Mis ojos se abrían poco a poco y podía entre ver a mi madre. Todo era borroso y blanco, pero podía distinguir a mi hermana al lado de mi madre y escuchar a mi padre hablar con alguien pero sin lograr entender lo que dice. - Mamá, Samia está abriendo los ojos! - Samia hija, alhamdolilah alhamdolilah alhamdolilah! Como te encuentras? No podía hablar, me sentía muy débil... Que había había pasado? Mis ojos se empezaron a cerrar otra vez poco a poco. { UNA SEMANA MÁS TARDE} - Ya lo cojo yo Samia, quita va! - No hace falta mamá, no seáis tan exagerados... - Pero hija no recuerdas al doctor lo que nos dijo ? La puerta de abrió en ese instante y entró el médico con los papeles del alta y las recetas. - Eyy muchacha, que te dije ? Qué haces con tanto peso ? - Ya se lo he dicho doctor, pero no hay manera- dijo mi madre. - Samia tendrías que tomarte más al pie de la letra las indicaciones que te doy, de lo contrario tu recuperación será muy larga... - Es muy cabezona doctor, llevo medio hora intentando convencerla.... - Deberías dejar que te ayude tu mamá o estos caballeros- dijo mirando hacia donde estaban mi padre y ese estúpido hombre el cuál no entendía que pintaba allí !- recuerda que has estado una semana en coma y no deberías hacer esfuerzos. -De acuerdo-Dije resignada. - Y intenta ir con más cuidado y vigilar donde pisas para que no te pase otra vez lo mismo. -Si- contesté recordando a mi padre venir hacía mí con el rostro desencajado... Aún que momentos más tarde ya no recordaba nada, sabía perfectamente lo que había pasado. Sabía que mi padre les había prohibido a mi madre y mi hermana contarme lo que había sucedido. No tenía ni idea de que me habían contado al médico pero no se le veía nada convencido. En ese instante lo que más me sacaba de mis casillas era la presencia de ese hombre allí con nosotros. Porque tenía que estar allí y llevarme el a casa ? Todo había sido por su culpa y no aguantaba que estuviera allí.
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un sueño por cumplir
RomantizmLa historia de Samia demuestra que si tenemos un sueño podemos lograr hacerlo realidad y es que solo se necesita un poquito de valor.