Tristeza, arrepentimiento, decepción, rabia, impotencia, y un sin fin de malos sentimientos más acompañaban al dolor físico de la pobre alma que se hallaba en el cuerpo de mi amiga. Entre lágrimas y gritos llenos de euforia a más no poder, me suplicó que me marchara de su hogar. Quería estar sola. Quería llorar sola. No quería compartir sus desgracias con nadie.
Y ese fue mi error. El dejarla sola en aquellas condiciones fue mi fatal error. Un error que me acompañaría por el resto de mi vida y me atormentaria hasta mi último respiro.
Fuí una tonta, una pésima amiga. Apesar de que sabía perfectamente que Yuri me necesitaba más que nunca decidí dejarla sola. Sus gritos llenos de dolor me decían que me marchara pero su corazón rogaba por un fuerte y cálido abrazo.
Pero yo no sentí su sufrimiento hasta después de dos días.
Pasada las 10 de la mañana recibí una llamada de un oficial de policía. Al finalizar todo lo que tenía por decir me quedé estática, mi corazón palpitaba demasiado rápido y sentía que en cualquier momento iba a salir de mi pecho. No supe en qué momento mis lágrimas comenzaron a salir.
Dejé caer el celular en la mesa en la cual descansaba mi desayuno y lloré. Lloré a más no poder. Mis manos se posaban en mi rostro y sentía que en cualquier momento me ahogaría.
La culpa me estaba consumiendo, me quemaba. Ese sentimiento de vacío nunca había pisado mi corazón, ni siquiera cuando mis padres murieron.
Salí corriendo de mi casa hacía el humilde hogar de Yuri en donde aún, descansaba su cadáver.
Había cometido suicidio.
Mis débiles y delgadas piernas corrían a la velocidad que más podían. Sabía que en cualquier momento me iba a desplomar y asi fue, caí. Solo faltaban unas cuadras para llegar al hogar de Yuri y mi frustración salió a la luz. Me jalaba el cabello, arrancandolo, me pegaba puños en la cara. Por alguna razón el dolor físico suavizaba mi dolor emocional. Llegué a un punto en donde me importaba una mierda el hecho de estar de rodillas en el piso hiriendome, haciéndome parecer una total demente. La gente pasaba y me miraba extraño pero no me importaba.
Había tenido un ataque de frustración y tristeza, nunca había reaccionado de esta forma y el ser la primera vez me sorprendió a mí misma. En cuanto logré calmarme un poco aún sin dejar de derramar lágrimas, me levanté y sobe un poco mis rodillas. En ese momento me di cuenta de lo fatal que me encontraba. Mi cabello estaba alborotado, mis ojos hinchados, vestía un patético vestido blanco que utilizaba mientras permanecía en mi hogar. Todo eso había sido causado por la impactante noticia sobre mi querida y única amiga.
– Te ves fatal – esa voz, esa maldita voz. Levanté mi vista y pude verlo; tan despreocupado como hace un par de días.
Y ese fue mi punto de quiebre total. Verlo tan sereno me repugnaba y me hacía hervir la sangre.Con la presencia de Hoseok enfrente mío pude sentir conscientemente ese ataque de frustración y esta vez, ira, del que me había recuperado hace unos minutos.
Sin miedo al qué dirán avance hasta el punto en donde mis manos empujaron violentamente el pecho de Hoseok y éste retrocedió unos pasos por el impacto, sorprendido.
– Eres un .. – callé y mis manos quedaron en el aire a la altura de mi pecho, antes de propinarle otro golpe a Hoseok. Mis lágrimas salieron nuevamente y con esto, mis sollozos – ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? – pose mis ojos en los suyos y estos irradiaban confusión. Aquel hombre no se inmutó, di por entendido que no sabía nada. Mi rabia era tan grande que tomé la decisión de jugar un poco con su cerebro y burlarme en su cara, burlarme de él y de su desconcierto – ¿Recuerdas lo que te dijo Yuri hace unos días? – No hubo respuesta. Juraría que mi pequeña sonrisa era la mismísima obra de algún descabellado pintor, debía dar miedo – Déjame decirte que perdiste – su ceño se frunció aún sin entender a lo que me refería. Me fui acercando poco a poco hasta quedar lo suficientemente cerca para poder susurrarle – Llorarás, más que yo, sufrirás y te recordaré todos tus miserables días que todo esto es tu culpa. Yuri ya no está por tu culpa – y por la mía. Aunque desconocía la relación de aquel hombre y mi amiga sabía perfectamente que él era el culpable del estado que Yuri había pasado sus últimos días. Así Yuri tratara de ocultar sus problemas tanto familiares como personales yo llegaba a un punto en donde comenzaba a crearme ideas de lo que sea que estuviera pasando en su vida.
Y así pasó. Llegué al lugar en donde estaba el cuerpo de mi amiga, hice el reconocimiento del cadáver e hicieron el levantamiento. La madre de Yuri no se apareció hasta horas después. No supe que pasó con Hoseok después de dejarlo en aquel lugar. Lo que sí sabía era que mis palabras lo habían dejado bastante mal.
Los oficiales de policía me interrogaron y con ello me entregaron dos pequeñas cartas. Yuri había dejado dos cartas antes de suicidarse.
Una decía Polaris, y la otra decía Hoseok.
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Estrella Perdida | Kim Taehyung
FanfictionTras la gran pérdida de sus padres, dos hermanas podrán vivir la vida que se merecieron durante tanto tiempo, sin humillaciones, sin dolores, sin miedo. Solo ellas dos, felices. Quien iba a imaginar que la llegada de un hombre iba a despertar los m...