Lilium candidum

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Dazai está posando con las piernas cruzadas sobre el césped, con un gran ramo de lirios blancos en sus manos, a la altura de su pecho. Los sostiene desde la mitad del tallo, así que el verde es visible allí y en sus características hojas.

Chuuya se encuentra en la misma posición que Dazai y a pocos centímetros de él, con un gran cuaderno en su mano derecha y el lápiz en la otra, copiando los detalles del ramo con cuidado. Previamente lo ha observado desde varios ángulos para memorizarlo y así lograr un boceto rápido.

Ahora dibuja concentrado en las nervaduras de las hojas, en la posición de los dedos de Dazai entre los tallos y en el final de éstos donde comienzan las bellas flores blancas.

Es difícil y es la primera vez que ilustra con tanta precisión. Dazai también está esforzándose por mantenerse inmóvil durante tanto tiempo, permitiéndole a Chuuya observar y dibujar lo máximo posible. Más tarde tomaría los lirios por separado para ilustrarlos sin la necesidad de que el castaño esté posando, es cansador para él y Chuuya lo sabe.

—Osamu gracias, lo estás haciendo bien.

—¿Por qué tu sí puedes llamarme por mi nombre?

—Porque nunca especificaste que no querías eso.

—¿Puedo llamarte por tu nombre?

—¿Por qué lo preguntas? Si harás lo que quieras de todas formas —Chuuya alza la vista para mirar los ojos contrarios—. Espera, no hables, provocas que el ramo se balancee.

Dazai asiente lentamente y Chuuya le sonríe, volviendo a mover el lápiz sobre el papel. Parece estar de buen humor y su voz es más suave también, pero luego de un rato suspira, Osamu cree que puede hablar.

—¿Sabes lo que significan los lirios?

—No sé exactamente, ¿pero se usa en los funerales?

—¡Ah, tan cruel de tu parte retratarme con ellos!

—No es como si te molestara la muerte, no soy idiota Dazai —dice señalando las vendas en las muñecas contrarias.

Dazai suelta el ramo, sosteniéndolo solo con una mano y observa su brazo vendado; Chuuya se exalta.

—Ésto fue hace tiempo, ya no tengo esos hábitos.

—Acabas de arruinar la posición inicial... —lleva su cuerpo hacia atrás, recostándose en el pasto. Su sombrero rueda entre la hierba y el cabello anaranjado se despeina en la verde superficie—. Ya no puedo seguir dibujando por hoy... —Chuuya respira profundo y retoma la conversación—: De todas formas me alegra saber que estás mejor con ese tema.

El más alto imita la acción y también apoya la espalda sobre el césped, dejando los lirios a un lado. Sus hombros rozan, sin embargo ninguno cruza miradas con el otro.

—Pero volviendo al tema de los lirios —comenta Dazai con voz tranquila—. ¿Quieres saber lo que significan realmente?

Chuuya ladea su rostro y mira el perfil de Dazai, éste observa el cielo claro y despejado—. Claro que quiero, ¿no es nada feo verdad?

Dazai sonríe y toma la nombrada flor entre sus dedos—. Simbolizan el erotismo y la belleza masculina, Chuuya —Al finalizar, el castaño también gira para que sus ojos se encuentren con los azules.

Sus rostros están cerca. Sus hombros y brazos rozan entre sí, el césped se siente frío bajo la piel de Chuuya, calmando el extraño calor que viaja por su cuerpo.
Dazai no puede sentir nada a causa de las vendas, además sus manos están ocupadas en el lirio que sostiene con fuerza sobre su pecho, mientras mira directamente el rostro sonrojado de Chuuya.

Equinoccio #SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora