-¡No, por favor basta!- Nuevamente me percibo del dolor y sufrimiento que mi madre estaba pasando pues mi padre aún no terminaba de torturarla. Al parecer me encontraba aturdido por el sonido inesperado del abrir de la vieja ventana. Tomo la cama de las patas traseras y con todas mis fuerzas la empujo a través del suelo de tierra hacia la inquieta ventana, me subo en ella y salgo a toda prisa de mi habitación para dejar de escuchar los terribles golpes. Camino hacia la nada observando a lo lejos la hermosa ciudad preguntándome como es la vida en ese lugar, si existía de la misma manera la maldad en los hombres de ciudad que en los del campo. Me dirijo lentamente hacia ningún lugar cuando de pronto toda la ciudad sufre un apagón, el miedo comenzó a invadirme pues no sabía en donde estaba y no se lograba ver nada, me siento en el suelo arenoso en espera de que regrese la luz para guiarme a casa pero debo admitir que mi piel estaba completamente fría y erizada ya que tenía demasiado miedo, volteo al cielo para ver las estrellas pero no se apreciaba ninguna, de repente, un resplandor de color azul metálico alumbra todo a simple vista y cae en el árbol de la inservible montaña, volteo fijamente a él para ver si le sucede algo pero no le pasa nada, de inmediato veo como comienza alumbrar del mismo color y poco a poco se va apagando como si estuviera descendiendo a la montaña pues el color azul metálico parecía correr por su alrededor. De pronto, todo se apaga nuevamente. Solo una pequeña esfera se lograba apreciar de color blanco brillante. La curiosidad me invade, me pongo de pie y camino hacía ese lugar observando a todos lados, camino con mayor prisa pues quería llegar a tiempo para ver que era esa hermosa luz. En cuestión de minutos logre llegar pero la luz se encontraba justamente a la mitad de la montaña, comienzo a subir a través de ella apoyándome con los pies mientras mis manos me ayudaban a sostenerme como garras en el suelo, la textura era extraña pues parecía como si tocara mi propia piel. Toda la montaña era muy flácida. Subo aún mas que ya estoy demasiado cerca de la luz pues su resplandor comienza a iluminar mi rostro, volteo nuevamente hacía ella y encandilado doy un salto para tomarla entre mis manos y para mi sorpresa esta desaparece, trato de buscarla en algún sitio de la montaña pero no encuentro nada, de repente un temblor intenso sacude el lugar, volteo a la ciudad y veo como sus luces se encienden y se apagan, como si estuvieran jugando con un interruptor gigante que manipulara toda la luz de ese fascinante lugar. El temblor comienza a cesar, la luz de la luna comienza a aparecer entre las nubes grises iluminando todo a simple vista. Nuevamente miro hacia la cima de la montaña y veo de cerca el árbol triste y seco. Comienzo a subir aún más hasta llegar a él que al lograrlo termino cansado. Es impresionante el frio que hace aquí arriba y yo que solo me vine con un diminuto short y una playera sin mangas. Toco el árbol y al igual que la montaña su textura es distinta a la de un árbol normal, no era arrugada ni dura, sino todo lo contrario. Lisa y blanda. Comienzo a presionarlo lentamente para sentirlo aún más.
-Shht.- Escucho un sonido que no sé de donde viene, parece que alguien quiere llamarme la atención.
-¿Hay alguien ahí?- Trato de demostrar firmeza mientras mis piernas tiemblan.
-No tengas miedo, que no te haré daño.- Se escucha una voz gruesa y muy potente de algún lugar que no logro ubicar.
-No vengo solo, mi padre me está esperando abajo y trae un arma.- Le miento a esa voz tenebrosa para intimidarla un poco y evitar que me hiciera daño.
-Sé que vienes solo y que lo de tu padre es una gran mentira, te he estado vigilando estos últimos días, se quién eres y lo que sientes... Deja de preocuparte que no pienso lastimarte.-
-¿Ah sí?- Alzo la voz y finjo estar molesto. -A ver dime, ¿Cómo me llamo y que es lo que hago aquí según tú?-
-Tu nombre es Johil Antonio y has venido a curiosear para evadir tus miedos.-
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Mi montaña es un dragón.
FantasiaEs un cuento escrito en Diciembre del 2012 en un periodo exacto de una semana. Es una pequeña historia que resalta la importancia de nunca dejar de imaginar ni de soñar ya que nos permite huir por momentos de la vida real donde nuestra mente es cap...