Capítulo 9: los caminos de la vida

26 3 2
                                    


Narra Aby:

¡Acabo de estar al borde de un ataque de pánico!

Como ya he contado antes mi familia vive lejos de mi. A unas nueve horas de la ciudad donde vivo; y solo es posible llegar por tierra.

En este largo camino tengo nueve horas para pensar.
¡Demonios! Algo debía salir mal. Yo estaba tan feliz por mi nueva etapa amorosa y algo debía ocurrir.

Todavía tenía mi ropa de playa. Después de pasar horas inolvidables con Martín recibí una llamada. La cual era de mi madre, Charlotte, donde me decía que mi hermano mayor había tenido un accidente en su trabajo y estaba hospitalizado en estado crítico.

Luego de que papá murió, mi hermano Willie fue mi figura paterna. Si bien, mi madre me crió, mi hermano fue un fuerte pilar donde apoyarnos. siempre podía contar con él. Sus regaños, sus  consejos, sus sobrepotecciones y celos de hermano mayor, Lograron que lo vea como un padre. Papá estaría orgulloso de él

Por fin llegué a San Juan. Más calmada por el viaje. No tenía señal en mi móvil durante el viaje pero cuando llegue aquí tenía veinticinco llamadas perdidas de Martín y quince mensajes. Intenté llamarlo pero me daba la casilla de mensajes. Probablemente esté enojado por el fiasco de la cita.

No tenía tiempo para esas cosas. Mi hermano estaba mal y debía verlo. Me dirigí al hospital y hablé con mamá quién me contó que Willie se encontraba trabajando en el mantenimiento de un ascensor cuando se derrumbó el techo del sótano con él adentro.

Su esposa, Mabel, se fue a casa a darle el pecho al bebé de 6 meses que tiene y nos quedamos con mamá a esperar al médico

-Tuvo fracturas en 2 de sus costillas las cuales perforaron el pulmón izquierdo llenándolo de líquido. Por lo tanto, debió ser intervenido quirúrgicamente. Ahora se encuentra sedado y fuera de peligro. Pero había perdido mucha sangre y fue necesario realizar una transfusión de sangre- El doctor nos daba el parte médico y eran palabras de paz- si gustan pueden pasar a verlo

Entramos a la habitación. En ella había un pequeño baño, un pasillo angosto que conectaba el baño y la habitación, había una sola ventana que daba hacia el lado de la calle, junto a la cama de Willie había un buró,  del otro lado una silla y en esa silla estaba sentado Martín.

Fruncí el ceño y quedé con la boca abierta.
-¡Ah! te presento a Martín él es el donador de sangre- dijo el doctor mientras entrabamos en la habitación

No tuve mejor impulso que correr llorando a abrazarlo y apoyar mi cabeza en su pecho para que él me rodee con los brazos.

-Gracias- le susurré con voz temblorosa; pero sin dejar de abrazarlo -¿Cómo es que estás aquí?

-le pregunté a Melody dónde ubicarte al llegar aquí. Ella me ha ayudado mucho-

-¡Hjjmmm!- mamá se aclaró la garganta haciendo notar su presencia ignorada hasta hace un segundo. Nos soltamos lentamente. Mientras tanto el doctor se retiraba lentamente de la habitación

-Mamá, déjame presentarte a Martín: un amigo-

-¿amigo?-

-Nos estamos conociendo- interrumpió Martín mientras estrechaba su mano con la de mamá

-Mucho gusto, Martín- sonrió

-el gusto es mío-

Mamá me dirigió una mirada pícara y me pasó la llave de su casa
-Ve con tu amigo. El viaje te debe haber dejado exhausta y a Martín también; Condujo toda la noche para apoyarte. Además debes dormir y ducharte-

Tomé las llaves de la casa

-por mí no debe preocuparse. Yo pasaré la noche en un hotel o alojamiento-

-¡Ni hablar!- exclamó mamá – tu fuiste de gran ayuda. Debes quedarte en casa. Y no te atrevas a contradecirme jovencito-

Fuimos a casa. Primero me duché, Martín trajo ropa que consiguió de la casa donde vivo gracias a Melody.

Luego, Martín cocinó unos spaghettis deliciosos. Tomamos un café en el porche después de cenar. La noche estaba perfecta para estar al aire libre. conversamos de la vida, de nuestros hermanos y contamos anécdotas con ellos.
Minutos después comenzó a hacer frío, nos terminamos el café y nos fuimos a dormir.

-dormiría contigo en tu habitación. Pero no creo que pueda resistirme a tus encantos. Mejor dormiré en la antigua habitación de tu hermano-

Bajé mi mirada al suelo, me sonrojé tanto que me dolieron mis mejillas. Levantando mi mentón acercó su bello rostro y me besó dulcemente.

-descansa Aby-

-tu también descansa-

La EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora