Where Were You In The Morning? » l.s

♫ Cinco: Por favor

Había comenzado a trotar. Sí, después de tener su cabeza completamente perdida y tras no encontrar consuelo en sus estudios y horas de lectura e investigación, comenzó a salir a correr. Había sido algo extraño, el deporte y él no se llevaban demasiado bien, siempre terminaba accidentado o demasiado cansado para siquiera respirar al día siguiente. Pero había sido constante y estaba resultando bastante bien. Salía una hora cada día, a veces en las mañanas, otras en la tarde o por la noche. A veces corría más de una vez al día. Eso ayudaba a despejar sus pensamientos de Louis, de su esposo y de todo lo que había ocurrido entre ellos.

Funcionaba la mayor parte del tiempo, pero aun así había lapsos de tiempo, pequeños momentos, donde estaba relajado o a punto de dormir o en medio de una clase; cuando él aparecía en sus pensamientos, se colaba y lograba ponerlo todo de cabeza. Había sido increíble la facilidad con la que Louis se había metido bajo su piel, con la que lo atrapó completamente.

Harry se frustraba a diario por ello, se repetía constantemente que no conocía a Louis, solo sabía su nombre y la forma en la que le gustaba que lo follasen. Pero nada más, no sabía dónde vivía, no conocía a sus amigos, ni siquiera conocía sus gustos básicos. Jamás se habían visto fuera, simplemente follaban en la habitación de Harry o en la oficina de su trabajo. Ahora entendía el por qué.

Además de estudiar y de sus salidas a correr, Harry pasaba tiempo con sus amigos, con Dylan y Keyla, viendo los ultrasonidos del bebé y ayudándoles a elegir posibles nombres. Habían sido tres meses bastantes extraños, pero de alguna manera; satisfactorios, estaba aprendiendo poco a poco a ser menos intenso con sus sentimientos. Además, estaba el pequeño hecho de que había conocido a alguien en la universidad. No era un estudiante, era uno de los chicos que atendían el casino del lugar y que simplemente apareció un día con un café para él. Harry había estado estudiando toda la noche, tenía un examen importante y quería borrar la imagen de Louis y su esposo a como diera lugar. Se había trasladado desde su habitación, hasta el casino para estar rodeado de más personas y no sentirse tan miserable. Estaba concentrado en sus apuntes, cuando una taza con café apareció frente a él.

Un lindo moreno de cabello castaño y ojos mieles estaba frente a él sonriéndole con ternura. Resultó ser que Zack y él congeniaron bastante bien, el rizado no está muy seguro cómo fue que terminaron conversando en las afueras del campus, o cuando fue exactamente que el chico se le unió a sus tardes de ejercicios, lo único que sabe es que ha sido una muy buena compañía. No están juntos, no, Harry no podría estar con esta persona pronto después de lo de Louis. Le guste al rizado o no, aun no puede sacar al chico de ojos azules de su sistema, pero espera que pueda ser pronto. Porque está cansado de sentirse miserable.

Son sobre las siete de la tarde, hace un poco de frío y hay una brisa corriendo en el ambiente, la música de Harry suena en sus auriculares y estimula aún más la carrera que está teniendo. Ha corrido bastante el día de hoy, se sentía más enérgico de lo normal y decidió que era una buena oportunidad para salir a correr y sacar un poco de estrés de su cuerpo debido a los exámenes. Y había sido maravilloso, hasta que se percató del auto que ha estado siguiéndole el paso desde los últimos quince minutos. Desde que se separó de Zack.

Al principio pensó que era una casualidad. No era raro ver automóviles pasar por el lugar en forma más lenta de lo normal, pero encontró extraño cuando se detuvo y el automóvil también lo hizo. Le bajó el volumen a la música y se mantuvo atento, pero sin llamar la atención. No funcionó demasiado, ya que se colocó bastante nervioso y corrió más rápido de lo normal, se metió entre unas casas y acabó medio escondido entre unos arbustos y una casa. Dejó pasar un tiempo antes de levantarse y volver a su dormitorio, era tarde y aún tenía cosas que hacer antes de dormir. Pero no alcanzó a avanzar mucho, porque un par de brazos le atraparon reteniéndolo y dejándolo inmóvil.