Final

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ㅡ¿Entonces ese es su plan? ㅡpregunta Alexandre tras dejar su taza en la mesa. Kyungsoo necesitaba hablar con alguien, una persona con quien consultar sus siguientes pasos, porque después de todo este embrollo, sus decisiones perdieron toda credibilidad ante él mismo. Asiente y logra escuchar la campanilla de una bicicleta que pasa por la calle. Su taxista es quien le ha invitado un café. Le vio muy mal al salir del edificio que le quiso mostrar un poco de apoyo fraternal.

ㅡ¿Qué más puedo hacer? ㅡ Kyungsoo intentó beber su café, pero estaba demasiado caliente así que sólo comenzó a soplar formando una "o" pequeña con sus labios de corazónㅡ. Dijo que quería que mis acciones le demostraran que lo amaba.

ㅡSí ㅡexpresó estando de acuerdoㅡ. ¿Pero un tatuaje? No es nada romántico. Más bien parece desesperado.

ㅡ¡Lo estoy! ㅡsube la voz y logra ver a una francesa que le mira con algo de desprecioㅡ. ¿Qué? ㅡpregunta observándola directamente hasta que ella desvía la vista un poco avergonzada para seguir con sus asuntos.

ㅡ¿No hay algo más? ㅡpregunta como si las opciones estuvieran en el aire, en su campo visual, pero fuera de su imaginaciónㅡ. ¿Comprarle una cámara muy lujosa o algo así? Es fotógrafo ¿no? ㅡdice al azar, pero Kyungsoo se da cuenta que tiene razón y no sólo eso, también le ha dado una mejor idea que marcar su piel para siempre con tinta que puede propagar enfermedades.

ㅡNecesito que me lleves a un evento en la tarde ㅡhabla con mayor determinación y felicidad.

ㅡClaro ㅡresponde el castaño con una sonrisa en el rostro. Decide que Kyungsoo no era un mal sujeto, y al mismo tiempo piensa que ojalá que pueda arreglar las cosas con su novio.

[...]

El glamour de Francia no podía compararse con Corea. Mucho menos las exposiciones de arte. Y de esto Kyungsoo se da cuenta en cuanto pone un pie en el edificio de la 48 Rue de A'rbre sec. Paredes color gris que le congelaban los huesos, personas de todas las razas y colores observando todas y cada una de las fotografías ahí presentadas.

El suelo era de mármol, las ventanas eran grades pero estaban cubiertas por unas largas cortinas blancas y transparentes que dejaban traspasar la luz solar, pero que le inspiraban una ansiedad terrible. No sabía cómo el lugar podía hacerle sentir todas esas sensaciones melancólicas, e inmediatamente, al observar las fotografías, se despejaban. Todas llenas de luz, color y vida desbordante que notaba en cada píxel.

Kyungsoo comenzó a caminar por el lugar, sin saber por dónde comenzar. Estaba un poco impaciente, tenía la seguridad de que Chanyeol estaba ahí, pero no lo veía por ningún lado, ni a sus pinturas.

Hacía tanto tiempo que Chanyeol no le mostraba alguna fotografía, conforme pasó el tiempo, se hizo más inseguro sobre lo que capturaba. De repente, KyungSoo pudo verlo en su estudio, frustrado por no conseguir lo que quería... arrancándose los cabellos y sucumbiendo ante las lágrimas de desesperación.

¿En algún momento se preocupó por hacerle sentir mejor?

Sí, claro, pero no siempre estuvo ahí para él.

En cambio, Chanyeol estuvo ahí cada vez, cuando él no dejaba de llorar por no haber podido salvar la vida de algunos pacientes. Le abrazó y le prometió que todo estaría bien, que había dado lo mejor de sí mismo y que eso era suficiente.

Kyungsoo sintió sus ojos humedecerse. Maldita sea, era horrible saber que no merecía a ChanYeol y aún así quererlo a su lado.

Tal vez sí era un poco egoísta. Pero fue ese egoísmo el que le permitió pasar momentos hermosos y maravillosos a su lado.

The Last Photo »ChansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora