—Sé que fui una mierda contigo. Que sin conocerte te hice daño, solo me dejé llevar por la emoción del momento y mira lo que te hice... Casi mueres por mí estúpida culpa. Podría pagarte los gastos del hospital, pero eso no reparará el daño que te cause. En verdad me siento terrible, el verte en ese estado, créeme que es algo impactante para mí... Nunca creí que podía llegar a este punto. Sé que no servirá de mucho, pero lo diré porque mi corazón me dice que lo haga y no podría estar tranquilo si no fuera de otra forma.—dijo el rubio acercándose más a Formaggio—De verdad, siento mucho lo que te hice.
El mayor ni se inmutó, en el fondo no le parecía una disculpa sinceramente sin embargo pensó que no era sano que el otro siguiera sintiéndose como una basura.
—Bian, bien, bien. Acepto tu disculpa. Pero, si me entero que le hiciste algo a Narancia, te juro que te mataré. ¿De acuerdo?—respondió Formaggio
Fue entonces que Fugo sintió el sudor frío recorrerle cada parte del cuerpo. Volteó hacia Narancia, el pelinegro movió su cabeza a de un lado a otro, diciéndole con mímica que no contaría nada al respecto.
—Bien, nosotros estorbamos aquí. Creo que es momento de que nos vayamos.—dijo Fugo.
—Gracias por haber venido. Al menos lo único bueno de hoy fue que pude reencontrarme con Illuso.—comentó Formaggio, causándole un sonrojo apenas notorio al hombre mencionado.
—Me alegra que te sientas bien, vendré a verte otro día, ¿de acuerdo?–Narancia se despidió y salió del pequeño cuarto y Fugo le siguió.
Una vez en los pasillos que daban a la salida del hospital, Narancia agarró con fuerza la mano de Fugo. Estaba sudoroso y temblaba un poco, cosa del la cual el rubio se dio cuenta.
—Narancia ¿te sientes bien?
—Si...—respondió el otro. Sus ojitos comenzaban a llenarse de lágrimas.
—¿Por qué lloras? No estés triste, tu amigo está bien..—intentó calmarlo.
—Es que ya... Ya no sé... Me dijo que me quería... Pero ¿viste la mirada que le echaba al otro sujeto? Se nota que está loco por él. Entonces todo lo que me dijo... No era verdad.
—Oh, no pienses así.—intentó abrazarle, pero el de cabellos negros se alejó un poco.
—No. No quiero que me toques. Tú también eres un asco de persona, Fugo.
—Lo sé.—respondió el otro sintiéndose de nuevo una basura.
—Quiero irme a casa, no me siento bien.—dijo Narancia pegando la vuelta.
—Oye. Dime algo...
–Algo...—respondió.
—Agh, eso no estúpido. Lo que quiero que me digas es... ¿Te gustaba él? ¿De verdad deseabas...? Ya sabes estar con él.
El de cabellos negros se lo pensó un poco. Era complicado para el razonar con ese estado mental tan débil.
—No...—respondió finalmente, haciendo que más lagrimas brotaran de sus unos púrpuras—Quizá lo hice solo para olvidarme de ti... Pero es extraño. Cuando estás cerca solo te quiero a ti y a nadie más, aunque cuando te alejas quiero olvidarte para no sentir que me duele el que no estés. Es algo tonto... Pero supongo que es así.–dijo.
Fugo se acercó a él y lo rodeó en un abrazo cálido. Por su parte el moreno permaneció inmóvil esperando a que Fugo se hiciera a un lado. Pero no lo hizo. Así que Narancia decidió corresponderle.
Las húmedas gotas que empapaban sus mejillas rápidamente fueron saboreadas por Fugo, en cada beso que repartía en su amante, el sabor salado se hacía presente. Sabía que todo era su culpa y odiaba eso.
—Quizás no me creas... Pero prometo no hacerte daño nunca más. Odio verte llorar. Quiero que dejes de hacerlo... Haré todo lo que esté en mi alcance para verte feliz.—le dijo mientras Narancia hundía su cara en el pecho del rubio.
Sin más se quedaron unos minutos así, hasta que Narancia recordó que tenía que volver temprano a casa.
—Debo irme.—dijo.
—Te acompaño.—respondió Fugo temiendo a que lo rechazara de nuevo.
–Está bien... Solo no te decepciones de mí cuando veas la mierda de lugar donde vivo... Tú casa es hermosa, la mía apenas puede mantenerse en pie.
—Eso no importa. Cuando tu casa se caiga, puedes venir a la mía.—dijo con una sonrisa y observó como los rojos labios de el mayor le respondían con una débil sonrisa.
Caminaron en silencio por las calles. Estaba algo frío y comenzaba a caer la noche, el cielo gris y el viento fuerte soplando sin piedad y ellos dos caminando lentamente sin nada que decir, entrelazando sus dedos tomados de la mano como una cursi pareja sin un buen final. Esa escena era digna de una película romántica sin presupuesto.
Llegaron a la pequeña casa del moreno, efectivamente, la entrada se estaba cayendo a pedazos.
—Mamá... He llegado...—dijo apenas entró, para llevarse una impresión tremenda. En el piso se encontraba su madre llorando desconsoladamente. Al lado de ella, su padre parecía no respirar. Se veía terrible.
—¡Madre! ¿Qué ha sucedido?—preguntó el corriendo hacia ella para abrazarla.
—N..no lo sé. Peleábamos y de repente se... Se cayó ahí... Me acerqué y no respiraba... Intenté de todo, pero su... No... No volvía..—la mujer no podía ni siquiera hablar.
—Tranquila, madre. ¿Llamaste a la ambulancia o algo?–el chico tomó la fría mano de su padre e intentó buscar su pulso. Era inútil. Ese hombre no era más que carne y sangre sin vida.
—N...no... Yo llamé al forense... No tardará en llegar.—su ojo no infectado se posó en el acompañante de Narancia, quien se encontraba parado en la puerta si. Poder creer todo lo que estaba viendo. Estaba asustado y completamente paralizado de miedo.
—Oh, cariño... Que mal momento para conocerte.—la mujer se levantó del suelo y fue a darle un abrazo a Fugo. Quien no reaccionó más que con un par de lagrimas escapando de sus ojos.—Pobre niño... Sé que esto es algo impactante tanto para nosotros como para ti... Seguro a papá le hubiera encantado conocerte... Habría cambiado de opinión al verte... Aghhhh...—una vez más la mujer se soltó a llorar.
Por fin se murió el gonorreas wuuu :v no mamen pinche novela dramática. Quizá esta súper triste el pedo, pero les prometo que tendrá un final muy feliz :3 en serio ❤️
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Rebel Rebel [Fugo x Narancia]
Fanfiction"Él es un chico ¿o una chica? No estoy seguro, pero me encanta. Él brilla donde quiera que va, dándole iluminación a los oscuros callejones de este asqueroso lugar. Es el único que vale la pena aquí, es un demente y esa es su especialidad, Narancia...