Look at you |BTS| 2

Capítulo 37

Lo que me dijo TaeHyung ese día sí que me había dejado con mucha curiosidad, pero al día siguiente se me olvide por completo del asunto, fueron pasando los días, me dedique a los estudios hasta que me di cuenta de que ya faltaba menos de 3 días para la fecha. Cada vez que estaba en la cafetería junto con Haneul, sentía como escuchaba susurros detrás de nosotras. Al día siguiente le pregunte a mis compañeros, pero nadie me dijo nada, luego a HoSeok, este solo se rio en mi cara, y al final del día, le pregunte a Seok Jin.

—¿Acaso no lo sabes?

—No...

—¿Nadie te lo ha dicho? — este se cruzó de brazos y se mostró algo confundido. —Ya que nadie dio una idea nueva para hacer algo especial este año, pues no tuve otra opción que repetir lo del anterior. ¿Ni TaeHyung te lo digo?

—Nadie.

—Bueno, para Halloween, los chicos se van a vestir de vampiros.

—¿Yo también?

—Tu no...— se rio en mi cara. — ¿acaso no recuerdas el año pasado?

—Ah...— y allí está el deja vu que sentí hace unos días.

—Tú serás la víctima.

—Uhm... otra vez.

—Y Haneul también.

—Oh... eso si es nuevo. — solté un suspiro.

***

Ese día de Halloween, había llegado, JiMin no podía separarse de Haneul, ya que nuestros demás compañeros la seguían, y TaeHyung no podía separarse de mi lado, siempre atrás de mí, cada vez que alguno de los chicos se me acercaba, todos estaban con sus capas negras y dientes postizos, con lentillas de contacto de color rojo. Menos alguien...

TaeHyung.

Al igual como el año pasado.

A comparación de sus demás compañeros, él solo debía de usar la capa de color negro, los ojos de color rojizo y los colmillos blancos filudos, eran reales. Me sentía un poco incomoda por los demás chicos alrededor, pero al menos estaba algo tranquila, ya que TaeHyung por este día, no debía de ocultarse.

—Buenas noches, bienvenidos al café Le Petit Palace, aquí tiene la carta. — me acerque a un grupo de cuatro chicas.

—Ho-Hola...— dijo una de ellas algo tímida.

—Si desean algo en especial, no duden en decírmelo.

—¿Los dos juntos nos van a atender? — pregunto su compañera, mirando por encima de mi hombro. Al voltear me encontré con TaeHyung.

—¿Siguiéndome? — le pregunte en voz baja, este asintió con la cabeza. Voltee y volví a dirigirme hacia nuestras clientas. —Sí, hoy los dos las atenderemos con gusto.

—Disculpa...— una de ellas alzo un poco la mano. —Yo vine el año pasado y me atendieron ustedes y pues...

Trate de recordarla, el año pasado dos chicas nos pidieron tomar una foto.

—¿Deseas una foto?

—¡Sí! — sonrió. —Me da mucho gusto volver a encontrarlos.

Escuchar eso me hizo sentir muy feliz.

—¿Podría tomarles una foto? —volvió a preguntar ya que no escucho una respuesta de parte mía ni de TaeHyung. —Les había dicho que tenía un blog y pues me gustaría hacer un antes y un después de ustedes y una nueva nota de este hermoso lugar...

—Claro...—TaeHyung coloco su brazo por encima de mi hombro. — ¿Así?

—¿Podría ser cerca de su cuello, como todo un vampiro?

—Uhm...— TaeHyung trago saliva, se puso algo nervioso de un momento a otro.

—¿O sería muy incómodo para ustedes? — la chica se dio cuenta, se puso algo apenada.

—Tranquila...— le sonreí. —Si podrás TaeHyung...— trate de darle ánimos. —Vamos...ya lo has hecho antes...— tome su mano y la coloque sobre mi rostro, la otra la pase por mi cintura y me incline un poco hacia atrás, permitiéndole tener acceso a mi cuello, TaeHyung se puso muy nervioso, había regresado aquel chico, inexperto y nervioso, como él primer día. Pero confiaba en él, confiaba en que se podría contener.

—¿Así? — le pregunte a la chica. Nuestras miradas se unieron.

—¡Perfecto! —exclamo muy animada.

—Ah...— sus demás amigas parecían estar algo emocionadas ante este momento.

No sé cuánto tiempo paso, o cuantas fotografías tomo ella, pero nadie quería separarse del otro, me sentía muy bien mirando a TaeHyung directamente a los ojos, no tenía miedo, y me di cuenta de que él tampoco. Se había contenido muy bien, y eso me alegro.

—Ya... ya está...— murmuro la joven. —Aunque...se siguen viendo muy unidos ustedes.

—¿Unidos? — preguntamos TaeHyung y yo al unísono.

—Si... espero que les vaya muy bien en su relación.

—Oh, gracias. — hice una reverencia ante sus deseos. —Muchas gracias.

—Bueno...—su amiga nos interrumpió. — ¿Ahora si podemos ordenar?

—¡Sí! — exclame y de mi bolsillo saque mi libreta y lapicero.

Luego de tomar su pedido, fui a la cocina y deje su orden, pero al darme cuenta de que estaba sola, empecé a buscar con la mirada a TaeHyung. Cuando a lo lejos vi la puerta del baño junta, me acerque poco a poco y adentro vi a TaeHyung apoyado en la pared.

—¿Qué pasa Tae?

—Cierra la puerta por favor...— murmuro.

—Ok. —ingrese al baño con él y cerré la puerta. — ¿Te sientes mal?

—Un poco, solo dame unos minutos y me sentiré mejor.

—Tae...

—¿Hm?

—¿Es por lo de las chicas no? — agacho más la mirada, vi cómo se mordió con algo de fuerza sus labios. —Así parece...— me respondí a mí misma al no tener una respuesta de su parte. —Bien...—me acerque hacia él, quedando enfrente de él, tome sus manos y las coloque sobre mis hombros y lo mire a los ojos. —Hazlo...

—¿Q-que?

—Toma mi sangre...

—Estoy bien...— trato de soltarse, pero no se lo permití. —Sun Hee, suéltame.

—No...— lo abrace con fuerza. — ¡Hazlo! — le ordene.

—Uhm... Sun Hee...

—Hazlo por favor...

—Poniéndolo de esa forma... no tengo salida, ¿no?

—Hazlo...

—Ok.

—Tae...— antes de poder decirle otra cosa, su cabeza se agacho, solté un suspiro, trate de sentirme preparada para lo que se vendría a continuación. Sentí algo húmedo sobre mi piel, ¿me estaba besando?

—N-No quiero...— lo escuche hablarme.

—Se que no, pero debes de...— fui interrumpida, por un agudo dolor.

Sentí dos agujas filudas traspasar mi piel, intente no gritar, TaeHyung coloco una de sus manos en mi boca, podía sentir como succionaba poco a poco mi sangre, saboreándola, el sonido de su garganta al tragarla. Tan desesperadamente, hasta que tras pasar varios segundos, él se fue calmando, regresando a la normalidad, creo...

—Perdóname...— susurro cerca de mi oído, y volvió a incrustar sus colmillos en mi piel.