7 DATES [YoonMin]

01

El interior de la cafetería estaba tan cálido, en comparación al frío exterior, que las gafas de Park Jimin se empañaron por completo en cuanto entró al lugar. Se vio obligado a quitárselas para buscar a su amigo, quien esperaba por él.

Se sentía ansioso, nervioso y avergonzado al mismo tiempo, pensando en lo que iba a hacer ese día. El característico rostro poco expresivo de su mejor amigo se iluminó en cuanto lo divisó a la distancia, apareciendo una pequeña sonrisa en él. Alzó una mano, captando la atención del recién llegado. Jimin caminó hasta la mesa, como si sus pies fueran de plomo; un nudo en su estómago lo estrangulaba, y sus pequeñas manos sudaban inevitablemente.

- Hyung – saludó, ocupando la silla frente al chico de tez pálida y cabello negro, peinado en pequeñas ondas irregulares. Min Yoongi estaba metido en una gran chaqueta de diseño militar, con una bufanda envolviendo su cuello. La temperatura había descendido drásticamente esa semana y se anunciaba nieve para dos días más - ¿Llevas mucho tiempo esperando por mí? – preguntó Jimin, dándole una sonrisa a modo de disculpa, quitándose el grueso gorro que cubría su cabello rubio.

- Creo que envejecí un año – comentó el mayor, con su particular sentido del humor - ¿Qué te entretuvo tanto, Jiminnie? – quiso saber Yoongi.

- Taehyung quería venir conmigo... - explicó, comenzando a sonrojarse – Pero, yo le dije que quería salir solo.

- ¿Por qué? – el pelinegro miró al chico frente a él, con el ceño fruncido.

- Oh, yo... por nada en particular... - balbuceó nervioso - ¿Qué debería pedir? – murmuró, fijando su atención en la carta – Creo que un Macchiato estaría bien ¿Qué pedirá usted, Hyung? – la sonrisa volvió a hacer presencia en el rostro del menor, confundiendo un poco a Yoongi.

- Un Americano – dijo simplemente, buscando con la mirada a quien tomara su orden. Rápidamente, una chica se aproximó a su mesa, ruborizándose al notar quienes eran, a pesar de que ambos tuvieron la precaución de cubrirse para no ser reconocidos tan fácilmente.

Agradecieron que la muchacha fuera profesional y discreta, sin hacer comentarios respecto a su visita a la cafetería con sus colegas. Recibieron su orden, minutos después.

- Bien, Jimin-ah... Dijiste que querías hablar conmigo de algo importante... - comenzó a decir Yoongi, acomodando sus manos sobre la mesa, prestando toda su atención a su amigo – Soy todo oídos.

El nudo en el estómago de Jimin, subió hasta su garganta, dificultándole el hablar fluidamente.

- Hyung, yo... yo... - aclaró su garganta repetidas veces, acercándose todo lo que la mesa entre ellos le permitía – Yo... necesitaba hablar esto con usted, hyung... porque no hay nadie en quien confíe más... - añadió casi en un susurro. Yoongi se preocupó al notar la extraña actitud de Jimin. Sin embargo, asintió afirmativamente – Y lo que quiero decir es... yo... creo que me atraen... los chicos – soltó, con una valentía impropia en él – Me refiero, a que me gustan... no sólo como amigos... yo...

- Entiendo – Yoongi estaba tan impresionado con la confesión de su amigo, pero intentó mantenerse sereno, en tanto se aclaraba el caos en su cabeza.

Vio claramente el temor cruzar por los ojos de Jimin, además del intenso sonrojo tiñendo sus mejillas.

- Sé que... es algo repentino... - continuó el menor – Y que tal vez este no sea el lugar más apropiado para tener esta conversación, hyung... - se disculpó apenado.

- No, no... Está bien, Jiminnie – lo tranquilizó Yoongi, quien aún no sabía exactamente que decir al respecto.

Los ojos cafés del rubio observaron atentamente las expresiones minúsculas en la cara de Yoongi. El chico podría jurar estar escuchando los engranes de la cabeza de su hyung girando. Hasta el momento Yoongi no lo había rechazado ni despreciado, lo cual lo hacía sentir tranquilo, aunque tampoco estaba teniendo una reacción positiva. Solo se mantenía quieto, con la mirada perdida en sus propios pensamientos, sin decir una palabra.