Capítulo 5

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.Narra Sanji.

Baje las escaleras y todavía seguía un poco atontado por lo que acababa de pasar hace rato con el maestro, pero creo que lo entiendo ya que podría ser su deseó sexual que se ha acumulado y no tiene con que descargarlo. Al parecer con la masturbación que sólo se da él no sirve ya que de seguro ha de necesitar de estar acompañado con alguien, con una pareja para hacer sus cosas sexuales y así liberarse un poco...pero solo está él...y yo, en esta casa que le pertenece. Le diría que fuera a un burdel que están casi afuera de la ciudad y yo me quedaría cuidando de la casa, pero de nada serviría por el maldito huracán que hay.

Al pisar el último escalón lo pude ver removiendose en el sofa de un lado a otro y es que esté imbecil no entiende que el lugar correcto para dormir es la cama, porque luego se andá quejando de sus dolores. Me acerqué a él para moverlo bruscamente y así despertara.

-Vamos para la cama y le dije que aquí no se debe de dormir, porque su vejes hará que se le rompa algo-.

-Apenas tengo 22 años-.

-Me da igual- me agarro de la mano y fuéramos de lo más lento hasta llegar a la cama donde este al estar al frente de aquel colchón tan cómodo se tiro bruscamente como todo un imbécil y llevandome a mí igual para que luego me abrazara fuertemente haciendo que me sonroje un poco o más bien andaba como un tomate en toda mi cara. Subí mi cabeza para encontrarme con sus labios gruesos que realmente son tan tentadores que todo aquel que lo mirara fijamente lo quisiera deborar a besos. Bajé la mirada para comenzar a negar en que no debía de hacer nada del otro mundo porque me traerían problemas...pero...

<<¿Qué tan malo sería juntar solo los labios?>>

...

Sentí un peso sobre mi que llegó al punto donde la respiración se agoto dando que me asustara y abriera los ojos con espanto por lo que me estaba sucediendo, pero luego frunci el ceño al encontrarmelo encima mío.

-¡Pero como pesa!- le dije en susurro pero esté no me escucho así que opté con mi mano que tenía libre golpearlo para que así se despertará y se quitará, cosa que si resultó.

-Buenos días- dijo con sueño mientras se acariciaba la parte en la que lo había golpeado.

-Bueno días- respondí con molestia para que me mirara y me preguntara el porque de mi humor -Al parecer un idiota verde y corpulento se puso encima de mí-.

-Eso le pasa a cualquiera- me respondió con un bozteso pegadizo donde dio camino al baño para que cuando volviera se tirara en la cama dispuesto a dormir otra vez, pero mis regaños hicieron que se quejara y se levantara para que fuera directamente al comedor. Sonreí porque realmente parece un niño pequeño.

.Narrador.

-

Sanji tengo sueño- miró el reloj que estaba colgado en su pared para que hablara de nuevo -Son las 9:30 de la mañana ¿no crees que es muy temprano para despertarse?-.

-No, es la hora perfecta para que desayune. Aparte tienes que hacer mi otra prueba de exámen para ver que tal estoy- se acercó con dos platos hondos, dos cucharas y una leche que no estaba para nada fría juntó con un cereal.

-Eso lo puedo hacer mañana, hoy no tengo fuerzas en el cerebro para las preguntas que te pondré y harás  preferir estar muerto...además Beauty concuerda conmigo, solo mirala- el rubio hizo caso y pudo ver como la perrita estaba acostada boca bajó con sus cuatro patas extendidas -El piso se ve tan cómodo...me dan ganas de dormir allí-.


-La luz aún no regresa...y esta comenzando hacer calor-.

-El aire se fue más temprano...antes de que nostros nos despertaramos, pero la lluvia aún sigue a todo su esplendor, tengo unos abanicos de parte de mi madre...pero me da pereza buscarlos- miro al rubio para que sonriera y levantara la cabeza de la mesa -Aunque, si los buscas te dare tres puntos extras sobre la calificación-.

-¡¿En serio?!- el mayor asintió dando que el mas bajo saliera de su lugar y comenzara a buscar aquellos dichosos abanicos.

Ya eran la una de la tarde y el peliverde andaba con solo un short y sin camisa, estaba tirado en el piso dandose aún que sea un poco de aire con la prenda que sé había quitado.

-¿Y si mejor salgo y me quedó un buen rato en la lluvia?-.

-¡¡¡No!!! Después se enfermara y luego yo lo estaré de nuevo y no quiero eso- el moreno recordo la vez que le había dado calentura al rubio donde lo tubo que inyectar para que quedará dormido y él aprovechara aquél momento.

-No estaría mal a que te volvieras a enfermar- recibió una patada en el abdomen haciendo que su aire se le fuera y esté se abrazara mientras recobraba poco a poco la postura.

-Profesor no encuentro aquéllos abanicos-.

-Es-esperame...- volteó en dirección donde estaba el televisor y como arriba de su mueble se encontraban los adornos y en medió de ellos los abanicos -¡Oh mira! Han estado alli todo este tiempo y yo ni en cuenta- Sanji lo miró fulminante haciendo que el otro se pusiera pálido.

-He desordenado toda su maldita casa por esas estupidas cosas que no encontraba en ninguna otra parte ¡y me sale que están aquí como adornos! ...estoy bañado de sudor y ahora mismo estoy más pegajoso-.

-Pues solo te vuelves a bañar y asunto arreglado- fueron unas malas palabras del peliverde para ese momento ya que el rubio se comenzó acercar más a él con intención de patearlo de nuevo -Porfavor no otra vez-.






Continuara.

Viviendo con mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora