo eso escuché

Se sintió como un estúpido, no, peor que eso. Él estaba a punto de contestarle pero ella prosiguió.

- Aunque... ahora que lo pienso bien tienes mucha razón Fernández, tú y yo nunca podríamos estar juntos.

Aquellas palabras sabían como veneno para él. Le dolía. Le dolía tanto como le habían dolido a ella

-Erza lo siento, yo no...

-Ahórrate tus palabras Fernández -lo interrumpió -no tienes nada que explicarme, lo comprendo a la perfección

Su voz era fría y confiada, aunque en sus ojos se reflejaba lo mucho que luchaba por protegerse con esa armadura que siempre utilizaba para que nadie la hiriera. Armadura que nunca funcionaba con Jellal.

-Te equivocas Scarlet. No lo entiendes. -la enfrento con la mirada, pero era suave y cariñosa como el tono de voz que utilizo. El que siempre había utilizado solo para ella- Eso que escuchaste no e verdad. Es cierto, yo lo dije, pero no escuchaste nada antes ni después de eso. Yo siempre he tenido miedo de decirte lo que siento pero creo que viene siendo hora de que lo sepas -tragó y con el corazón en las manos le dijo-Yo te amo Erza Scarlet




Encontrando un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora