Capítulo 13

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Dios mío, que hombre tan solicitado.

Lo único bueno es que la que se le acercó, es la que va a tener que molestarlo porque a él no le gustaba que la gente cuando estaba encerrado en su mundito le fastidiaran. Así que punto para Dulce, que es la que le habló primero.

Bueno, menos mal. Mejor me voy porque no tenía ganas de hablar con Poncho de lo de anoche y...

¡Olvídenlo! Quiero ver que le dice Dulce.

Y no es que sea chismosa, pero ella llegó antes que yo, así que de todas formas tendría que esperar para hablar con Poncho y desde este rincón donde estoy, es perfecto para esperarlo.

No es que yo esté escuchando cómo ella le está diciendo que lo extraña y...

¡Fuck! Freno de golpe mis ideas y pongo más atención en lo que dice.

Dulce se acerca a Poncho y le dice que lo extraña. Menos mal que Poncho dijo que no regresaría con ella. Yo sé que está mal que lo piense, pero me alivia saber eso.

Pero lo único que no entiendo es, porque se acerca a ella con una de esas sonrisas que él hacía sólo para volver loca a las niñas. Ósea, para qué.

¿En serio Dul? —escucho como le pregunta.

Sí Poncho —confirma. Yo ruedo los ojos.

Él la toma de las manos y de pronto yo solo siento en las mías como se encajan mis uñas en las palmas de mis puños, que no supe en que momento se habían cerrado con tanta fuerza.

—Dul, yo también... —aceptó. Casi me desmayo. —Pero...

Uf. Hay un pero.

—Pero qué... —insistió.

—¿Tú crees que funciona aún esto? —le pregunta y se hace el silencio.

¡Amonos! Lo sabía porque él me dijo, me dijo que no volvería con...

—¿Tú crees que debamos volverlo a intentar? —sigue con la pregunta y me sorprendo.

Estoy sorprendida.

Le recuerdo que no fue hace mucho.., ¡fue ayer! Ayer en la noche platicábamos Poncho y yo acerca de Dulce.

—¡Claro que sí! —dice contenta y lo abraza.

Lastima que yo no puedo estar tan contenta. Me avergüenza no poder hacerlo.

Pero es que, ayer Poncho se abrió completamente, pensaba que sus palabras eran verdad. Pensaba que me había dado el privilegio de saber un poco más de su vida y sus problemas, como si yo lo pudiera ayudar o simplemente porque le inspiraba confianza. Confianza de la que yo estaba eternamente agradecida, me ponía feliz saber que confiaba en mí, como yo confiaba en él.

Pero algo en mí dolía. Dolía el hecho de saber que me había mentido, que no había confiado lo suficiente para decirme que en realidad si volvería con ella. En cambio yo le conté todo, todo lo que verdaderamente salía de mi corazón.

Creía en él aquella noche, pero se quedó ahí; en creencias.

Y puedo estar exagerando, pero algo en mi, me oprimía el pecho y me molestaba el alma.

—Te quiero —le dijo Dul.

  Y el tiempo se quedó estático. Mientras ellos se acercaban lentamente, yo me quedé ahí viendo como poco a poco rompían cualquier barrera y se besaban.

Y no podía alejarme, algo me impedía irme cuando lo que más quería era hacerlo. Dejarlos aquí con su felicidad y yo hacer la mía con Ucker.

Sentía hasta mis manos lastimadas. Como pequeñas espinas se encajaban en mí, pero no era más que sólo una rama que había tomado del arbusto que tenía muchas espinas.

No la solté. No podía asimilar que estaba lastimándome, no me daba cuenta.

En cambio, con una fuerza la partí en dos. Gran error.

—¿Qué fue eso? —preguntó Poncho separándose de Dul que sólo alzaba los hombros sin respuesta.

Y me quedé callada. Callando mis impulsos.

Como debía permanecer.

...

Después de ir a enfermería a curarme las pequeñas heridas que me había hecho con la rama de espinas, pude pensar muchas cosas.

Una de ellas; Christopher.

Él merecía demasiado. Sólo me daba amor y yo no lo suficiente. Merecía que yo tomara en serio nuestro noviazgo.

Y no es que no lo hiciera, pero es que no le tomaba la importancia necesaria. Sólo dejaba que él se preocupaba.

Si había un problema, yo lo solucionaba con un par de besos que ya no estaban funcionando como antes. En cambio él trataba de arreglar los problemas, si es que los había, buscando varias soluciones.

Así que todo cambiaría.

Decidí que, ya que no tenía trabajo que hacer, ir a verlo al set donde estaba grabando.

No podía creer que era la primera vez que lo visitaba mientras grababa, en cuanto a él muchas veces se tomaba un tiempo, así fueran dos minutos, para irme a ver.

Justo estaba en escena con Dulce. Mientras sus personajes discutían sobre algo.

Realizaron un par de cortes, los acomodaron en cámara y siguieron grabando. Ahora la escena se estaba poniendo más intensa.

De pronto, ellos se besaron. Fue algo impactante para mí.

Jamás lo había visto besarla, sabía que antes en otras escenas se habían besado, pero nunca me había tocado verlo.

Una chispa de celos se apoderó de mi cuerpo. Estaba mal.

Se supone que somos actores profesionales. No está bien que yo sintiera celos porque Ucker mi novio y Dul mi amiga se estaban besando de acuerdo a sus personajes.

Dios. No estoy bien.

Por un lado, deseo que llegue la hora en la que Poncho me va a besar aunque sea en escena y por otro lado, me muero de celos al ver que una de mis mejores amigas va a besar a mi novio, sin mencionar que sólo es actuación.

Malditos sentimientos. Están todos revueltos.

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"Todos con todos. No había de otra" Exactamente como dijo Any en su confesión 🙊
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