Todo seguía nublado pero aún era de día, podía ver los rayos de sol asomándose debajo de la puerta, mi cuerpo temblaba de miedo, no tenía idea en qué remoto lugar me encontraba lo único que sabía con seguridad es que si me quedaba un minuto más allí, moriría.
-¿Estás allí? ¡Abre la puerta!- gritó una voz desde afuera.
Escuché muchas veces como mi móvil vibraba sobre la cama, pero no podía tomarlo. El sujeto que me tenía atrapada estaba mirándome fijamente y yo seguía atada a una silla, mientras el me apuntaba con un arma.
El tic toc de las manecillas del reloj que se hallaba en la pared de la habitación me estaba enloqueciendo, casi podía detallar en qué momento se movería la aguja.
- ¡¿Dónde está?!- preguntó el sujeto casi perdiendo la cabeza por décima vez.
¿Cómo podría saberlo? Ni siquiera le conozco lo suficiente, pensé para mis adentros.
- Ya te dije que no sé de qué me estás hablando, no sé dónde demonios está.
El hombre empezó a jugar en mi cuello con su arma, cada vez que la rozaba por mi piel podía sentir a centímetros mi pronta muerte.
- No puedes ocultarlo para siempre. Me dijo
Le escupí en su rostro desfigurado por lo que parecían marcas de quemaduras de alto grado. Golpeó mi vientre como respuesta a mi obvia falta de respeto y gemí de dolor.
No podía esperar un minuto más en aquel lugar, estaba torturándome sin piedad y debía hacer algo pronto.
El sujeto abrió la puerta y entró un hombre alto de ojos oscuros y mirada sombría.
- ¿Te ha dicho algo la chica? Preguntó fríamente.
El sujeto negó con la cabeza, había miedo en sus ojos. Sabía lo que estaba a punto de suceder, el hombre sacó un arma y le disparó en el pecho haciéndolo desplomar de inmediato y caer justo a mi lado. Sollocé, estaba asustada.
Sentí como una mano me desataba de la silla y habiéndolo conseguido me tumbó en la cama.
- Vas a decirme donde está tu padre o le enviaré una advertencia. Dijo reparándome completamente
No le conocía, había sido solamente mi progenitor, participe de mi ahora corta existencia. Desconocía su estancia y eso me llevaría a la muerte.
El hombre dejó el arma a un lado y se abalanzó sobre mí, con una navaja empezó a hacerme cortadas profundas en las piernas, me quejé muchas veces, dolía cada punción. Recordé que el arma estaba a unos centímetros de mí así que estiré la mano y logré tomarla; consiguiéndolo le disparé en la pierna, tomé el móvil y salí a toda prisa de la habitación.
No podía correr tan rápido, estaba herida. Llamé a la policía y en cuestión de minutos pude escuchar las sirenas que en ese instante significaron una melodía triunfante.
- Voy a terminar lo que he empezado- dijo el hombre segundos antes de alcanzarme- después de todo, las punzadas no mienten.
Cuando llegó la policía el hombre no estaba, solo yo. Herida y asustada.
Mató a mi padre semanas después.
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Encuéntrame, más allá de las ciudades.
Teen FictionValerie es una mujer triunfante de 21 años la cual a su corta edad es artista y literata, guarda bajo llave un triste pasado que la persigue en lo que posee de existencia, tiene una prestigiosa galería y es quien controla el mundo de las letras desd...