10- Between Spells and Lies

1K 49 57
                                    

A lo lejos escuchaba el suave cantar de los pájaros y el suave soplido del viento sobre su rostro. Samantha nunca sospechó cuan cansada estaba hasta que cerró los ojos, luego de eso cayó noqueada por el suelo. Dada la luz que impactaba en su rostro debían ser al menos las ocho de la mañana. Recordaba el hermoso resplandor de las estrellas, el ardor de sus heridas y el punzante dolor de cabeza después de realizar el hechizo. Lo que no recordaba era dormir abrazada a algún oso de felpa o alguna almohada. Por lo que sumamente extrañada y somnolienta abrió los ojos para toparse con el firme pecho de un hombre que respiraba al mismo ritmo que ella. En ese momento recordó su conversación de la noche anterior, y lentamente alzó la mirada para toparse cara a cara con la mirada café del original. Tal vez debió alejarse, teniendo en cuenta lo que había sucedido la noche anterior entre él y Hayley, pero en ese momento al tenerlo justo a unos centímetros de ella no podía pensar en nada más. Eran solo ellos dos en ese maravilloso prado en la ciudad de Arkansas. Se había olvidado de casi todo, dejando espacio solo para ese momento.

- Buenos días- murmuró Elijah con una suave sonrisa en su rostro al notar que finalmente ella había despertado. Lucía tan atractivo con la luz del sol y la sombra de las hojas sobre su rostro. Tan delicado, tan endemoniadamente atractivo, y tenía tantas ganas de acariciar su rostro.

Al percatarse de lo cerca que estaban, Sam se alejó y se incorporó rápidamente sintiendo como su corazón golpeaba con fuerza en su pecho. Cuando de pronto un fuerte mareo la invadió.

Si, el levantarse de golpe no era una buena idea para alguien que acaba de despertar.

- Maldición, me quedé dormida- profirió ella por lo bajo con una mueca mientras se frotaba los ojos bajo la atenta y alegre mirada de su vinculado. El mareo poco a poco se desvanecía, pero ella continuaba con sus manos sobre su cabeza, y el breve ardor en ellas le recordó las heridas que había sufrido la noche anterior- Supongo que estar en dos lugares a la vez es mucho más agotador de lo que creí- suspiró tras ver sus manos y notar el vendaje en su pecho y en parte de su abdomen. Volteó hacia el original, quien también observaba sus heridas atentamente y con algo de dolor. No le gustaba verla herida pero sabía que no podía hacer nada de momento, y el darle de su sangre no era una opción- ¿Por qué no me despertaste?- preguntó Samantha con el ceño fruncido debido a la cantidad de luz a su alrededor. Aún le costaba a su vista el acostumbrarse.

La sonrisa de Elijah volvió a dibujarse.

- Te veías muy cómoda- había un brillo en sus ojos que solo aceleró el corazón del oráculo, de nuevo.

- Pero si te levantaste para ir por otra sábana y un suéter- señaló ella mientras tomaba en sus manos la sábana extra que había notado sobre sus cuerpos. También había notado el suéter de color negro que la cubría. Tenía impregnado el aroma de Elijah por toda la tela, por lo que supuso que era de él.

- No quería molestarte.

- Como sea- dijo en un suspiro mientras que desviaba rápidamente la mirada de la suya. No soportaría otro minuto mirando ese brillo en sus ojos, de lo contrario saltaría directo a por sus labios y quería mantener su palabra sobre darle el espacio que pedía. Samantha se estiró, soltando un gemido de gusto y luego se uso de pie más satisfecha. Elijah solo se puso de pie sin dejar de pensar en lo adorable que la castaña se veía, parecía un gato, lo que tenía sentido para él. De pronto el teléfono de la chica sonó en el bolsillo de su pantalón y tras tomarlo verificó de quién se trataba- Maldición- espetó ella por lo bajo en cuanto vio el mensaje de texto.

"Estoy con Camille, vamos de camino a la casa de seguridad. 2 horas

- Klaus"

Dos horas pasaban volando y tenía tanto por hacer. Estaba 100% segura de que su cabello lucía terrible, por no mencionar que sentía el rastro de baba seca a un lado de su mejilla. No tenía ni el valor de verse a un espejo, podría salírsele el alma del cuerpo probablemente del susto que le daría.

2| Profecy (Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora