Aqui se iniciaba el principio de una bonita relación entre nosotros. Los principios siempre suelen ser los mejores. Recuerdo que una de las noches que se quedo en mi casa, le llene la cara de besos, literalmente. Fueron 500.
Venia todos los días, pasábamos la noche juntos, entre risas, besos y abrazos, era perfecto. El era perfecto.
Recuerdo también, uno de los días el salió de fiesta con sus amigos, en su pueblo, que como dije esta a un cuarto de hora del mío. Cerca de las seis de la mañana me escribía para decirme que le hiciera un bocadillo y que le abriera la puerta. Obviamente no le creí y me asome a la ventana. Y allí estaba el, sentado en una silla de un bar que había debajo de mi casa mirando hacia la ventana.
Había venido andando desde su pueblo, porque por aquel entonces no tenia coche.
Al verlo allí, inmediatamente le abrí la puerta y él subió. Cuando entro le dije que estaba loco que porque había venido a estas horas y encima caminando, a lo que me respondió..."Quería pasar la noche contigo, te echaba de menos.
Y una vez mas, sentí el cosquilleo en la boca del estomago.