Capitulo 1

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Cada vez que abro la puerta lentamente y enciendo la luz presionando ese odioso interruptor tengo la sensacion de entrar en un lugar desconocido. Mis padres me lo presentaron diciendo "Esta es tu habitacion a partir de ahora". No recuerdo nada mas de lo que dijeron a continuacion porque me puse en modo off y esta vez con motivo, no por puro pasotismo. Es un sitio mas bien pequeño, diria acogedor pero para mi no lo es, asi que "pequeño" esta bien. El armario es decente y el colchon bastante comodo. Tampoco voy a ponerme a dar pena haciendo creer que vivo en un cuchitril sin luz en el que debo dormir en el suelo lleno de cucarachas y sin almohada. No.

Acaban de llamar al timbre y ni si quiera me miro al espejo antes de abrir. No pierdo el tiempo mirando por la mirilla a pesar de todos esos avisos de "no abras la puerta a nadie cuando nosotros no estemos en casa".

Giro la llave y juraria que mi corazon se para en ese preciso instante. Es Kyle y yo... Yo le abrazo aguantandome las lagrimas.

-Mirame a los ojos tonta, soy tu jodido regalo de cumpleaños.- dice.

Cuando aun no ha terminado de hablar yo ya estoy llorando sin poder articular palabra. Cierra la puerta cuidadosamente. El es mas calmado que yo. Sin soltarle la mano lo guio hacia el salon. Nos sentamos en el sofa y le miro en silencio. Ninguno de los dos sabe que decir asi que le abrazo fuerte como si la vida me fuese en ello.

Preparo un té torpemente mientras me pregunto a mi misma si esto es real y a juzgar por el quemazo que me he hecho al calentar el agua... Si, lo es. Sirvo el té en unas tazas mas bien horribles que mi madre compro en Londres y enciendo un par de velas porque la luz artificial me molesta bastante.

-Un dedo de leche fria y dos cucharadas pequeñas de azucar, como a ti te gusta. -me dice- y yo no puedo evitar sonreir.

Parece una tonteria pero el mero hecho de oir su voz tan cerca me hace sentir viva. Algo que hacia mucho tiempo que no experimentaba.

Estoy hecha un lio y no se ni por donde empezar asi que suelto, como si de una bala se tratase, la primera de las mil preguntas que me vienen a la cabeza desde que he abierto la puerta y he visto que era el.

- ¿Como has llegado hasta aqui?

- Eso ya te lo explicaré en otro momento, ahora quiero saber como estas y no me vale un simple "bien" como llevas diciendome todos estos meses mientras te pasabas las noches llorando.

- Eso no es cierto.- digo negando con la cabeza, intentando parecer creible

Me mira a los ojos y hace una mueca dandome a entender que a él no puedo mentirle.

- Vale lo he pasado mal pero ¿Que conseguia yo diciendote lo sola que me sentia estando tan lejos de ti? Solo haria que a los dos se nos comiera poco a poco la impotencia y la rabia. Sabes que tengo razon asi que no me lo discutas.

La distancia no existe, son los padresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora