Linea Dulce n° 3

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El timbre escolar sonó. Por fin se habían terminado las malditas clases del viernes. El humano agradeció internamente, aun le quedaban algunos días para salir de vacaciones. La mayoría -y aunque las clases seguían- se tomo el día para festejar Navidad, pero para suerte de todos Año Nuevo estaba cerca, y eso solo significaba el gran merecido descanso que necesitaban todos. 

A veces el humano se quejaba del sistema escolar. ¿Como alguien podia aprobar tener clases desde Febrero hasta Diciembre? Según su madre era por "el futuro de los niños y jóvenes que sacaran adelante al mundo" y cuando estaba de buenas él le daba la razón. Pero en estos casos eso le parecía estúpido, osea, las únicas vacaciones que tenían eran en Enero y en Julio. "Es explotación" pensaba -muy a menudo- Kris.

Como todos los días, luego de salir, Kris junto a sus amigos se encaminaron a la salida. Y de allí cada pareja (excepto Lancer, él va a morir soltero) se iría por su lado.

El humano -como siempre- acompaño a Ralsei en su camino a casa, quería asegurarse de que su pequeño llegara sano, salvo y sin inconvenientes. 

Comenzaron a hablar -bueno, solo Ralsei. Kris no es muy hablador que digamos- sobre algunas anécdotas de su día. Sin darse cuenta, ambos inconscientemente se tomaron de las manos. Dieron unos pasos más hasta que pasaron cerca de una plaza (o parque, como le digan en sus países alv). Sentarse no haría daño a nadie, pensaron al acercarse a la banca más cercana.

Mientras admiraban el atardecer, el pequeño mago recostó la cabeza en el hombro de su novio. Aun con sus manos entrelazadas el castaño se apoyo también en su pareja. Estuvieron un buen rato en esa posición. Ninguno se molestaba ni le incomodaba.

Kris acaricio la suave mano de su novio con el pulgar. 

Amaba poder tenerlo solo para el, amaba poder abrazarlo, amaba poder hacerle mimos, amaba poder besarlo, lo amaba. Vaya que estaba perdido por Ralsei. 

Se sentía afortunado de tenerlo, y se lo quería expresar siempre que estaban juntos. Pero -como ya todos sabemos- el nunca fue bueno con las palabras. Y por más que se lo demostrase, agradecía que Ralsei lo comprendiera siempre. Otra de las cosas que amaba de su pequeño.

Le parecía aun más adorable -de lo normal- cuando hacía magia. Su carita y sus ojos se iluminaban con cada hechizo, le gustaba poder verlo feliz y divertirse. Adoraba su cara sonrojada cuando le coqueteaba o le entregaba algún presente. Cuando lo asustaba o le robaba un beso y lo tomaba desprevenido. 

A veces sentía que no se lo merecía. Que Ralsei, ese pequeño angelito, era demasiado para alguien como el.

Sintió una agradable corriente eléctrica cuando el humano acaricio su mano. Le gustaba eso de Kris, que siempre era atento con el. 

También se esforzaba mucho en hacerlo feliz y protegerlo, aunque no lo parezca. Kris también era muy bueno escuchando y tomando decisiones. Sin mencionar que esos tiernos y dulces piropos que solo le dedicaba a él y lo enamoraban -si era posible- aun más. 

A veces sentía que su novio tenia un aire de líder y, si Ralsei formara parte de un equipo, no lo dudaría y lo pondría a el en la cabeza.

El castaño no podia contenerse más, tenia ganas de besarlo. Siempre que se ponía un poco mal -por cualquier cosa, literalmente- le daban ganas de mimar un poco de más a su pequeño novio.

Separándose un poco, con su mano libre tomo el mentón del mago e hizo que lo mirara. Aun con un Ralsei sorprendido, no espero un segundo más y junto sus labios. Solo eso, no llegaría a más, como siempre. Comprendía que con eso estaban bien y conformes, además, no quería presionar a Ralsei.

-Hey amor, te comería desde arriba a abajo de lo dulce que eres.-Soltó de la nada el castaño apenas se separaron. Por que sí, ese pedacito de azúcar no solo endulzaba su vida sino también todos esos tiernos besos que se daban.

Kris lo había tomado desprevenido. Por empezar él, que estaba tan tranquilo mirando el atardecer y pensando en lo maravilloso que es su castaño, es besado inesperadamente por el dueño de sus pensamientos. Se termino sonrojado un poco pero no tardo en corresponder el gesto.

Y en segundo lugar, Kris termino coqueteandole con un piropo que dejaba a Ralsei pensando un poco de más. Sentía que de su cabeza salía humo, seguramente su cara estaba peor. 

No le había dado tiempo de terminar a procesar todo correctamente que, satisfecho por el resultado, el castaño volvió a robarle un beso. Este aun más largo que el anterior. Ralsei solo volvió a corresponder, no le quedaba de otra. Se termino aferrando al suéter del humano con su mano libre por su nerviosismo.

Se separaron por falta de aire, pero aun así anhelaban más contacto, vaya que sí. Y antes de volver a fundirse en los labios del otro, un ruido potente los saco de su mundo. Alarmados, pero  sin soltarse de las manos, miraron al cielo instintivamente en busca del sonido.

-¡Los estuvimos buscando, chicos!- Una voz femenina, los llamaba desde lo alto con un altavoz.

Ralsei -al reconocer la voz- solo pudo esconderse en su gorro, completamente avergonzado. Y Kris, bueno, el solo se quedo estático en su lugar.

Eran los padres de Ralsei y habían venido en un flamante helicóptero. La madre del pequeño seguía hablándoles por un megáfono, y su padre la atajaba por la cintura para que no se caiga. Ambos jóvenes pensaron que esto era demasiado exagerado.

-¡Suban hijos!- Esta vez había hablado el padre.

Antes de dales tiempo a siquiera pensar, el helicóptero se arrimo un poco más al suelo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca los mayores tiraron una escalera de maderos. La pareja sabia lo testarudos y excéntricos que podían ser el par de adultos, así que sin rechistar subieron de a uno.

-Kris, Ralsei, mis bebés.- Abrazo con fuerza la mujer a los novios una vez ambos subieron. El helicóptero encamino hacia la mansión de los mayores, o eso pudo suponer Kris, solo sintió cuando el vehículo se puso en marcha otra vez.- Acabamos de venir de una reunión de negocios. Queríamos retirarlos del colegio pero no los encontramos, por lo que salimos a buscarlos.- Con una sonrisa inocente y feliz hundió un poco más en su pecho a ambos jóvenes, cuando termino de hablar.

-Pe-pero mamá, ¿porque nos vinieron a buscar exactamente?- Pregunto el más pequeño del grupo abrazando aún más a su mamá, la había extrañado bastante. Kris aprovecho para escabullirse y sentarse al lado de su suegro antes de que la muestra de afecto se intensificara o antes de que perdiera el equilibrio y se diera de bruces.

-Como no pudimos venir a celebrar Navidad aquí, queríamos festejar por lo menos hoy con ustedes. Ya pasamos por la casa de los Dreemurr a saludar, y dejamos nuestros presentes también.- El señor Darkner le guiño un ojo a Kris, mientras se levantaba para acariciar la cabeza de su hijo. El también lo había extrañado.- Hoy te quedas a dormir Kris, tu madre nos dio el pase verde.- Volvió a unir a todos en un abrazo familiar, incluyendo al castaño.- Y no se crean que nos olvidamos de ustedes. El avión con sus regalos llegara un poco más tarde.- Les brindo a todos una gran sonrisa de "padre orgulloso".

El humano ni siquiera tuvo tiempo de hablar, y como si su opinión no importara el hombre los termino encerrando a todos en un apretón. Tratando respirar- y aun algo apretadito-, levanto como pudo el dedo pulgar al darse cuenta de que ya habían llegado a destino. 

Solo le quedaba resignarse en situaciones como esas, además, ¿quien le diría que no al hombre que no solo te da -casi siempre- montones de obsequios sino que también es el padre de tu adorable novio?

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Me gusta pensar que los monstruos tienen un sistema educacional diferente al nuestro. Que ellos si se preocupen por la educación, no como acá en Argentina. 

Pero aún así tuve que exagerarlo un poquito xd porque no en todos lados es perfecto xd

Se viene lo shido, ahre q no

Por cierto, Feliz Año nuevo atrasado, again xd

-VG☾☆ 

Piropos Dulces - (KrisxRalsei) - «Deltarune»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora