III

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Teníamos rato caminando a través de aquel temeroso bosque, al parecer había amanecido pero miré al cielo y estaba cubierto por neblina. Sparkie corría delante de nosotros, Ethan le lanzaba nueces que encontraba tiradas y el perrito se la devolvía, para ser sincero ya me sentía fatigado, no se por cuanto tiempo estábamos caminado, una pequeña musica de piano comenzó a sonar por nuestro entorno, ¿Esperen un piano en un bosque?... Bueno si ya vi como muertos salia de la tierra no puedo esperar nada de este lugar.

Caminamos en dirección de donde provenía el sonido y allí apareció una cabaña un poco grande, no sabría si decir que era tenebrosa porque estaba decorada con guirnaldas y luces navideñas, había humo en la chimenea y en la entrada había una campana, la puerta se abrió y una joven mujer de cabello rojo salió, pude notar que agarro la cuerda de la campana y comenzó a tocarla.

— Todos a clases rápido — Dijo con una suave voz, la verdad esperaba a ver niños corriendo,  pero para mi sorpresa eran animales como Leonardo, habían pájaros, gatos,  mapaches, conejos, venados etc... Así que salimos entre las hojas en dirección hasta la escuela. La mujer nos miró con un poco de sorpresa y nos lanzó una cálida sonrisa. — Deben tener frío rápido pasen.

Miré a mi pequeño hermanastro que rápido  decidió entrar, al parecer confió en ella,  y la verdad no parecía mala persona o al menos eso pensé.

— Gracias por dejarnos entrar — Dije amablemente una vez que entré al recibidor, era chistoso por que era una especie de escuela esta cabaña, habían unas escaleras que conducían a la parte de arriba suponiendo que eran donde daban clases,  ya que pude ver cómo los animales subían, aparte otra cosa que pude notar era que...  Estaban con ropa. La mujer me miró con suavidad.

— ¿Han caminado mucho? — me preguntó mientras nos invitaba a subir las escaleras.

— Si, disculpe que pregunte pero ¿Qué pasó con ellos? — termine preguntando, la mujer supo a que me refería... Los animales.

— Es terrible lo que esos animales pasan, en esta fechas más que todo — comenzó a decirme. — La bruja ha hecho de la suyas por muchos años, estoy viendo a ver si con tradiciones navideñas se puede revertir la maldición que les lanzó... Aunque dicen que si cortas los hilos de sus contratos las maldiciones se romperían.

— ¿Puedo entrar en su clase? — Preguntó Leonardo que al parecer se sentía mal.

— Si claro suban de hecho pequeño a ti también te servirá — Le respondió a la ardilla, la verdad, sentí un poco de pena no se que habrá hecho en su momento Leonardo pero me compadecí por el.

Al entrar al aula sentí el cálido ambiente a Navidad, la mujer nos sirvió chocolate caliente que de verdad olía muy bueno, pude ver a los diferentes animales, la chica se sentó en el piano y comenzó a tocar una suave y triste pieza, no creo que resultara ya que los animales estaban mas triste, Ethan me miró y luego se puso de pie y corrió hasta donde la maestra que pude ver su nombre en la pizarra escrito Beatriz... 

— Señorita podría tocar algo mas alegre como esto — el chico posó sus manos en el piano y la verdad me sorprendí cuando tocó la melodía no sabia que tenia esa cualidad.

— Muy bien — Le respondió amablemente,  mientras la música cambio el ambiente de aquel salón de clases,  era la musica de Jinglebells o suenan las campanas,  Ethan afinó la voz y comenzó a cantar armoniosamente. Me parecía gracioso, los animales miraban al chico cambiando su semblante, mis pies se tambaleaban al ritmo... Por que debo admitirlo el chico tenia ritmo.

De pronto un sonido paró la música y escuchamos un sonido de un pequeño animal casi agonizando. Me levanté y mire hacia el grupo el pequeño mapache temblaba, la maestra Beatriz se acercó a mi lado, mi hermanastro también se paraba junto a nosotros, lo tomé por los hombros para que no se acercara más.

— Pobre, la poca humanidad que le quedaba la perdió — Comentó Beatriz que al parecer tenía lágrimas en los ojos, sentí compasión por la pequeña criatura.

— ¿Me pasará eso a mí? — Preguntó Leonardo mirando con atención como la mujer tomaba al animal y caminaba a la entrada.

— Si no se rompe el trato con la bruja si — Respondió la mujer bajando las escaleras — Hace mucho tiempo que la tranquilidad en Farydale se fué — abrió la puerta y puso al pequeño mapache que corrió al bosque perdiéndose en el. — el leñador es el único que entiende los secretos del bosque.

— ¿El leñador dijo? — Pregunté con curiosidad.

— Si...  Es el único que se ha enfrentado a TheFrost,  en pocas palabras que no le tiene miedo — Me respondió — Si lo llegan a encontrar alguna vez por favor diganle que siento mucho lo de su hija...

La mujer volvió a subir las escaleras, Leonardo aun seguía en mi hombro, se había quedado mudo ante todo.

— No te preocupes te ayudaremos a que no te quedes así para siempre — Dije dándole ánimos, después de descansar y que Beatriz nos diera algo de comer, volvimos a tomar camino por aquel bosque, ya no me sentía raro de hecho esperaba encontrarme con cualquier cosa de ahora en adelante.

Un cuento de navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora