Confesiones

139 3 3
                                    

(...) Torre del Reloj / Madrugada

A pocas horas del amanecer, Ryouji y Sayumi se encontraban en la puerta. Esperando a que sus compañeros regresaran de su misión de recuperación, cuando observaron unas luces deslumbrantes aproximarse a una alta velocidad, entendieron que estas solo podrían provenir de un automóvil manejado por el Rider of Black, por lo que la misión había sido todo un éxito.

Frenando y estacionando de forma casi milimétrica, el maravilloso coche abrió sus puertas y acto seguido los masters comenzaron a bajarse y saludar a sus compañeros, quienes aguardaban su llegada.

—Chicos, que bueno ver que llegaron sanos y salvo —Saludó con emoción Sayumi, viendo que el grupo no había tenido bajas.

—Trajimos a una invitada —Alegó Ford, dándole la mano a la santa mujer para que se bajara de su coche.

—Un placer masters —Habló dando una cordial y sutil reverencia.

—¿Quién es usted? —Preguntó Ryouji con inquietud.

—Eso lo sabrán cuando vea a su líder ¿Esta adentro? —Dudó apuntando hacia la edificación.

—Así es, si la han traído hasta aquí. Supongo que no será un enemigo —Afirmó Nagano dejándolos pasar —De lo contrario, Yakuso enloquecerá —Suspiró preocupado.

Atravesando los pasillos, rodeados de los susurros de los diferentes magos que hacían vida en ese lugar. Tomaron un ascensor que los conducía hacia abajo, cuartel que la facción negra estaba usando como base de operaciones para la guerra. Una vez la puerta se abrió, contemplaron en una gran mesa como el líder del equipo, junto a Kokomi y sus servants estaban tomando algo de café, conversando sobre el rumbo del conflicto.

—Chicos, que bueno verlos. Parece que lograron recuperar a Rider... —Habló contento Kyura, viendo como el visionario caminaba junto a ellos, pero dicha alegría no duro mucho, pues más atrás observo a la santa figura aproximarse —¿Y esa quién es? —Interrogó colocando su mano en el mango enfundado de su arma.

—¡Oye tranquilo jefe! —Exclamó Shin colocándose en medio de la divinidad —Ella es imparcial no enemiga.

—¿¡Así!? ¡Pues más vale que comience a explicarse! —Exclamó con autoridad, mirando a los ojos azules de la chica.

—Lo hare, por favor tome asiento —Musitó la dama blanca con total tranquilidad.

Tras darles una rápida explicación a la facción, misma que le había dado a los del bando purpura. Las cosas quedaron un poco más tranquilas, especialmente para el jefe, quien era el menos convencido, además. El aura pura y honesta que transmitía, ayudaba que su historia tuviera más credibilidad.

—Así que recapitulemos, te llamas Dayaded, eres imparcial y vienes a poner orden a esta guerra y salvar el corazón profano de nuestra Ruler ¿Es correcto? —Cuestionó el líder con la mano en su frente.

—En efecto, esas son mis intenciones aquí. Si me permiten cumplir con mi labor, yo no entorpeceré vuestro conflicto —Aseguró la sagrada madre a quienes la escuchaban.

—Bueno, era de esperarse que el grial enviara a alguien para ponerle orden a la pea. Pero es extraño que optara por una extranjera —Reflexionó Kokomi cruzada de brazos.

—De acuerdo, supongo que no tengo otra opción más que permitir tu presencia, tal y como lo hago con la de Jean —Aceptó a regañadientes Yakuso —Pero, eso no quita que has venido hasta aquí por algo más. No fue solo para presentarte ¿O sí?

—Veo que es un master muy despierto. En realidad, vine con otra intención, pero para eso necesito que todos me estén escuchando y aquí falta un servant —Señaló Dayaded a Ryouji quien estaba recostado en un sillón.

Fate ConflictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora