Cap 11✔️

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No sé porque pero lo hice, fui al árbol de siempre y lo encontré sentado con un ramo de rosas en las manos, en mi vida me lo imagine así, tan tranquilo y detallista.

—Hola. —Dijo ¿tímido?

—Hola ¿qué quieres?

—Primero darte las rosas, luego pedirte perdón y quiero saber si hay posibilidad de que se arreglen las cosas. —Me da las rosas.

—Ethan no tenemos porque hacer esto.

—Claro que si, te lo mereces, te mereces más.

—Pues te perdono.

—Eso no sonó muy sincero de tu parte.

—Te perdono Ethan, pero no podemos arreglar las cosas así como así, ayer dijiste demasiada basura, aún así te cure las heridas y estoy confundida.

—¿Por qué?

—Ethan quiero tiempo para pensar.

—Quieres un novio cursi, pues lo tendrás, este es el inicio, los detalles. Te llamaré todas las noches antes de que te duermas y te recordaré lo mucho qué te quiero, lo importante que eres para mi y lo dispuesto qué estoy a cambiar. Intentaré dejar de ser celoso y ese tal Kyle podrá ser tu amigo, no me importa...

—Ethan basta, me gusta mucho lo que estas diciendo, sería lindo, pero no es solo lo que yo quiero, es lo que tu también quieres... Lo que ambos queremos y ciertamente no creo que vuelva a funcionar.

—Lia, solo necesito una oportunidad, no lo arruinare esta vez.

—He leído y visto mucho acerca de las segundas oportunidades y no resulta, simplemente por algo acaban las cosas.

—Por favor.

—Bien te doy otra oportunidad pero te alejas de mi.

—Eso no tiene sentido.

—Para mi si.

—Lia...

—Bueno tú única oportunidad, pero quiero aclarar que no estamos volviendo debes esforzarte por conseguirlo.

—Lo haré. —Me dio un beso en la frente y se fue.

Los días fueron pasando y tal y como lo dijo comenzó a cambiar. Cada mañana encontraba una rosa con una nota en mi casillero, o dejaba dulces. Llamaba todas las noches... justo como ahora...

Ethan

—Hola. —Dijo.

—Hola.

—¿Podrías dejar de escribir sobre nosotros?

—¿Cómo sabes que es sobre nosotros?

—Voltea a la ventana.

—¿Qué haces aquí? —Colgué en teléfono.

—Solo quería verte. —Abrí la ventana y lo deje pasar, era la segunda planta no se como no cayó.

—¿Verme?

—Si, hoy luces muy linda, incluso sin ningún rastro de maquillaje y ese cabello alborotado, y tú linda y sexy ropa de dormir.

—¿Todo bien?

—Si... —Dijo acortando la distancia.

—¿En serio va todo bien? —Susurre mientras él se acercaba más.

—He dicho que si. —Dijo muy cerca de mi oído.

—Dime lo que piensas.

—En este momento solo quiero besarte. —Dijo cerca de mis labios.

No me resistí más y lo besé, ya caí bajo, debió enforzarce más, y yo estoy aquí permitiemdole qué roce su lengua con la mía, y me tome muy fuerte de la cintura; la cordura se esfuma de mi ser cuando tira de mi bata y nos tumbamos sombre la cama, cada vez lo estoy necesitando más.

—Ethan...—Gemí sobre sus labios.

—Lia no hagas eso por favor.

—Ethan... —Repetí mi acción.

—Shhhh. —Beso mi cuello, y nos fuimos deshaciendo de la ropa.

Quedamos completamente desnudos y nuestros cuerpos estaban dispuestos a convertirse en uno solo por segunda ocasión, nuestras respiraciones ya eran agitadas y las marcas en mi cuello eran muy rojas.

—No podemos, no somos nada.

—Siempre lo hemos sido todo, aunque no llevemos título. —Llevo sus labios a los míos, y me beso fuertemente, con desesperación y deseo pero había algo distinto era amor.

—Trajiste un preservativo por lo menos.

—Si.

—Entonces viniste con un propósito.

—No, pero ya sabes uno nunca sabe y mas vale estar prevenidos.

—Bueno, pues hay que hacerlo.

—Si. —Se coloco el preservativo antes de volver a la sesión de besos y luego hacerme sentir completa.

El placer crecía más y más conforme nuestros movimientos y logramos llegar al clímax juntos. No teníamos tanta libertad de hacer ruido pero lo logramos.

—Te quiero. —Dijo en cuanto se acostó a mi lado.

—Yo también.

Fue al baño y luego se metió de nuevo a la cama, nos abrazamos y nos quedamos dormidos.

Al despertar un cuerpo semidesnudo me abrazaba con fuerza.

—Oye Ethan...

—No vayamos a la universidad por favor.

—Te concedere ese deseo pero muévete, necesito hacer pis.

—Lo siento. —Dejo de abrazarme y fui al baño.

Me puse su sudadera y me puse mis  shorts de pijama.

—Que sexy te ves con lo que llevas puesto. —Se sentó en la cama en cuanto salí.

—Gracias, creo que esta sudadera se te va a perder.

—No.

—Si.

—¿No iremos a la universidad?

—Creo que no.

—Hoy es viernes, nadie va.

—¿Qué haremos?

—Lo que quieras estoy a tus órdenes.

—Pues quiero desayunar y luego ir al cine y pasear yo que sé, sorprendeme. ¿Qué quieres hacer tú?

—Te sorpredere, pero yo quiero hacerte el amor. —Se levantó de la cama y me tiro sobre de ella, se puso a ahorcadas sobre mi y comenzó a hacerme cosquillas.

—Oye no... para... —Reí, no podía dejar de hacerlo.

—Bien, ya habrá tiempo para hacer el amor.

—Si.

Nos bañamos, y salimos de la casa, desayunariamos fuera.




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