cap. 4: ¿Akira?

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—¿Y ahora como te llamaré? —se puso a pensar un poco, ya que nunca había tenido un gato o pensar en tener uno, nunca se le paso por la mente el tener un animal de mascota y amigo —¿Que tal... Akira? —el gatito seguía dormido en su mochila —Creo que ese sera tu nombre, Akira —le dio una pequeña sonrisa al minino qué aun seguía dormido.  

—¿A quien le hablas? —se acercó su compañero bicolor, mirando por encima de su bolso.

—Y a ti que te importa —Izuku tapó rápidamente al gato, procurando no despertarlo.

—Te vi hablar solo —su compañero se paró a un lado, mirando entre el bolso e Izuku. La curiosidad a veces puede ser buena, pero cuando invades el espacio personal de otra persona, es desagradable.

—No es nada, solo estaba hablando conmigo mismo —Izuku le dió una mirada enfadado. Claro, su curiosidad parecía sin otras intenciones, pero no podía confiar en él y decirle que había entrado un gato de contrabando a la escuela, ¡Sonaría raro!.

—Ah, okey, no quería molestarte... ya me voy —el chico de dos colores comenzó a caminar a su asiento, girando de vez en cuando para ver a un Izuku molesto.

No dijo nada más, y tampoco es que le interesara mucho, así que dio vuelta su rostro para ver a Akira, pero el gatito lo estaba viendo fijamente. Quizás estaba analizando lo que escucho, o simplemente le gustaba hacer eso.

—No me perdonare con él _—Izuku, al decir eso, pensó estar loco por hablar con un gato, pero Akira dio un maullido bajo, sus ojos cristalinos aún mirandolo —Bien. Lo haré —.

Izuku suspiro, resignado, y se paró de su asiento, se dirigió a su compañero lentamente, maldiciendo internamente por caer en las ternuras de un gatito que había recogido sin importarle nada. Está sería la primera vez que se disculparía con alguien más que no haya sido su madre, y era extraño.

—Hey, tú —Maldición, ¿Por que tengo que hacer ésto?. —Lo siento —Izuku nunca lamentaba lo que hacía ni lo que decía, jamás se arrepintió de nada, excepto por no llegar a tiempo ese día a casa. —Ya lo dije —susurró para que no lo escuchara nadie más que el bicolor, su compañero estaba impresionado por lo que le dijo el pecoso.

—¿Que es lo que te hizo cambiar de opinión cómo para que te forzaras a disculparte? —la persona frente a Izuku tenía una ceja alzada. No creyó que alguien como él, asi de seco y serio, se fuera a disculpar con él.

—N-nada, solo lo hice porque sí —se puso un poco nervioso, no quería que descubrieran a Akira, quien sabe que le harían a ese pobre gatito —Siéntete afortunado, es la primera vez que me disculpo con alguien —.

—Oh, lo entiendo —le dedico una leve pero notoria sonrisa a Izuku, y él se impresiono por eso, nadie nunca le sonreía, siempre lo apartaban y lo dejaban de lado. –aunque a veces era gran parte su culpa–.

—Bien... —Izuku bajó la cabeza, haciendo que sus rizos taparan sus ojos. De repente, el bicolor nota qué por las mejillas pecosas de Izuku resbalan unas lágrimas —Muchas gracias... —Izuku al decir eso, levantó la cabeza mostrando una sonrisa, una verdadera sonrisa y unas pocas lágrimas rodando por sus mejillas.

—Q-que tienes, ¿Dije algo malo? —el bicolor no sabía qué hacer en esos momentos, así qué se puso nervioso —No fue mi intención hacerte llorar, en serio lo siento —.

Un extraño poder en U.A [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora