POV Calle
Era malditamente increíble. ¿Cómo podía ser tan estúpida como para pensar que Sebastián quería sacarme en una cita? Simplemente me había traído para ser su violinista. Que idiotas que eran los hombres a veces.
Nunca había salido tan rápido de un lugar. Prácticamente había corrido lo más lejos posible de aquella horrible situación y aquí estaba, sentada en una calle cualquiera llorando a la 1 de la mañana. Las lagrimas no parecían querer parar, se sentían calientes en mi rostro, a diferencia de mi corazón que se encontraba frío y roto.
Yo no era una persona que rogara, pero al parecer es verdad lo que dicen en cuanto al amor: te vuelve ciego. Me sentía tan estúpida... el creerme semejante historia perfecta de amor, el creer que esa sería mi historia de amor. Odio ser de las personas que con el mas mínimo detalle se ilusionan sin parar, esto no era justo.
Escuchaba los autos pasar cuando de repente uno de ellos aparcó en la orilla, quedando a mi costado. No me provocaba levantar la mirada ni saber quien era, por mi podían robarme lo que quisieran, ya no importaba nada.
-Calle por Dios, por favor nunca en tu vida vuelvas a hacer esto, casi me matas de un infarto.- Dijo Alejo con un tono de preocupación. -¿Que haces aquí? Sebas me contó lo que pasó y salimos corriendo como locos de la casa a buscarte por todos lados.-
-Alejo por favor vete, no estoy de ánimo como para hablar contigo o con alguien.- Dije con un tono amargo en mi voz. Ni yo sabía que sentía en estos momentos, era una mezcla de rabia, tristeza e ilusiones arrancadas.
-Calle vámonos, sube al auto por favor. Prometo no decir nada pero no te quedes como una vaga en medio de la nada.-
¿Qué necesidad había de irme de este lugar? Aquí estaba alejada de todo y todos, podía pensar y respirar tranquilamente.
-Alejo ya dije que no, y no es no.-
-Daniela Calle Soto, me importa un pepino andante que no te quieras ir, pero no te dejaré aquí abandonada cual perro. Me haces el favor y te levantas ya que sé que ninguno de los dos está como para pelear.- Odiaba cuando se ponía en modo mandón.
De mala gana me levante de la acera en la cual estaba sentada, y con pasos pesados me dirigí al auto de Alejo para sentarme en el asiento del copiloto mientras lo veía sentarse a mi lado arrancando el auto.
-Dani en serio no vuelvas a hacer esto, nos tenías muy preocupados a Sebas y a mí.- Al escuchar su nombre me tensé un poco, y Alejo lo notó. -Tranquila, lo que dijo Sebas es verdad, él se chocó con la chica a la que viste, no pretendían coger a la vista de todos... simplemente ella cayó encima de él porque la empujaron.- Dijo esto con una sonrisa burlona en el rostro. Okey ahora me sentía idiota, había salído corriendo del lugar por ponerme celosa gracias a una situación sin sentido. Definitivamente Sebas me odiaría después de esto.
-Y no, Sebas no te odia. Al contrario, él esta muy preocupado por ti. Tan pronto te vio salir corriendo, fue tras de tuyo pero no te pudo encontrar, así que fue en su auto a buscarte por todos lados.- Bueno si me sentía mal ahora me siento muchísimo peor.
Como si lo hubiéramos invocado, vi como el teléfono de Alejo se iluminaba mostrando el nombre de Sebas.
-Contéstale, lo mas seguro es que esté llamando por ti.-
Tímidamente, lo agarré y contesté.
-Hola Sebas.- Dije casi en un susurro.
-¡Calle! Dios mío santo estás bien, no tienes ni idea de el susto que me pegaste, porfavor no vuelvas a hacerme esto.- En su tono se podía escuchar lo preocupado que estaba, lo cual hizo que mi corazón se encogiera.
-Sebas perdóname, soy una idiota total no debí de haber hecho esto en serio perdón, perdón, perdón.- Respondí tan rápido que ni yo misma entendí lo que había dicho.
-Bebe tranquila, entiendo el porqué lo hiciste. No estoy enojado si eso es lo que te preocupa, lo único que quiero es abrazarte muy fuerte. ¿Podrías venir a la casa de Pau y así seguimos divirtiéndonos?-
-Claro, tu espérame allá que pronto llego.-
-Te esperaré el tiempo necesario.- Dijo esto último con una pequeña risa de las que tanto me encantaban, y a los segundos colgó.
-Así que, ¿Te regreso a la casa de Paula?-
-Por favor. Y si quieres también puedes quedarte tú un rato.-
-Claro, me encantaría quedarme.-
El resto del camino la pasamos en silencio, pero no uno incomodo, más bien uno reconfortante que te llena el alma.
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Al llegar vimos que la fiesta se había apagado un poco, pues era un lunes a las 2:30 de la mañana y la gente debía de ir a estudiar o trabajar dentro de poco. Lo primero que hice al entrar en la casa fue buscar a Sebas. Quería pedirle perdón frente a frente por mi estúpido comportamiento de horas antes. Tenía la mejor suerte del mundo si me volvía a siquiera dirigir la palabra.
Después de revisar todo el espacio con la mirada no pude dar con él, hasta que de pronto sentí unos fuertes brazos abrazarme por detrás. No tuve que voltear para saber quien era, pues su olor era tan inconfundible que podría distinguirlo en cualquier lugar. Olía a una fragancia dulce pero no hostigaba, que combinada con su olor natural a pino me hacía sentir como en casa.
-Así que mi dulce princesa decidió volver.- sentía su respiración cerca, la cual me hizo estremecerme. En su aliento podía percibir alcohol, pero decidí no darle mucha importancia a ello.
-¿Piensas que no iba a volver después de actuar como loca maniática? ¿Esperas tan poco de mí, Villalobos?- Dije con una sonrisa. Si me sentía segura en un lugar, era entre sus brazos.
-Me alegra que estés aquí, cuando llamé estaba muy preocupado. Me contestaste y sentí un gran alivio, entonces decidí devolverme y esperarte aquí. Calle, no vuelvas a hacer esto, te lo pido de corazón.- Dicho esto, decidí voltearme para quedar enfrente suyo.
-Prometo no hacerlo otra vez Sebas, en serio me siento como una estúpida por haber hecho eso tan idiota. Perdóname por favor. Me siento muy afortunada de que siquiera se te pase por la cabeza hablarme.- Estábamos cerca, nuestras frentes estaban unidas y lo único en lo que me podía concentrar era en sus ojos, los cuales reflejaban nada más que amor y simpatía.
-Calle, yo te perdonaría todo en serio. Me asustó mucho el simple hecho de pensar que estabas andando quien sabe donde sola y sin compañía alguna.-
Verlo aquí, muriendo de preocupación por mí me estaba derritiendo por dentro. Podía definir cada pequeño detalle de él, sus pobladas pero perfectas cejas, sus ojos gracias a la cercanía se veían muchísimo más claros que de costumbre, y se veía una barba asomarse por su mandíbula.
-Eres perfecto.- Se me escapó. Al darme cuenta, abrí los ojos como platos pero él simplemente sonrió.
-Si yo soy perfecto, no alcanzan las palabras para describir lo que tú eres.-
Su cuerpo estaba pegado contra mí, y yo no podía aguantar más. El tenerlo tan cerca me estaba empezando a afectar, y mi mirada alternaba repetitivamente entre sus ojos y sus labios. Mi autocontrol poco a poco se iba desvaneciendo.
Y bueno ese fue el capítulo!
Espero que les haya gustado mucho y gracias a Manu (La Cotizada) por ayudarme con el cap, estaba medio bloqueada y no sabía que hacer.Por otra parte intentaré la próxima semana subir dos capítulos, ya veremos si podré.
Se les quiere. ❤
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Miradas Prohibidas
Fanfiction-¿Qué, que es lo que te da tanto miedo decir?- Su mirada era expectante, no podía soportarlo más. -Pues que te amo maldita sea, te amo.-