•-Reencuentro De Amor-•

Capítulo 31

Narrador en tercera persona— 1 año más tarde

1 año más tarde, todo había cambiado.
Andrés había cambiado su manera de actuar con sus hijos, principalmente con Lara y Felipe.
Varias razones llevaron a que este señor dejará su instinto paternal.

El antiguo Andrés que conocíamos,tierno y a la vez frío, feliz y a la vez triste. Ese padre tierno y agradable cambio a ser un hombre sin sentimientos duro con su familia. Muchas razones han hecho a un hombre así.

—¿Qué es lo que sucede que no puedes mudarte con Ana?— la voz de Andrés se escucho en toda la oficina.

—No puedo padre, sabes que todo es díficil. Tu sabes cómo es la mafia, además ¿Qué quieres que haga? No la amo, no puedo fingir algo obvio— respondió Logan a su padre.

—Es por nuestro bien Logan. Sabes que si tú no haces eso podríamos llegar a morir— volvió a decir la voz de Andrés.

Tal razón era que Andrés había metido la pata en un contrato sin leer con uno de sus socios, el cual es parte de la mafia.
El contrato trataba de que si Andrés tenía un hijo mayor debía casarlo con la hija menor del rey de la mafia, y si no cumplían ciertos requisitos toda la familia pagaría con su vida.

—Yo no te pedí que lo hicieras, ¿O acaso sí?— el tono de voz de Logan ahora había salido más alto. Era claro que le molestaba que su padre solo le importará el bien de él y no el de su familia.

—Ya déjate de estupideces Logan, y ve a hacer lo que debes junto a tu esposa. Y más te vale que no metas la pata, malagradecido— y con eso se retiró de la oficina.

Logan, quedó ahí, parado apoyado contra la mesa de la oficina de su padre. Tanto él como sus hermanos estaban todos confundidos por el cambio de su padre. Él ha estado raro desde que llegó de Houston hace dos meses.

Todos piensan que tuvo algo que ver con la muerte de uno de los mayores empresarios de los Estados Unidos. Hay varios chismes que han llegado, tanto haciendo que compañeros, amigos y familiares de sus hijos se alejaran de ellos. Todo eso provocó que ellos se hicieran más unidos y no dejarán que nada ni nadie los molestará.

Logan estaba tan sumidos en sus pensamientos que no se dio cuenta que su teléfono sonaba hasta que una llamada entrante lo saco de sus pensamientos.

Era una llamada de Ana, su esposa, tomo su celular y atendió.

—Diga— fue la única palabra que salió de su boca.

—Logan, ¿Podrías venir a la casa un momento? Necesito que hagamos un pequeño viaje— la voz de Ana sonó. Y por cierta razón una pequeña sonrisa se le formó en su rostro.

Una cosa había que aclarar, el primer día de la luna de miel ellos habían hecho un pacto. Serian amigos en una relación de esposos, ellos actuarían frente a cualquier cámara o lo que sea. Ella es tierna y amigable con él, mientras que él es aún algo frío pero aún así la trata bien.

—Ya voy Ana, solo estaba hablando con mi padre— respondió este caminando fuera.

—Esta bien, te veo aquí—  luego de eso, ella colgó. Él se importó en llegar a su auto, cuando estuvo cerca de su auto vio una chica parada pero no se veía nada bien. En sí no parecía real. Se acercó suavemente allí y hablo.

—Oye, ¿Estás bien?— pregunto él. Esa chica no respondió, y se fue, se encogió de hombros, subió a su auto y se dispuso a conducir a la casa de Ana.

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Mientras todo eso sucedía con Logan, sus hermanos se hacían más fuerte. Su unión era única, no dejaban que nada les afectará si ellos no lo permitían.