Capítulo 10: Video Vigilancia.

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No sé como, realmente no sé como, estoy dirigiéndome a la habitación 583, con Emma, para dormir con Chris y Zabdi.

No tengo idea de cómo me han convencido, pero los muy malditos lo han hecho.

Cambiando de tema, pusimos una cámara escondida encima del armario para grabar todo lo que suceda esta noche en nuestra habitación.

La cuál gracias a la computadora de Emma, podremos verlo en directo. Porque obviamente no íbamos a dejar que entraran, que vieran que no estamos y se fueran.

Nosotras lo hacemos todo bien, si nos la quieren jugar, bien, pero que sepan que siempre vamos un paso por delante. Paso una mano por mi pelo y veo a Emma a punto de tocar la puerta, agh.

—Aún estamos a tiempo de irnos —lloriqueo, ella se ríe y saco el puchero del labio inferior.

—Ya estando aquí, así que tranquilízate, y no mates a Chris —se ríe, entre cierro los ojos hacia ella y niego.

—No prometo nada —murmuro mientras veo su mano tocar la puerta, la cuál se abre dos segundos después por Chris, y su gran y estúpida sonrisa.

—Señoritas —abre la puerta ampliamente para que pasemos, lo cuál Emma hace tranquilamente, claro como ella va a dormir con su noviecito, y yo tengo que soportar a este espécimen humano.

—Hola preciosa —sonríe el idiota.

—Christopherlucho —respondo mientras entro a la habitación.

—¿Cuándo vas a dejar de llamarme así? —pregunta mientras cierra la puerta detrás de mí.

—Cuando... Nunca, ¿Para qué mentir? —me río, el rueda los ojos.

Dejo la bolsa con la computadora y los pijamas encima de la cama de Chris y me siento. Mientras observo a Zabdi y Emma besándose, dios nunca entendí el amor, de verdad.

Me refiero a que me he sentido atraída a muchos chicos, pero al único chico que soporto que me toque y me abrace sin parecerme un pesado es Brad. Se supone que somos las chicas las que somos cariñosas, pegadizas y pesadas, pero eso simplemente es otro cliché.

Porque yo simplemente no puedo soportar a un chico mandándome mensajitos con corazones, besos y esos malditos emoticones románticos de WhatsApp.

Aunque nunca he tenido una relación, mi primer amor a los once años Jack Scott con el que conseguí salir, solo duramos una semana.

Demasiado para mí, pero era una niña y ahora pase de niña, a adolescente conspiradora harta de relaciones cursis.

Lo normal, ¿No?

—¿En qué piensas? —pregunta Chris sentándose a mi lado.

—En los cursis que pueden llegar a ser las parejas —murmuro, mientras sigo observando la pareja.

—Sí, estoy completamente de acuerdo contigo —asiente —Son muy empalagosos, pero me alegro por Zab, siempre se quejaba de no poder pedirle para salir a Emma, una tortura para mí —se ríe, sin darme cuenta ya tenía una sonrisa ladeada en mi cara.

Cada pareja besándose y abrazándose, demostrando su amor en público, me parece simplemente, muy empalagoso, y realmente odio esa típica pareja que no se aparta el uno del otro.

Simplemente no nací con el don romántico como mi madre, que adora las películas de amor, los corazones, siempre celebra San Valentín a lo grande, cada semana tiene que tener mínimo dos cenas románticas con mi padre...

Lo cuál me parece asqueroso.

Sí, yo no salí a ella.

Cuando por fin Zabdi y Emma se separan. Agarro la bolsa y saco la computadora.

INTERNADO DE EGOS (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora