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Albus se estaba poniendo su smoking. No le gustaba nada tener que vestirse de ese modo.
Aún se acuerda de la carta que le envío Gellert hace dos semanas.

"Hola Albus,
¿Qué tal? Yo estoy genial.
¿Sabes qué?
Ayer estaba corriendo y de repente me choqué con una chica. El caso es que me invitó a un café y quería que nos conociéramos mejor, pero la verdad es que no me van las chicas.
Pasemos al tema importante.
Ya llevamos varios meses de relación. He decidido una cosa: ¿Te apetecería venir a cenar con mi familia? Obviamente tus padres también están invitados.
Quiero que mis padres sepan... Lo nuestro. No quiero esconderlo para siempre.
Vale, a lo mejor estoy exagerando con todo el tema de la cena, pero quiero que conozcan a la persona que me hace feliz (parezco un cursi de mierda).
Bueno, obviamente si no quieres no pasa nada.
Con amor,
Gellert"

Dumbledore le dijo que se lo pensaría, pero al final obviamente no pudo decirle que no.
Los nervios lo consumieron durante tres días y dos noches.
Aún no le había dicho nada a sus padres sobre la relación, y tenía miedo. Sabía que no se lo tomarían mal, ya que cada vez que surgía el tema de las personas homosexuales decían que las personas homofóbicas son crueles al decirles "no naturales" "es una enfermedad" "que asco".
Pero nunca se sabe cómo reaccionan las personas al descubrir que su propio hijo hace parte de esa hermosa comunidad.

Soltó un suspiro, aún más nervioso que antes.
—Albus, es hora de irnos— gritó su madre desde la puerta principal de la casa.

(***)

Grindelwald paseaba nervioso por toda la casa.
Ha estado pensando seriamente en decirle a la familia de Dumbledore de que se sentía mal y que tenían que cancelar la cena, pero al final no lo hizo.
Ese es un día muy importante para los dos.
El corazón casi se le sale de la garganta cuando la resonancia del timbre invadió la casa.
—¡Hola! Bienvenidos... Me llamo Marie... Oh sí, dejen la chaqueta allí si quieren—
Grindelwald bajó corriendo las escaleras y se encontró a un tímido Albus.
Su corazón se llenó inmediatamente de ternura. Gellert se sonrojó y le sonrió a su novio.
—¡Albus! ¡Hola!— dijo intentando sonar sólo amigable delante de los adultos.
En la cara del moreno se pintó una ancha sonrisa.
—¡Gellert!—
Los adultos sonrieron ante, lo que ellos creían, una simple amistad. Los señores Grindelwald llevaron a los Dumbledore hacia el salón, donde empezaron a conversar y a conocerse mejor.
Al ver que nadie estaba cerca, los dos jóvenes se fundieron en un cálido abrazo y se besaron tiernamente.
Cada uno aspiró el aroma del otro como si fuese droga.
Al cabo de unos pocos minutos, fue Albus quien interrumpió el silencio.
—Suerte—
—Y a ti— le respondió el rubio, sintiéndose cada vez más nervioso.
Albus debió de haberlo notado, ya que le dedicó una sonrisa motivadora y le dio la mano.
Se besaron una última vez y se dirigieron hacia el salón, donde se comportarían como amigos, mientras separaban lentamente y sin ganas las dos manos entrelazadas.

Holiss,
En serio, os amo.
Gracias a todas las personas bonitas que comentan en cada capítulo. Hacéis que mi día sea más feliz y hermoso :'3.
<3

Un Amor Peligroso [Grindeldore]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora