Sherlock había llegado de la escuela decepcionado de nuevo, se sentía solo en la escuela y los demás niños lo golpeaban constantemente. Sus ojos heterocromáticos se fijaron en la casa, también estaba sola, a sus escasos 9 años, era más listo de lo que parecía, sin embargo, él se sentía un tonto al lado de su familia. Recorrió el vecindario al que se habían mudado, no le gustaba, era demasiado bullicioso y lo distraía de sus pensamientos.
Suspiró, al llegar a casa y ver solo las ventanas abiertas, sabía lo que significaba la Sra. Hunter estaba dentro y lo cuidaría Dios sabía hasta cuando. Puso los ojos en blanco al ver que la Sra. se acercaba por las ventanas para ir a abrirle la puerta de color azul marino, con decoraciones doradas por algunos lugares. Sus pasos se escucharon apresurados mientras el niño esperaba en el pórtico de la casa.— Pasa querido — Dijo la amable anciana cuando vio al pequeño rizado sosteniendo su mochila sin ánimos — Cómo te fue — Pregunto la anciana, justo cuando el chiquillo se iba de la sala.
***
M
ycroft llegó cansado a casa, la preparatoria, le estaba absorbiendo su tiempo demasiado, tanto que monitorear a su pequeño hermano era casi imposible.
— Joven Mycroft un gusto verlo — Dijo la Sra. Hunter justo cuando el mayor de los Holmes se sentaba en su butaca preferida, que daba la vista a la chimenea y a los ventanales que permitían ver el patio.
— ¿Dónde esta Sherlock? — Preguntó mientras tomaba un periódico.
— No ha salido de su cuarto desde que vino a las 2:00 de la tarde — Mycroft vio el reloj gigante de la pared en la sala de estar, eran las 6:00 de la tarde.
— ¿Sabe si comió algo? — Recordaba los problemas que había estado teniendo Sherlock en la escuela.
—Sinceramente, ni siquiera pude hablar con él — Ella miró al mayor de los Holmes con angustia — Intente sacarlo pero, no me hizo caso.
Mycroft ya no dijo nada más, se dirigió al cuarto de su pequeño hermano en la segunda planta y tocó.
El silencio contestó.
— Sherlock — Inmediatamente escuchó la voz de Mycroft el niño abrió la puerta — Qué haces encerrado.
—No quiero salir de nuevo — Mycroft lo miro, con un poco de preocupación notoria — Y es mejor así.
— Mycroft se acerco a la ventana del cuarto del pequeño — Ven acá... Trae una colcha
— El niño se acerco jalando su cobija de pirata — Quisiera quedarme en casa solo contigo. Pero ya no pasas aquí, y eso no te importa. — Pudo sentir el reproche en la voz del Rizado.
— Él mayor de los Holmes lo recibió en sus brazos, para acomodarse en el pequeño espacio para sentarse frente a la ventana — Eres lo que más me importa, pequeño hermano.
ESTÁS LEYENDO
221 Sherlockian's
Acak¡Curiosidades, típicos, frases y muchas otras cosas! No suelo hacer libros así, pero desde hace tiempo lo vengo pensando, además pondré notas de mis intentos de historia ;-;. Solo es para que lo pasemos bien, y conozcamos un poco más de Sherlock y...