Capítulo 6

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POV Poché

Entre tragos, risas y música, mi conversación con aquella chica tuvo más temas de los que pensé que podría hablar. Gracias a toda esta conversación pude saber mucho de ella: Su nombre era Vanessa Sofía pero odiaba que la llamaran así, prefería que se dirigieran a ella sólo con su primer nombre. Tenía una hermana que vivía en LA, de donde ella venía, así que cada que podía iba a visitarla y pasar el rato en una de las ciudades más hechizantes del mundo. Los padres era algo de lo que al parecer ninguna de las dos se sentía cómoda hablando, pues mi madre había muerto años atrás y aunque ya podía hablar de ella sin llorar, el dolor en mi corazón estaba siempre presente así que prefería evitar el tema si era posible.

Terminó siendo una chica increíblemente interesante, le apasionaba las artes pero sobre todo la moda y la fotografía, amaba a los animales y tenía un Golden Retriever de los más adorable llamado Golfo en honor a su película favorita. Había decidido traerlo hasta Bogotá como compañía y como un recordatorio de que la familia siempre está presente. A partir de ahí fueron pequeños pero interesantes detalles de ella los cuales hicieron que me acercara mucho más, quien diría que en la fiesta a la que venía obligada encontraría una persona tan cautivadora. No llevaba la cuenta de cuanto alcohol tenía encima, solamente sabía que era bastante el que recorría mi organismo. Habíamos decidido sentarnos en el sofá de la sala para estar más confortables ya que las sillas de la barra no eran de lo más cómodo.

Gracias a que ésta daba directamente a la puerta, pude observar como Daniela entraba con prisa al lugar. Sus ojos empezaron a rastrear todo, como si estuviera buscando a alguien y yo no podía hacer más que seguirla con la mirada. Maldita sea, ¿Qué tenía esa mujer como para tenerme detrás de ella? Con el tiempo me había dado cuenta de que Calle era de esas personas que con 5 minutos ya lograba obtener toda tu atención hasta el punto de que parecías hipnotizado, era impresionante. Seguía hermosa, aun cuando sus ojos estaban rojos y el maquillaje un poco regado se veía preciosa. Vi cómo ella seguía buscando hasta que una silueta se acercó sigilosamente por detrás dándole un abrazo. Su cara era nada más de alegría, con una sonrisa y ojos cerrados mantuvo una pequeña conversación con Sebastián cuando de la nada, su cercanía ya no me parecía propia de amigos. Sus frentes estaban unidas y poco a poco, sus labios se fueron acercando hasta quedar fundidos en un beso. Era lento, de esos que son tiernos pero a la vez están cargados con pasión comprimida. Ninguno de los dos parecía querer separarse, pues en ese momento estaban en su propio universo, siendo ajenos a lo que ocurría a su alrededor, siendo ajenos a los crecientes celos que sentía en mi interior.

Sentía rabia, de esa que parece no poder explicarse con palabras. Ciertamente ni yo entendía por qué me sentía así, ella no era ni siquiera mi amiga y sin embargo no podía evitar experimentar cierto disgusto al ver aquel beso. No sabía si fue por celos, impulso o porque me empezaba a atraer, pero una idea loca se pasó por mi cabeza. Sin dejarla pensar, repentinamente uní mis labios con los de Vanessa. A diferencia del beso de Calle y Sebastián, éste fue desesperado, uno necesitado. Nuestros labios estaban en perfecta sincronía, y podía sentir como se libraba una batalla silenciosa por la dominancia. Mis manos se posaron en su cintura, mientras ella sujetaba mi cuello firmemente en un roce que parecía no querer o tener fin. lentamente sin despegarnos la una a la otra, le susurré al oído:

- ¿Qué te parece si seguimos esto en mi departamento? -

Su única respuesta fue una sonrisa acompañada de un beso corto en mis labios.

La prisa era mucha, pues ambas sabíamos lo que queríamos y ninguna de las dos tenía la paciencia suficiente como para esperar. Rápidamente llamé a un taxi, afortunadamente no habían pasado más de 5 minutos para que llegara a recogernos. Ya montadas, no podíamos quitarnos las manos de encima, besaba su cuello frenéticamente mientras nuestras respiraciones se iban volviendo mucho más irregulares.

Miradas ProhibidasWhere stories live. Discover now