Una vez más estaba de pie en medio del comedor principal, la mesa estaba puesta, había cinco lugares en ella, cinco platos, cinco pares de cubiertos y además múltiples platillos humeantes y apetitosos sobre ella que le recordaron de inmediato que no había desayunado esa mañana. Se acercó lentamente a la mesa, dudando en si debía sentarse para continuar con la visión que estaba teniendo en ese momento. Se había acostumbrado a que estas cosas sucedieran en el momento más inoportuno, así que estaba lista para cualquier tipo de horror al que sus ancestros o el mismo universo decidieran someterla. Tomó aire, se acercó a la mesa y apartó la silla para sentarse, pero cuando estuvo a punto de hacerlo un par de manos conocidas arrimaron la silla hacia adelante. Samantha alzó la mirada para ver el rostro serio y carente de emoción alguna de Elijah Mikaelson. Al principio eso le pareció curioso, pero luego borró ese pensamiento absurdo de su cabeza al recordar que aquello era algo típico de alguien tan elegante y caballeroso como él, reemplazando su anterior suposición por una nueva.
Esta vez era consciente de que su mirada no estaba en ella, sino en sus hermanos Kol y Finn (ahora en sus cuerpos de brujos), ocultando tras una falsa máscara de serenidad toda la furia que parecía tener dentro. Cada pieza comenzaba a caer en su lugar y el oráculo sabía que en unas horas esta predicción se cumpliría. Solo necesitaba prestar la suficiente atención a todo para saber qué hacer. Debía tener significado todo esto de una forma u otra. Klaus estaba a la cabecera de la mesa, mirando a sus hermanos mientras hablaba con entusiasmo y una sonrisa satisfecha. Aún no podía escuchar su voz. Sam nuevamente fijó la mirada en Elijah, quien esta vez lucía perturbado y en una lucha interna por contener toda la ira que se formaba, sujetando un cuchillo en su mano con más fuerza de la necesaria.
En ese momento escuchó un murmullo de parte de Finn, algo que aún no lograba captar, ni siquiera colocándose a su lado. Eso causó que Elijah saltara de su lugar con brusquedad para tomar a su hermano del cuello y lo arrojara de espaldas sobre la mesa.
- ¡Elijah!- Eso sí lo había escuchado. Su voz teñida por el miedo y la sorpresa ante ese comportamiento tan inusual a la vez que se veía a sí misma tomando a su vinculado del brazo. Elijah sacó sus colmillos y mordió el cuello de Finn.
Samantha negó con la cabeza dejando salir un suspiro lleno de frustración a la vez que miraba el reloj atado en su muñeca. Llevaba horas en el submundo y aún no le encontraba solución a lo que estaba por suceder. No sabía cómo evitar que Elijah perdiera el control. Era demasiado probable que eso fuera un efecto secundario de su tortura con Esther, pero no le encontraba una solución mejor que el re- entrenamiento de su fuerza de voluntad para contener el hambre. Eso era todo lo que tenía. Dependía completa y únicamente de Elijah, aunque claro, ella podría ayudarle si tan solo no hubiese pintado esa línea entre ellos.
Otra vez.
El oráculo maldijo por lo bajo al recordar como su vinculado había rechazado su tacto, a pesar de que tuviera tacto al hacerlo no eliminaba la decepción que la había embargado. Le daría su espacio y esperaría pacientemente a que la dejara entrar, tenía todo el tiempo del mundo. O al menos él. Debía recordar que aún era mortal y que eso no cambiaría, no solo porque para cumplir su misión debía permanecer como un oráculo, sino porque no sabía cómo ser inmortal o como invocarla sin caer en el vampirismo. Había muchas dudas sin respuesta que tenía que solventar.
Prosiguió entonces con la segunda visión.
Una bandada de estorninos surcaba los cielos e invadían sus oídos con su melodioso canto. Si Samantha no supiera que esa ave tenía relación con la madre de Klaus, quizá entonces le habría gustado el sonido de aquella canción, pero en cambio solo lograba erizarle la piel. De pronto escuchó los quejidos seguidos de una cabellera rubia que caminaba tan rápido como podía para alejarse de un parque de niños con un bulto en brazos.
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2| Profecy (Elijah Mikaelson)
FanfictionSamantha Mitchell no solo había ganado amigos al cambiar de dimensión, sino también una familia por la que esta dispuesta a dar su vida de ser necesario. Aunque eso no logra llenar por completo el agujero en su pecho que dejó Elijah Mikaelson. No lo...