Capítulo 18

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Kim TaeHyung POV

—Por favor....necesito que me ayudes...—no, no, por favor, no lo hagas.

—¿Tae? ¿Te ocurre algo?

—Por favor... ayúdame...— mi cuerpo simplemente al verla allí, me hizo recordar a Sun Hee, la imagen de Hanah se iba distorsionando en mi mente, hasta que logre ver el rostro de su hermana menor, no se si era un mecanismo de defensa de mi mente o simplemente por todo lo ocurrido estaba empezando a enloquecer, mi cuerpo no resistió más, colapso. Caí enfrente de Hanah, al frio suelo, deseando que al despertar, Sun Hee estuviera a mi lado. Mi mente estaba muy agitada, trataba de que la poca energía que me quedara, pudiera ayudarme a permanecer más tiempo despierto, había cometió un gran error al venir aquí, no podía decirle a Hanah lo que era.

Ella no era como Sun Hee, no estaba seguro del todo si es que una vez que ella supiera de mi secreto, me trataría igual que su hermana.

No podía dejar que la única pisca de esperanza de volver a ver a Sun Hee se desvanezca por completo, quien sabe que si Hanah se entera de lo que realmente soy, desaparezca y se lleve a ella consigo...

No puedo permitirme eso.

Ella no debe de saberlo. No así...

Por favor.

***

De lo agotado que se encontraba mi cuerpo, tras varias semanas, resistiendo hasta el último momento, empezaba a sentirlo más ligero, más aliviado, una extraña sensación de calidez, como si me hubieran quitado un par de pesas de los hombros. Mi mente aún se mantenía algo agitada, deseaba despertarme y saber que era lo que había pasado conmigo. Con Hanah...

—Hijo...—escuche la voz de alguien, no distinguía a la perfección que era lo que me decía, una mano cálida se posó en mi frente, mi cuerpo sobresalto, sentía que era momento de despertar de una vez.

—¿Ma? —fui abriendo poco a poco los ojos, la intensa luz que me rodeaba me cegaba, los cerré de inmediato, escuche ruido a mi alrededor, un ruido metálico, el de una silla, en eso el de unas cortinas siendo cerradas, cuando abrí poco a poco los ojos, vi que se trataba de mi madre, quien las había cerrado, volvió a tomar asiento en una silla metálica, la cual estaba a mi lado, y yo... estaba, ¿en una camilla de un hospital? — ¿Q-que haces aquí? — fue lo primero que pregunte, algo tonto lo sé, pero estaba más que desorientado en el tiempo y en el lugar. — ¿Qué hago yo aquí?

—¿Recuerdas algo de lo que paso ayer? — pregunto suavemente mi madre, mientras pasaba una de sus manos por mi cabeza, acomodando algunos de mis cabellos, luego agacho la mirada, yo también lo hice y me di cuenta de que estaba con una intravenosa, seguí la línea, hasta ver que me estaban haciendo una transfusión de sangre.

—¿Qué... que me paso?

—Ayer Hanah fue corriendo a casa, cuando abrí la puerta estaba tan asustada la pobre...

—¿Qué paso?

—Me dijo que te habías desmayado, así que decidimos llamar a una ambulancia y traerte aquí.

Una serie de imágenes de lo ocurrido antes de que colapse, empezó a pasar por mi mente, sentí un agudo dolor de cabeza, trate de levantar mi mano derecha para cubrir mis ojos, por instinto, pero me olvide de que traía una intravenosa en ese brazo, enseguida grite de dolor.

—¡Ahh!

—¡Tae! — mi madre se alarmo, enseguida se levantó de su silla, causando un fuerte sonido metálico, que me hizo doler aún más la cabeza, en este estado me encontraba aún más sensible, ella tomo mi brazo y lo volvió a colocar de largo, sobre la camilla. —Tranquilo...— trataba de que me calmara. Cerré los ojos y tras varios segundos, sentía como la oscuridad hacia que me pasara aquel agudo dolor.

—¿Ma, y Hanah?

—En el pasillo, con tu primo y tu tía...

—¿Todos están aquí? — pregunte algo sobresaltado, por mi torpeza, había hecho que todos ellos se preocupen, si hubiera sido más cuidadoso, nada de esto hubiera pasado, podía haberles ahorrado todas estas molestias.

—¿Cómo te sientes?

—¿Por qué termine con una intravenosa, mamá?

—La doctora que te evaluó en emergencias, ordeno una transfusión de sangre, ya que dijo que presentabas un grave cuadro de anemia. Y lo hicieron esta mañana, tras pasarte a una habitación.

—Oh rayos...— con mi mano izquierda la alce y me cubrí los ojos, los sentía secos, como si hubiera estado toda la noche jugando videojuegos, sentado a solo veinte centímetros de la pantalla, o como cuando me quedo mensajeando hasta las dos de la mañana con el celular, en mi habitación.

Escuche unos pasos aproximarse, mire hacia la puerta, la cual estaba enfrente de mí, mi madre se dio cuenta de mi preocupación, y giro a ver, tras un par de toques, mi madre le permitió ingresar, era mi tía, acompañado de Min Yoon Gi.

—¿Cómo se encuentra? — pregunto mi tía.

—Mejor, mejorando...— mi madre soltó un par de suspiros, tras unos minutos de charla con ellas, la doctora ingreso un momento a la habitación, las dos se retiraron con ella, iban a firmar un par de cosas y a ver algunos resultados de mis exámenes, estaba algo nervioso por lo que saldría allí, si es que había algo que delatara de que este chico de aquí, es un vampiro.

—Oye...— mi primo por fin hablo su boca. —Sé que has escuchado muy seguido esta pregunta hoy, pero necesito hacerla.

—Dime...

—¿Cómo te sientes?

—Bien...— murmure.

—No, me refiero a cómo te sientes, ¿con lo de tu chica? ¿Sun Hee?

—¿Ah?

—¿Es por ella que tú ahora estas aquí?

—¡¿Cómo?! — esa pregunta me hizo enfadarme un poco. — ¡Claro que no! — dije algo exaltado, sin querer alce mi brazo derecho, y volví a sentir aquel agudo dolor de la aguja intravenosa. —Ah...

—Calma...— Yoon Gi tomo mi brazo y lo coloco sobre la camilla. —Tranquilízate...

—Sobre tu pregunta, no es su culpa de ella, más bien...— m fui apagando poco a poco, tras recordar algo. —Más bien... por mi culpa...— sentí mis ojos que empezaban a arder, agache la mirada. —Por mi culpa... ella... ella se fue...— sentí como estos eran inundados por las lágrimas, las cuales empezaron a caer poco a poco por mis mejillas, hacia la sabana que me cubrían.

—Tae...— la puerta volvió a abrirse, y una voz femenina me llamo, no quería que me verán llorando, así que me limite a alzar la cabeza para saber de quien se trataba. —Yoon Gi, ¿podrías salir un momento? — era la voz de Hanah.

—Claro...— mi primo le hizo caso, se volvió a levantar, causando un fuerte sonido con aquella maldita silla metálica y se retiró, escuche los pasos de Hanah, acercándose poco a poco hacia mi.

—Ha...Hanah...— trataba de no llorar, para que no me viera en ese estado.

—Tae...— sentí su mano sobre mi cabeza. —Tranquilo. —aquella sensación de calidez y calma, había vuelto a rodearme. —Hay alguien que quiere hablar contigo...

—¿Alguien?

—Toma...— ella me entrego el celular en mis manos, yo no podía dejar de ver la sonrisa que traía ella, estaba algo confundido. —Vamos, háblale, ha esperado mucho para oír tu voz.

—¿Qué? — agache la cabeza y mire la pantalla del teléfono de Hanah, mire con que nombre estaba registrado esta llamada, me quede sin palabras al reaccionar. —¿A-Alo?

—¿Tae? ¿Estás bien?

—¿Su...Sun Hee?

Look at you |BTS| 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora