Ese médico no venía, estaba por coger mis cosas y irme. Me dijo que me daría el alta hoy y ya son las 20'15, a esta hora ya no dan altas. Estaba agobiada porque pensaba en que sería de mí? Donde iría ? Donde dormiría? Sin dinero ni nada... Alomejor pagaba mis problemas con el médico pero esa preocupación me carcomía por dentro. De repente se abrió la puerta y mi mente se bloqueó, y si era mi padre o mis hermanos que venían a buscarme? Ahora entendía porque ese médico no me dio el alta... Ya no podría empezar de cero ni llevar a cabo todo lo que había planeado.
- Buenas noches Samia- entró el doctor por esa puerta, no eran mis padres ni mis hermanos ni tampoco ese maldito hombre.- que te ocurre mujer, te has vuelto blanca.
- Nada- mentí, mi corazón latía a 200 por hora.
- Te traigo el alta, estás preparanda?
-Si, deme los papeles...
- aquí están- dijo levantado la mano y enseñandome el sobre.
- gracias y disculpe las molestias.
- te vendrás conmigo, se perfectamente que no tienes donde ir y no puedo dejarte en el hospital más tiempo porque ya estás bien y aquí necesitan las habitaciones ya que los boxes de urgencias están llenos.
- pero que dice! usted se ha vuelto loco? no voy a ir a ninguna parte con un desconocido! Además no le he pedido que me ayude.
- No te pongas así ahora! sabes perfectamente que no te haré nada, te ayudo porque veo que no tienes donde ir ni a quien recurrir. Puedes confiar perfectamente en mi .
- No recuerdo ni su nombre y me pide que confíe en usted? Como aquel que entrega un trozo de papel...
- No hace falta que seas tan dramática Samia, no tienes donde ir y dudo que tengas más opciones. Te puedes ir cuando encuentres algo mejor-.
Lo que decía era verdad, no tenía donde ir pero dormir en su casa no me parecía muy buena idea... Era un hombre y eso estaba muy mal visto en nuestra cultura...
Pero si me ponía a pensar, escaparse de casa también estaba mal visto.
- Vamos Samia, tengo que hacer un par de recados y se me hace tarde vamos-.
-Vale pero en cuanto encuentre algo me voy-.
Me levanté y lo seguí, era bastante joven y atractivo la verdad. Como podía estar pensando esas cosas en una situación como está...
-Vale, vámonos ya estoy lista yo-.
Me levanté y lo seguí, era bastante joven para ser médico estaba acostumbrada a ver los típicos doctores viejos y canosos que al ver a uno así me sorprendió. Cuando salimos del hospital el médico abrió las puertas de un Mercedes negro y muy bonito. Dude un momento si entrar o no ya que por un lado sentía desconfianza y me daba miedo.
- Sube Samia- dijo el desde dentro.
Subí y me abroche el cinturón y justo en ese momento pude distinguir a mi padre junto a ese hombre entrando por la puerta del hospital y detrás de ellos a marcha apresurada iban mis hermanos y mi madre. Me empezó a temblar todo y notaba que me faltaba el aire, el médico también los estaba observando y me miró con cara de pena.
-tranquila Samia, todo estará bien-.
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un sueño por cumplir
RomanceLa historia de Samia demuestra que si tenemos un sueño podemos lograr hacerlo realidad y es que solo se necesita un poquito de valor.