⚜Parte seis⚜

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El ambiente era muy divertido, personas en las mesas del lugar conversaban de forma animada, otros más bailaban en la pista al ritmo de la pegajosa melodía que ambientaba el lugar, unos otros más, solo se encontraban de pie en medio del lugar fumando un cigarrillo. El bullicio que la pelea que Fugo había armado sin intención, había desaparecido de manera tan repentina como había llegado.

—Vamos. Siéntate aquí.—Fugo saco la silla para que Narancia se sentara y después tomó asiento en frente de él.

—Gracias, eres muy amable.—dijo el de cabellos negros mientras acomodaba su trasero en el asiento.—¡Hey, Trish! ¿Podrías traernos dos cervezas?—Gritó.

Trish, la chica que atendía las mesas del pequeño bar asintió con la cabeza y de su boca salió un "Enseguida" apenas audible a la distancia.

—Vaya, debe ser divertido trabajar aquí. Es un... Un ambiente muy entretenido, aquí las personas son muy alegres.—dijo Fugo para abrir la conversación.

—No son felices, solo están ebrios.–respondió Narancia.

—Por cierto, ¿cuál es tu trabajo aquí?

—Soy un edecán. Aunque a veces soy bailarín, o malabarista o a veces atiendo mesas, otros días recibo a los clientes en la entrada, no tengo un puesto fijo. Me gustaría llegar a ser host como Giorno. Pero llevo poco tiempo trabajando aquí, así que tal vez deba esforzarme más y durar más tiempo en el empleo para lograrlo. La paga es muchísimo mejor.

—Suena bastante bien. ¿Dónde estudias? Imagino que debes ir a una universidad cerca de aquí.

—No voy a la universidad aún... Me atrasé un año por...ehhh...yo tomé un año sabático. ¡Si, un año sabático!—respondió Narancia algo nervioso. Odiaba que le preguntaran acerca de su escolaridad.

—Dime... ¿Vives por aquí? Lamento hacerte tantas preguntas, generalmente no soy así de molesto, pero tú me pareces una chica muy interesante.

—Oh... Este... Claro, si. En el edificio conocido como "Rosa pastel" oye ¿dijiste una chica?

—Qué casualidad. Justo nos mudamos ahí. ¿En qué departamento habitas? Podría visitarte un día de estos.

—Si, claro. Podrías visitarme cuando gustes...—contestó el de cabellos oscuros mientras miraba hacia el pecho de Fugo.

Trish llegó con las bebidas y los chicos comenzaron a disfrutar de ellas.

El resto de la noche fue agradable para ambos, mientras más hablaba Narancia sobre sus intereses, Fugo se tornaba cada vez más atraído por él. El rubio jamás había conocido a una persona con tantos sueños e ilusiones, le gustaba que Narancia fuera así. Por su parte, el moreno estaba admirado de la genialidad de Fugo. Él le había contado a Narancia acerca de las cosas que le gustaba hacer, le hablo acerca de su escuela y sus amigos, sobre lo interesante que le había parecido Nápoles y sobre la primera impresión que se llevaba de Orange.

—Pues...en el momento que llegue, lo primero que vi fue ese pequeño espacio en plena esquina. Era mágico a pesar de que no me gustan ese tipo de sitios, alcohol, noches de descontrol, en ocasiones drogas... Míranos aquí. —dijo el rubio entrando ya en su sexto trago.

—Ah...¿y qué te gustó? Has dicho que era mágico ¿a qué te refieres con eso exactamente?—cuestionó Narancia, fuera de sus cinco sentidos. Aquel chico era un desastre a veces.

—Un ángel.

—¿Ah? No te entiendo, Fugo.

—No recuerdo si realmente lo vi o fue solo mi imaginación, la primera noche que llegue a Nápoles me sentí realmente triste y desanimado por la vida, pues renunciaba a mi plan de vida, pero cuando vi a aquel ángel naranja fuera de este bar, bailando sin miedo y con alegría, me sentí como en casa... Una calidez intensa entró en mi cuerpo, me sentí extraño, como si nada de lo que deje atrás se hubiera ido en realidad. Él o ella... Era tan hermoso.

Al oír esas palabras, el moreno escupió violentamente el gran trago que le había dado a su bebida, casi se ahogaba. Fugo le ayudó a recuperarse dándole pequeños golpes en la espalda. Una vez que Narancia se recuperó, miró a Fugo, sintió sus mejillas enrojecer mientras sus ojos se adentraban en la profundidad del alma del rubio. Fugo sintió de nuevo aquella sensación, suave como el terciopelo al tacto, dulce como las fresas en verano, cálido como un abrazo. Aquellos ojos púrpuras que le miraban con cariño eran su adoración, quería que Narancia le mirara para siempre.

—Fugo...—el moreno colocó su delicada mano sobre la de Fugo, acaricio suavemente su piel con los dedos. Sentía su corazón latir tan fuerte que en algún momento pensó que se saldría de su pecho.

Fugo se levanto de su siento y se cerco a Narancia dandole un abrazo.

—Gracias por devolverme aquello que perdí.—dijo con suavidad.

El mayor correspondió a su abrazo. La distancia entre ellos era cada vez más corta, podían sentir la respiración del otro, era un momento de tensión, la tentación de un beso se hacía presente, pero a Narancia le daba miedo y Fugo era todo un caballero.

"Al diablo".—pensó el rubio y tomó a Narancia por la cintura, pegándolo a su cuerpo, mientras que con su mano libre acercó el rostro de el moreno al suyo. Narancia temblaba, su cuerpo caliente se acoplaba a la perfección con el cuerpo del menor, sus rosados labios suplicaban por aquel contacto con sabor a alcohol. Cerró los ojos unos instantes esperando a que Fugo posara sus húmedos labios en los suyos entreabiertos.

–Fugo, es hora de irnos.—la voz de Bruno los despertó a ambos de aquel sueño. Incómodos se separaron.

—Debo de irme, Narancia.—dijo el rubio con tristeza.

—Te estaré esperando aquí, Fugo.—Se despidió con la mano. Fugo sonrío y dio la vuelta hacia la salida siguiendo a Bruno, quien llevaba a Abbacchio tomado del brazo.

—¿Se encuentra bien? —lo señaló, pues el albino se veía mal.

—Se excedió un pico, pero estará bien. Por cierto, veo que hiciste un amigo.

—Amiga, Bruno. Ella es... Muy bonita.

—Podrías invitarla a cenar la próxima vez. Me gustaría conocerla, se ve que te agrada mucho esa chica.

—Más de lo que tienes idea. Más de lo que tienes idea.




Oigan ¿quieren porno? Jaja pregunta sería

Rebel Rebel [Fugo x Narancia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora