Apenas me vio mi madre se lanzó a mi como una madre canguro a su bebé canguro, Andrés nos veía un poco celoso, lo cual no duró prácticamente nada porque luego de ese abrazo materno vinieron los regaños.
-No puedo creer que te quemaras, te he dicho muchas veces que tengas cuidado con el sol, además casi te ahogas, estuve en vela toda la noche, estas castigado de por vida jovencito-.
Guau, como que está vez exagero demasiado.
-Disculpe señora pero tengo una cita hoy con su hijo, ¿Podría castigarlo de por vida a partir de mañana?-, dijo Andrés.
-Anda Andrés no te había visto, adelante pasa, que modales los míos, muchas gracias por cuidar de mi Alejo, hasta lo trajiste a casa y todo-.
Qué manera de cambiar de actitud.
Entramos todos a la casa, Val estaba haciendo la tarea cuando nos vio entrar, ella no se lanzó hacia mi, pero me dirigió una mirada de alivio, por otro lado mi madre fue a buscar unas pomadas para untarme, también tenía que cambiarme así que fui a mi cuarto para buscar la ropa que debía usar, deje a Andrés charlando con Val mientras hacía eso. Me decidí por usar un jean marrón claro con un suéter manga larga verde claro (más que todo para cubrir un poco mis quemaduras), antes de ponerme la ropa mi madre me unto la pomada.
-Sabes que me preocupo mucho, por favor no hagas esto nuevamente, eres muy inteligente pero no eres invencible, hay cosas que no puedes hacer-, dijo mi mamá.
Lo entendía completamente, tengo que vivir mi vida con mucho cuidado, sin preocupar a los demás, pero también siendo independiente, como haré eso, no lo sé.
-Te dejare salir hoy solo porque me lo pidió Andrés y el se ha portado muy bien contigo, confío en que él pueda cuidarte cuando yo no estoy-.
-No digas eso mamá, algún día deberé de cuidarme solo-.
-Lo se, pero mientras ese día llega me quedo más tranquila sabiendo que tienes a alguien que te cuida casi tanto como yo cuido de ti-.
-Esta bien, gracias mamá-, le dije cuando termino de untarme la pomada.
Cuando salí del cuarto Andrés seguía hablando con Val, ambos son de poco hablar pero parece que se entendieron rápidamente.
-¿Listo para salir?-, pregunto Andrés.
Si que lo estaba, me despedí de todos, antes de salir Val me dió un abrazo, típico de ella hacer su jugada al final.
Creo que en todo este tiempo nunca les había hecho una descripción de mi amigo Andrés, ya es hora, el es un chico de mi edad, es más alto que yo, la última vez que lo midieron tenía 1.78cm, está bastante en forma, su piel es morena, algo que heredó de su padre, de hecho en su familia el único con el característico color blanco de su madre es Lucas, aunque el único moreno como su padre es Andrés, Sara y Dominic son intermedios, mi amigo tiene una sonrisa perfecta, nunca necesito de ir al dentista por eso, tiene una nariz algo puntiaguda pero no es pequeña ni grande, casi no tiene pómulos, pero si cejas y pestañas, aunque en lo personal, lo que más me gusta de el son sus ojos, son de un verde muy brillante, cuando los veo siento la felicidad de verlo brillar, es como ese sentimiento de esperanza por volvernos a ver, por ver en sus ojos la luz. Lo último que tengo que hablar es de su color de cabello, es marrón normal y corto, nada más que agregar.
Algo que olvide mencionar sobre mi atuendo es que tengo la manilla que Andrés me regaló, este parece ser un buen momento para usarla y por la mirada de Andrés cuando la vio, intuyo a que tome la decisión correcta al usarla.
-¿Y a dónde vamos?-, le pregunté.
-¿Que te parece si vamos al cine?, Hay una nueva película de comedia de esas que te gustan-.
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El destino que escribimos
RomanceTrata de un chico muy tranquilo que pasa por una situación algo delicada con su madre y hermana menor, pero cuando conoce a otro chico de su escuela todo cambia a su alrededor, como si el destino supiera que eso es lo que necesita para superar sus p...