❛ TaeYong acomoda sus orejitas una vez más, después su flequillo color rosa, se asegura que su collar esté bien puesto y sonríe tímidamente cuando se mira al espejo. Se ve lindo...
JaeHyun dijo que se veía lindo antes de llevarlo a su trabajo e irse al suyo propio, le acaricio su cabecita con cariño, ajusto su collar lo suficientemente apretado como a él le gusta y le colocó una bufanda de color azul pastel al rededor de su cuello para ocultarlo y para protegerlo del frío. Le gustaría tanto usar sus orejitas en el trabajo, todo el tiempo... Pero sabe que no puede así que siempre debe esperar al llegar a casa.
Por eso, ahora cree que se ve mil veces más lindo.
Toca su collar de color rosa –sip, al igual que su cabello–, con un lindo moñito en frente, un par de rosas a los costados y la pequeña argolla debajo del moño. Delicado, comotú. Fue lo que dijo YoonOh cuando se lo colocó por primera vez, TaeYong sigue teniendo cosquillas en su pancita cuando lo recuerda. Él tiene muchos collares, en su mayoría rosas y con cascabeles pero ninguno es tan especial como el que tiene puesto en ese momento. Su favorito, sin duda.
JaeHyun podía colocar la correa con más facilidad y tirar de él. Suelta un suspiro tembloroso de sólo pensarlo, le gusta cuando él hace eso, cuando tira de su correa mientras lo hace gatear detrás suyo. No puede evitar el temblor en su cuerpo pero... ¡Extraña a su amo! Hace un pequeño puchero y camina hacía la cama, gateando por el colchón antes de recostarse, recargando su mejilla sobre un cojín, frota su mejilla contra esté antes de soltar un suave y muy, muy bajito maullido.
Cierra sus ojitos, dispuesto a dormir hasta que YoonOh vuelva a casa pero su mente no ayuda mucho porque lo primero que su cabecita proyecta es a JaeHyun, tirando de su correa... Intenta lanzar la imagen lo más lejos de sus pensamientos pero logra lo contrario; comenzando a pensar en el menor repartiendo besos por su piel y haciéndolo temblar; jadea por sólo imaginarlo y al instante se pone todo necesitado. Suelta un suave gimoteo contra el cojín, siente el calor subir a sus mejillas, muerde su labio inferior tratando de dejar de pensar en aquello.
JaeHyun. JaeHyun. JaeHyun.
Es lo único que su mente puede pensar, JaeHyun marcando cada parte de su sensible cuerpo, JaeHyun tocándolo, JaeHyun cuidando de él como solamente él sabe hacerlo. Y no quiere desobedecer, claro que no porque él siempre es obediente, es un gatito obediente para su amo, tal vez a veces se divierte haciendo enojar al mayor pero disfruta mucho más obedeciendo.
